Cuartel Diego Salinas, historia viva de San Roque

10 de Febrero de 2018
ayuntamiento de San Roque
ayuntamiento de San Roque
En pleno casco urbano, se asoma solemnemente el cuartel Diego Salinas el cuartel Diego Salinas que hoy alberga dependencias del Ayuntamiento de la ciudad. Sus edificios de arquitectura militar, sencillos y vestidos de una blanca pureza, son testimonios de la historia viva de San Roque. Nos perdemos entre estas vastas construcciones para conocer su pasado, entender su presente y valorar su futuro.

La ciudad de San Roque es arte y cultura, es fiesta y tradiciones, pero sobre todo es historia, mucha historia. En este pequeño rincón se concentran cantidad de episodios que tuvieron una influencia importante en el devenir no sólo de la zona sino del resto del país. Así, esta ciudad ha proyectado grandes personajes históricos en muy distintas disciplinas. Las calles del casco, declarado Conjunto Histórico-Artístico,  atestiguan este legado.

Nos proponemos conocer otro trocito de la historia de este municipio y para ello hemos contactado con dos personas que conocen la materia: Antonio Pérez Girón, cronista oficial de San Roque, e Irene Aranega, coordinadora de los museos sanroqueños.

Estos expertos coinciden en señalar la importancia mayúscula que el cuartel Diego Salinas tuvo en el desarrollo de la ciudad, atendiendo a las características militares de la población que nace como consecuencia de la Guerra de Sucesión y el traslado de los gibraltareños a la loma de San Roque. En este sentido, la ciudad contó con una presencia militar constante que constituyó la retaguardia de todos los intentos por recuperar Gibraltar.

Concretamente, este cuartel se construye mediante una Real Orden de 1774 en la que se aprueba el inicio de las obras. Así, el Diego Salinas se levanta en los terrenos donde hoy se encuentra la Casa Consistorial del municipio. Su construcción primitiva se basaba en materiales como piedra y barro que luego se cubrían con palmas, de ahí surgirá el nombre de ‘barracones’.

A lo largo de su historia, el cuartel sufrió diferentes modificaciones y no es hasta el siglo XX cuando se inician las obras de modernización. La recepción definitiva de esta nueva construcción se llevó a cabo el 24 de junio de 1927 a cargo del general inspector de ingenieros de la región, Eugenio de Eugenio Márquez.

El cuartel, que llegó albergar hasta seis y siete mil soldados, significó para San Roque “un importante dinamizador de la económica local. En aquellos momentos en los que se hacía la vida en la ciudad, la presencia de este acuartelamiento suponía ambiente y negocio para las pequeñas fábricas, para los bares, las panaderías y demás comercios que nutrían al cuartel. Esto generaba dinamismo y sobre todo mucha vida en la ciudad”, nos explica Pérez Girón, que así lo recoge en su último libro sobre el tema: “El cuartel de San Roque” (2007).

Precisamente, sobre este complejo militar, el cronista oficial ha escrito dos libros (“El cuartel Diego Salinas” de 1995) que han agotado existencia. Y es que han sido tantas las personas que, de muy distintos lugares del país, han pasado por este cuartel que el interés por su historia es muy demandado. “Se han agotado los dos porque por aquí pasó muchísima gente que tiene el recuerdo del cuartel y vienen pidiendo información”, añade.

Así, este acuartelamiento estaba involucrado de lleno en el desarrollo de la ciudad, colaborando estrechamente con el Ayuntamiento tanto en aspectos festivos como en el auxilio de personas; repartían el rancho a los más pobres y participaban en siniestros como por ejemplo las inundaciones. “Estaban muy implicados en la ciudad y colaboraban mucho”, subraya Pérez Girón.

Tras la marcha de la última fuerza que conoció el Diego Salinas, el Regimiento Pavía 19, la dinámica económica de San Roque había virado hacia un pueblo industrial y ya no dependía buena parte de este acuartelamiento.

Desde el cuartel de barracones hasta bien avanzado el siglo XX, existieron diferentes fuerzas militares que convivieron con los sanroqueños. En este sentido, cabe distinguir dos grupos que dejaron huella especialmente: el Batallón de Cazadores de Tarifa, una compañía emblemática que combatió en la Guerra de África. Así como el Regimiento Pavía 19, que con anterioridad había luchado en la Guerra de Cubra, también participó en la Guerra Civil y que protagonizó el cierre del Diego Salinas. Sin duda, dos fuerzas que destacan por su continuidad en el tiempo y por su especial relación con la población. Además, durante la Guerra Civil, en el cuartel se ubicó una academia de sargentos provisionales en el que la instrucción corría a cargo de profesores alemanes.

Asimismo, el Diego Salinas recibió dos visitas destacadas: la del rey Alfonso XIII en 1909 y la del Ministro de Guerra, Valeriano Weyler, tras la que se acometieron mejoras en las estructuras militares.

El edificio presenta una arquitectura militar propia de finales del siglo XIX y principios del XX. Así nos lo explica Irene Aranega, que señala como aspecto característico la importante cantidad de ventanales y los amplios pabellones que albergaban a las fuerzas militares. Además, anteriormente, dos garitas en la entrada daban la bienvenida al complejo que, entonces, se encontraba separado de la Alameda por una zona ajardinada y un muro de baja altura. Estas dos casetas de la entrada, aunque han sido remodeladas, se han conservado como testimonio de lo que un día fue el Diego Salinas.

Y es que estos edificios, a pesar de haber sufrido diferentes modificaciones a lo largo de toda su historia, lo cierto es que todavía hoy conservan, impasible, la solemnidad y el imponente aspecto de un complejo militar. Señorial y majestuoso, y al mismo tiempo de sencilla arquitectura que brilla con la pureza del blanco, el Diego Salinas se emerge en pleno centro de la ciudad para recordarnos que en San Roque se respira historia por cada uno de sus rincones.

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