Adrián Gavira es uno de los deportistas más ilustre que ha dado San Roque. Este jugador de vóley playa, internacional por España y pareja de juego de Pablo Herrera, comenzó su andadura en la playa de Torreguadiaro con Lucas Extremera.
Ha sido el primer sanroqueño en estar en unos Juegos Olímpicos y ha cosechado grandes éxitos en los diferentes circuitos que a lo largo del año se celebran por todo el mundo. Entre viaje y viaje, Adrián Gavira, hermano de la jugadora de fútbol Patricia Gavira, encuentra un hueco para atender a las preguntas de Sanrópolis.
Empezáis la temporada de la mejor manera posible, con un oro en el abierto de Xiamen (China).
Tras la primera prueba en Brasil donde no quedamos muy contentos con las sensaciones en la pista, decidimos participar en las dos pruebas de China para coger ritmo de competición antes de los Grand Slam. La verdad es que ha salido muy bien.
¿De dónde nace tu afición por el vóley playa?
Era un deporte desconocido para mí hasta que Lucas Extremera, que era mi entrenador de fútbol, me propuso jugar en su equipo de voleibol y posteriormente en verano jugar a vóley playa en Torreguadiaro. Poco a poco me fui enganchando y las ganas de aprender hicieron que pasara prácticamente todo el verano entrenando y jugando.
Cuando a un deportista se le valore por lo que hace y no por los millones que pueda generar, cambiará la forma de ver el deporte
¿Cuáles son tus primeros recuerdos en este deporte?
Recuerdo verlo en la televisión, en los JJOO de Atenas 2004 donde mi actual compañero Pablo Herrera estaba jugando los cuartos de final. Cosas del destino, lo vi jugar en la tele y ahora formamos equipo.
¿Cómo ha sido tu formación como deportista?
Comencé con Lucas Extremera en San Roque, donde hizo un equipo para jugar los Juegos del Estrecho. Lluego el equipo se disolvió y volvimos a unirnos tres o cuatro años después en categoría cadete. Al año siguiente, Lucas me aconsejó que me fuera con otros dos jugadores de Algeciras al club de Marbella, donde estuve una temporada. Ese mismo verano jugué el Circuito Andaluz con Miguel Ángel (uno de los jugadores de Algeciras) y en una de las pruebas el seleccionador nacional de categorías inferiores me propuso ir al CAR de Barcelona para hacer una prueba. Allí me vio Sixto Jiménez y me quiso llevar al centro de tecnificación deportiva de Arona en Tenerife.
Del vóley solo se acuerdan cuando se consigue algún éxito
Tras pensármelo mucho, mi padre me insistió en que no dejara pasar la oportunidad y gracias a Dios acepté el reto. Allí es donde aprendí todo lo que sé a día de hoy gracias a la que considero la persona más importante en mi carrera deportiva, Sixto Jiménez. Él confió y sigue confiando en mí. Me ha enseñado, además de todos los aspectos técnicos, a tener una mentalidad ganadora, a sufrir en una pista, a ser fuerte mentalmente y sobre todo a entender que nadie te regala nada, que todo lo que quieres conseguir tienes que conseguirlo tú con esfuerzo, constancia y sacrificio. No hay más secreto que trabajar.
A partir de ahí fui jugando con España diferentes campeonatos mundiales y europeos de categorías inferiores hasta que Sixto se convirtió en seleccionador absoluto y me propuso jugar con Inocencio Lario. Fue un año de aprendizaje y adaptación en el circuito absoluto. Se consiguieron buenos resultados y al año siguiente fue cuando Pablo me propuso jugar con él, y desde 2009 formamos equipo.
¿Quiénes han sido las personas que más te han marcado a lo largo de tu trayectoria?
Muchas personas han pasado a lo largo de mi carrera deportiva y seguirán pasando de una manera u otra, pero destaco a Sixto Jiménez y Pablo Herrera. Ambos me han hecho crecer como jugador y como persona.
¿Cuáles han sido los momentos más destacados de tu carrera?
