María Rodríguez: “He criado tres hijos sin padre y nueve nietos sin madre”

15 de Abril de 2017

Conversar con una mujer de 104 años es hablar con la misma vida. Es hablar de recuerdos, de la Guerra Civil y de copla. Es hablar de criar hijos, de no dejar nunca de trabajar y de no perder tampoco jamás las ganas de salir a la calle y ver el sol. También es llorar por las personas que has conocido y ya no están entre nosotros. Historia viva de Los Barrios.

Un sol tras otro, tras otro y tras otro. Así más de un siglo. María Rodríguez Sánchez nació un 24 de enero de 1913, día de Nuestra Señora de la Paz, y es la persona más anciana en Los Barrios en estos momentos. Si se consultan las hemerotecas el 24 de enero de 1913 fue viernes. El sol apareció a las 07:32 y se marchó a las 17:23 horas. La Luna, llena como estaba ese día, despuntó a las 17:52 y se puso a las 08:59 horas. La temperatura máxima a la sombra fue de 9,2º y la mínima de 6,1º. Día cubierto, el sol brilló 2 horas con una humedad del 100%.

Menos de un año antes, en la noche del 14 al 15 de abril de 1912, había naufragado el trasatlántico más famoso de la historia: el Titanic.

¿Y por qué contamos todo esto? Pues porque 104 años son muchos años, quedan muy lejos en el tiempo y dan para mucho.

Para tanto como para haber sacado adelante a tres hijos estando viuda y de hacerse cargo de toda la descendencia de su única hija, nueve niños y niñas. Estamos hablando de una persona que ha visto pasar por delante de sus ojos todo el desarrollo social y urbanístico de la Villa de Los Barrios, que ha experimentado un crecimiento impensable hace poco más de cien años.

María Rodríguez recuerda que cuando era niña “en el pueblo había tres casas, la nuestra, la de María Mena y otra casa. Tres casas y lo demás eran chocillas”.

Entrevistar a una persona tan anciana es un auténtico reto para un periodista. Es como querer sacarse una licenciatura estudiando un solo día. Es imposible. Hay tanto que saber, tanto qué preguntar… Lo mejor es, como siempre, comenzar por el principio. Su generosa familia nos ha podido transmitir en unas pocas palabras cómo ha sido su vida hasta este momento.

Conocida como 'María Matacabras', María Rodríguez Sánchez nació en 1913, aunque por error está inscrita en 1914. Se casó con Eduardo Guerrero en 1931, padre de sus tres hijos, el cual tuvo que partir a la guerra. Lo hirieron en Pozo Blanco, adonde se fue con su hijo Miguel a verlo.

María Rodríguez nació en la Morisca, y se crió allí. Después, de joven, llegó al pueblo de Los Barrios y vivía en la calle Gibraltar (ahora llamada Cervantes). Empezó a trabajar a los nueve años, haciendo recados para señoras del pueblo y limpiando, y más tarde ejercería de matutera, haciendo viajes a Portugal, Gibraltar y Jerez, tratando con tabaco, café y telas. Algunos de estos viajes los realizaba con sus amigas y compañeras Pepa y María la del Carbón. Se fue a Bilbao a trabajar, y un año a Candanchú, por el año 1971, y sobre los noventa lo dejó, tras lo cual, empezó a desempeñar estas labores en una tienda.

Enviudó a la edad de 42 años, y con esa dura situación vital, tuvo que continuar trabajando para alimentar a sus tres hijos. Fue una vida llena de dificultades. En 1980 muere su única hija, Pepa, a la edad de 47 años, que tenía nueve hijos, las más pequeñas con cinco años, de los cuales, ella se hizo cargo, trabajando en la tienda mencionada antes, que se encontraba justo debajo de su casa del Palmarillo, donde residió hasta hace dos años.

Ahora vive con su nieta María Vicenta en Santa Rosa. Y aunque no sabemos la cantidad de descendientes que suma entre sus nietos, bisnietos y tataranietos, que han nacido a lo largo de sus 104 años de vida, sí sabemos que es muy querida y conocida por sus vecinos, y que todavía es capaz de cantar y leer.

Todo lo dicho hasta ahora es poco comparado con lo que esta mujer pasó durante su larga vida. Prueba de ello es que hace dos años, la entrevistaron para aparecer en un documental que relataba la vida de las matuteras, el cual se grabó en zonas como Algeciras, Tarifa o la Calle de la Plata, y este se estrenó en Sevilla, lo cual fue algo remarcable, y asegura que guarda un buen recuerdo de esa experiencia.

Algunos de los manteles de croché que adornan la iglesia del pueblo están tejidos de sus propias manos. Otra de las anécdotas que se suman a su larga lista de historias que ha vivido esta gran mujer, es cuando, durante la Guerra Civil, escondió en su establo la imagen de un busto que los rojos querían quemar, aún con el riesgo que conllevaba este tipo de acciones, mas lo consiguió.

Como estas, son muchas, las cosas que pueden contar 104 años de historia que esta mujer lleva a sus espaldas, sin pesarle en la sonrisa que todavía es capaz de mostrar. Es todo un ejemplo de superación, esfuerzo y amor por la familia.

