Macarena Alés: "La Línea también es cultura"

Fotografía: Nacho Márquez.

22 de Abril de 2018
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La directora de la Galería Municipal Manolo Alés nos recibe en estas instalaciones en las que se respira arte por las cuatro paredes. El arte ha marcado la vida de esta linense que creció entre reconocidos artistas y destacadas exposiciones. Su padre, Manolo Alés, convirtió esta Galería Municipal en un centro cultural de referencia. Ahora ella, Macarena Alés, recoge el testigo no sólo para mantener la trayectoria de este centro sino también para educar, fomentar y potenciar la cultura desde todos los ámbitos.

Una vida marcada por el arte desde la más tierna infancia ¿cómo recuerda aquellos momentos?

Tengo el recuerdo de una infancia feliz. Los primeros recuerdos tanto de mi vida personal como profesional siempre están vinculados al mundo del arte. Ahora echo la vista atrás y lo veo como un gran privilegio. En su momento quizás a veces era hasta pesado porque tenemos anécdotas, tanto mi hermano como yo, que todos los viajes familiares estaban vinculados al mundo arte. Recuerdo que mi hermano a veces hasta se cabreaba de ver tantos museos, catedrales, iglesias, y hasta en una ocasión al menos entró en una iglesia con los ojos cerrados y se llevó la bronca de mi padre. En otro viaje mi padre nos hizo madrugar muchísimo y tuvimos la suerte de ver unos cantos gregorianos. En aquel momento me pudo parecer muy cansino y no lo apreciaba, pero ahora lo pienso y sé que tuvimos mucha suerte. El arte ha ido marcando todas las etapas de mi vida: la infancia, la adolescencia y ahora como persona adulta.

¿Cómo surge tu afición por el arte? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

Mi afición o acercamiento al arte está vinculado a mis primeros años de infancia, y cada una de las vivencias personales que recuerdo desde una temprana edad están relacionadas de alguna manera u otra con el arte.  Un agradable recuerdo que muchas veces destaco es de cuando tenía tan solo diez años, solía acudir a la consulta del dentista en Algeciras y, casualmente, siempre coincidía con alguna inauguración en la galería de Magda Belloti, que por entonces empezaba su andadura en esa ciudad. Todos los viajes familiares de mi infancia y adolescencia han estado siempre relacionados con el arte y la cultura. No puedo olvidar  el gran impacto que me ocasionó ver una de las primeras exposiciones en España del fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe, y otra exposición donde descubrí la obra de Mark Rothko. A lo largo de mi juventud visité varias ediciones de ARCO y otras ferias de arte contemporáneo que se celebran simultáneamente en Madrid durante los meses de febrero. En casa era constante el trasiego de artistas nacionales que se reunían y almorzaban con nosotros en familia, artistas que exponían en la sala del Museo Cruz Herrera de La Línea y, paralelamente,  la colección de arte familiar se iba incrementando con obras de grandes artistas.

¿Cómo explicaría a los más jóvenes quién fue Manolo Alés?

Es una tarea que tengo pendiente con el proyecto de la Casa de la Cultura en el que estamos trabajando ahora. Para mí Manolo Alés ha sido mi padre pero también ha sido todo un descubrimiento. Empiezo a conocerlo a raíz de su fallecimiento, primero por lo que se concentró en casa, luego por lo que supuso la exposición colectiva que creamos y todavía a día de hoy, quince años después, no pasa ni un solo mes que alguna persona me haga referencia a él y su labor profesional. Primero he tenido que tomar yo conciencia de lo que supuso el trabajo de Manolo Alás en La Línea en cuestión de arte contemporáneo, convirtiendo a la galería del entonces Museo Cruz Herrera en un centro de arte contemporáneo de referencia a nivel nacional. Así que me propongo hacer en una de las plantas de la Casa de la Cultura, ahora que estamos con el proyecto, una exposición permanente para dejar constancia de por qué la galería lleva ese nombre y de todo lo que ha supuesto, porque es que La Línea sigue siendo un centro cultural. La Galería Manolo Alés ha sido un centro muy importante y es un legado que intento hacer llegar. Recuerdo que en una clase de la Universidad, hablando de arte contemporáneo, el profesor de repente un día mencionó la galería como referente cultural y para mí fue aquello una sorpresa. Mi padre era profesor de niño discapacitados, así que el arte era totalmente vocacional. Así que creo que todo lo que consiguió lo hizo con pasión, una pasión que logró trasmitir a todo el mundo.