Uno de los momentos que ha marcado mi carrera fue la lesión de Pablo, fue un año duro, sabíamos que podíamos estar más arriba pero su rodilla lo impedía. La preparación de los JJOO de Londres la hice solo en Tenerife con Sixto, mientras Pablo estaba en Barcelona recuperándose. En un principio le dijeron que no tenía nada pero en diciembre de 2012 le detectaron una rotura parcial en el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Pese a no disputar las Olimpiadas en las mejores condiciones ni haberla preparado como se debía, dimos la cara y peleamos de tú a tú con todos obteniendo un noveno puesto. Recuerdo a Sixto que por la forma en la que peleamos nos dijo: "No habéis ganado una medalla pero habéis enamorado a un país". Esa lesión nos dio aún más ganas de seguir adelante.
Háblanos sobre la necesidad de salir fuera para formarte como deportista.
Lamentablemente a Lucas Extremera no le facilitan muchos medios para poder entrenar vóley playa, por lo que sí o sí tienes que salir fuera si quieres pelear por jugar el circuito mundial. Otro factor determinante es el clima que hace en Canarias, que para poder practicar nuestro deporte es idóneo, y todas las parejas europeas se trasladan allí. Cuadramos entrenamientos y nos resulta muy útil para planificar bien la pretemporada.
¿Cómo se lleva el vivir fuera de casa desde bien pequeño?
Es lo peor, se deja mucha gente en tu pueblo con la que al final pierdes contacto al ir dos o tres veces por Taraguilla. Por suerte, me gusta estar de un lado para otro, pero los primeros años se me hacía muy duro.
El vóley te ha llevado a viajar por todo el mundo. ¿Es este uno de los mejores aspectos del deporte?
De los mejores y de los peores a la vez. Conoces mundo y culturas, ves y haces cosas que no hubieras hecho llevando otro tipo de vida. Pero a la vez, cuando me tiro un mes seguido fuera, con la maleta a cuestas, yendo de un país a otro para jugar, solo pienso en volver a España, aunque no sea a mi pueblo. No es lo mismo viajar para visitar, que me encanta, que para competir, se hace duro.
¿Qué es lo peor de dedicarte al deporte a nivel profesional?
Los sacrificios que tienes que hacer, perderte momentos especiales con la familia, momentos buenos -y desgraciadamente también malos- que no he podido vivir por estar siempre fuera de casa, y también el no poder disfrutar de tus amigos en el día a día.
Para tener éxito, no hay más secreto que trabajar
¿Cómo valoras el trato que los medios de comunicación y las grandes cadenas de televisión le dan a deportes como el vóley? Parece que solo existen cuando se logran grandes éxitos.
Efectivamente, de nosotros solo se acuerdan cuando hay unos JJOO y cuando se consigue algún éxito. Lo puedo entender porque son muchos deportes, pero lo que no comprendo es que tanto los medios como muchas personas que practican deporte se atreven a opinar de nuestro trabajo, de nuestros resultados sin ni siquiera saber el esfuerzo o sacrificio que hacemos durante todo el año. Parece que para esta gente, un quinto puesto en un mundial o incluso una medalla que no sea de oro no es nunca suficiente. Hay cientos de deportistas en España que no salimos apenas en televisión y que intentamos dejar a España en lo más alto.
¿Crees que se puede cambiar de alguna forma esta tendencia?
Sinceramente, a día de hoy creo que el fútbol se ha cargado casi todos los deportes a nivel comercial. Tienen ocupados todos los horarios en televisión, y ante esto no se puede hacer nada. Cuando a un deportista se le valore por lo que hace y no por los millones que pueda generar, cambiará la forma de ver el deporte. Creo que en España a un deportista no se le valora todo el esfuerzo que hace, solo cuando es muy bueno. En ese sentido, Estados Unidos es un referente, puesto que respetan mucho a sus deportistas. Aquí, de momento, tenemos que conformarnos con los cotilleos de Messi y Cristiano.
¿Qué supone para un deportista participar en unos Juegos Olímpicos?
Para mí ha sido lo más grande, convivir con los mejores deportistas del mundo y estar en la ceremonia de apertura. No hay palabras para describir todo lo que se siente en esas semanas, tanto en la competición como en la villa olímpica.