Hasta aquí un breve resumen de los 104 primaveras que ha vivido ya María Rodríguez Sánchez. Cuando entramos en su casa de Santa Rosa nos llama la atención la vitalidad y el desparpajo de esta gran mujer centenaria.

Tiene un lema en su vida y lo repite siempre que encuentra una oportunidad: “He criado tres hijos sin padre y nueve nietos sin madre”. Lo primero que nos llama la atención y que queremos saber es cuál es su secreto para vivir tantos años.

Su nieta nos lo dice: nosotros. Su familia, una familia unida y unos cuidados con amor son el combustible de María. A pesar de esto, sus familiares reconocen que, día tras día, esta mujer centenaria tiene que lidiar con algunos “problemillas” de salud: “Está operada de cataratas, un riñón ya no le funciona, tiene dificultades para escuchar y a veces se le olvidan las cosas”. Sus nietas también recuerdan que son muy metódicas a la hora de suministrarle la medicación: “le damos, entre otras cosas, una aspirina para que circule bien la sangre”.

Pero sin embargo, tiene una memoria para algunas cosas alucinante. En medio de la conversación, que no entrevista, porque lo que vivimos con María Rodríguez no fue una entrevista al uso, la mujer más anciana de Los Barrios entona una copla. Después de escucharla cantar, hemos encontrado la letra de la canción.

Se trata de la copla Tani. “Tani” una copla de 1948 que también ha sido versionada por artistas como El Príncipe Gitano, Joselito, Manolo Escobar o Carlos Cano.

Le preguntamos a María por su infancia y esto es lo que nos dice: “Iba a la escuela. Después de aprender a leer y escribir me puse ya a trabajar. Almorzaba y luego iba 'ancá' la maestra, le hacía las labores del hogar a una maestra y luego a otra. He trabajado mucho en mi vida. Nunca he dejado de trabajar”.

Posteriormente, se casó con 19 ó 20 años. Un matrimonio que duró poco desafortunadamente, porque su marido Eduardo Guerrero Lobato, murió repentinamente de una angina de pecho.

María Rodríguez revive ese momento con una especial emoción: “Estuvimos juntos hasta que se murió con una angina de pecho. Le dio una angina en el campo y lo trajeron muerto. Con lo sano que estaba, le entró una cosa en el pecho y se murió”. Y le dejó al cuidado de su única hija. Una hija que también se murió al cabo de los años y dejó nueve niños.

De lo que no le gusta hablar a la mujer centenaria es de la Guerra Civil. Mira para otro lado y exhala un suspiro cuando se menciona la guerra. Su marido Eduardo fue a la guerra y combatió en Córdoba.

Lo que sí recuerda es que por fortuna no pasó hambre: “No pasamos hambre al menos. Mi madre tenía la almazaba. Tenía el cortijo arrendado pero no pasamos hambre. Pasamos mucho miedo, pero no hambre. En el campo, viviendo con mi madre teníamos de todo. Mi madre amasaba el pan e íbamos a los molinos a moler el grano”.

Durante esos años también María fue célebre por haber salvado al Cristo de Medinaceli: “El cristo de Medinaceli lo salvé yo. Los ‘rojos’ lo llevaban para tirarlo y lo metí en una especie de bolso y fui para el cortijo de mi madre a La Morisca y lo metí bajo la cama de mi madre. En el pueblo decían: El santo se ha perdío; el santo se ha perdío. Pero no se había perdido. Lo había salvado yo”. Esta imagen ahora se conserva en una vitrina en el Patio Don Emilio.

María también recuerda con nostalgia su etapa como matutera: “He trabajado siempre mucho. Iba a Gibraltar a por cosas y después lo llevaba en coche a Alcalá de los Gazules y de allí me iba andando a Jerez. Iba a Jerez ‘cargaíta’ de cosas de contrabando”. Además de esta actividad, María trabajó, según sus palabras, en el Gobierno Militar en Algeciras, y llevando la tienda de ropa antes mencionada, que vendía cosas “de Portugal y de Ceuta”.

El pasado 28 de febrero, el Día de Andalucía, en el Hotel Montera Plaza se otorgaron los premios y las distinciones a los ciudadanos más destacados en Los Barrios y María Rodríguez tuvo un reconocimiento especial. En concreto, el pleno ratificó su distinción por “toda una vida de trabajo y sacrificio; actualmente es la mujer más anciana del municipio con 103 años”.

Y lo que no se sabía es que no tenía 103 años, sino 104. Cuando la familia acudió a verificar su partida de nacimiento, ya que habían perdido su carné nacional de identidad, se dieron cuenta de que no había nacido en agosto del 14, sino en enero del 13 y fue una gran alegría para todos. Su partida de nacimiento no se encontraba disponible en el año 1914… ¡porque estaba guardada en el año 1913!.

Terminamos la entrevista. Son las 13 horas del viernes 24 de marzo y María Rodríguez ya piensa en el momento de jugar a “la lotería” el domingo con su familia y seguir cantando y sonriendo como lo ha hecho los últimos 104 años.