¿Cómo es la relación con Pablo? ¿Qué grado de compenetración existe con un compañero en un deporte como el vóley playa?
La relación es muy buena, estamos en nuestra octava temporada juntos y estamos mejor que nunca. Es muy difícil conseguir esa relación con tu compañero en el circuito porque siempre hay roces dentro y fuera del campo con alguien con el que te tiras 24 horas durante muchos meses. Sixto lo define como un matrimonio sin amor. En vóley playa te tienes que entender con tu compañero porque si no estás perdido. Nosotros somos dos y los dos tenemos que salir adelante.
¿Qué puentes de unión existen entre el vóley y el vóley playa? ¿Es necesario haber pasado por el primero para llegar al segundo?
Casi todos los que jugamos a vóley playa, hemos pasado antes por el voleibol. Lo normal -entre comillas- es que la gente juegue a voleibol en pabellón cubierto durante la época de frío, y en verano, o cuando hace más calor, salga a jugar a vóley playa. Pero no es necesario pasar por el voleibol para poder jugar vóley playa, son deportes de técnica muy parecida pero muy diferentes al practicarlos.
¿Qué expectativas de futuro tienes? ¿Es corta la vida de un deportista de vóley playa? ¿A qué piensas dedicarte después?
Aguantaré hasta que el cuerpo quiera. De momento no me planteo nada que no sea vóley playa. Quiero seguir con Pablo tras los juegos de Río para intentar llegar a Tokio. Hay casos en que la carrera de un jugador se alarga mucho. Sin ir más lejos, el mejor jugador de la historia, Emanuel, se ha retirado este año con 43 años. Tras el vóley playa no sé qué haré, pero me gustaría montar algún tipo de negocio, ya se verá.
No hay palabras para describir todo lo que se siente en unos Juegos Olímpicos
¿Qué presencia tiene el vóley en la educación? ¿Se practica lo suficiente? Ningún niño tiene como ídolo a un jugador de vóley.
En pocos sitios el voleibol forma parte del programa educativo de un profesor. Es un deporte con valores muy positivos como el del compañerismo, ya que necesitas siempre a un compañero para poder pasar el balón, y además se requiere de mucha coordinación. No será muy común, evidentemente, pero seguro que a quien le guste el voleibol tendrá como referencia a Rafa Pascual, o en el caso del vóley playa a Pablo Herrera.
¿Qué relación guardas con tu pueblo, San Roque? ¿Lo echas de menos?
Siempre que paso por San Roque antes de llegar a Taraguilla me sale una sonrisa y pienso "¡he vuelto!". Me da mucho apoyo psicológico el venir a San Roque, me siento muy a gusto en casa. Otro punto es mi relación con el Ayuntamiento de San Roque que como ya le he explicado en alguna ocasión a Juan Carlos Ruiz Boix, no he sentido apoyo por parte del Ayuntamiento a lo largo de mi carrera deportiva. Se ha echado de menos una llamada o un mensaje cuando se han conseguido objetivos importantes, así como ayudas económicas. Ver que mi compañero y otros jugadores y jugadoras de otros equipos españoles sí reciben este apoyo te hacen preguntarte qué he hecho mal. He sido el primer sanroqueño en la historia en ir a unos Juegos Olímpicos y no recibí un mensaje de apoyo por parte del Ayuntamiento. Pero me quedo con el ánimo que me dan la gente de mi pueblo, esa gente que me ha visto crecer, que se siente orgullosa de que vaya representando a San Roque por el mundo, eso es con lo que me quedo y lo que me hace sentir orgulloso de ser de Taraguilla.
¿Qué recuerdos guardas de tu vida aquí?
Esas tardes jugando con los amigos a la petanca, al fútbol en el polideportivo, el camino de mi casa al colegio... muchos buenos momentos.
¿Cuál es tu rincón preferido de San Roque?
Me gustaba ir a la playa de Torreguadiaro y estar hasta la noche con los amigos. Hace muchos años que no puedo hacerlo.