¿Qué personalidades llegaron a visitar la Galería Manolo Alés?

Desde Chema Madoz, Guillermo Pérez Villalta, Armando Mariño y mucha gente del Campo de Gibraltar que gracias a la galería consiguieron darse a conocer fuera de la zona. También en un curso de otoño vino el entonces director del Museo Reina Sofía. La Línea consiguió un alcance cultural muy potente, fue increíble.
El arte ha marcado todas las etapas de mi vida

Y entonces te aventuras a dedicarte al mundo del arte

Estudié Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y también hice el CAP (máster en la formación del profesorado) aunque nunca tuve clara la vocación de profesora. También me dediqué a avanzar mucho con el inglés. A partir de ahí, cuando terminé la carrera, comencé mi andadura profesional más focalizada en el sector de exposiciones, galerías y museos.

¿Cómo terminas dirigiendo la galería?

Comencé con un plan de empleo, “Plan Magno”,  organizado por el IMEF en la rama de Cultura y creado por el Ayuntamiento hace quince años. En esos momentos se estaba llevando a cabo la primera reforma del Museo Cruz Herrera, que por entonces se encontraba ubicado en la Casa de la Cultura, en la plaza Fariñas. Ese plan tuvo una duración de ocho meses. Tras ese primer contacto comencé a trabajar en la Delegación de Cultura como conservadora del Museo, y en septiembre de 2002 fui nombrada directora de la galería municipal “Manolo Alés”. Mi padre falleció un viernes y el mismo lunes cuando fui a trabajar me nombraron nueva responsable. Y así hasta el día de hoy.

¿Cómo recibiste aquella responsabilidad?

Los primeros años fueron durísimos. Yo ahora sinceramente miro hacia atrás y pienso: “madre mía si superé aquellos años, ahora puedo con todo”. Me cogió con muchísima inexperiencia, con tan sólo veintiséis años. También aparecieron amigos que iban con otro interés y amigos que iban realmente a apoyar. Así que apoyándome en mucha gente, y en cierto modo fiándome de mi instinto, salimos adelante hasta el día de hoy. También con el inestimable apoyo de un artista de La Línea, muy amigo mío, Yeyo Argüez, que desde primera hora nos hemos apoyado muchísimo.



¿Se puede vivir del arte? ¿Trabajar profesional y cómodamente de él?

Se puede vivir del arte, pero depende en parte del sector en el que te muevas, dónde y cómo te muevas. Yo, como gestora cultural dentro de la administración pública me siento privilegiada y afortunada por hacer lo que más me apasiona. Si hablamos desde el punto de vista de un artista la situación cambia, y muchísimo, más si tenemos en cuenta nuestra situación geográfica, son pocas las ayudas que reciben los artistas para la creación artística, se hace necesario salir de aquí, estar presente en una capital y aún así, estar dentro de un circuito. No obstante hay concursos, becas, residencias de artistas que ayudan a conseguir ese impulso necesario.

¿Cómo es trabajar en la Galería Municipal Manolo Alés? ¿Cuáles son los aspectos más positivos y aquellos más negativos? ¿Qué beneficios y qué sacrificios implica?

Trabajar en la galería Manolo Alés requiere una enorme responsabilidad ante todo. Hablamos de una sala municipal en la Plaza Fariñas de La Línea que fue estación término de las mejores exposiciones y artistas que durante los últimos años de la década de los 90 la convirtió en un referente cultural en todo el arte de Andalucía, e incluso a nivel nacional, gracias a la pasional labor de Manolo Alés. Hay que tener muy en cuenta que hablamos de La Línea de la Concepción, un punto geográfico muy castigado, y haber logrado ser un referente de tal magnitud dentro del arte contemporáneo, supone mucha constancia y una apuesta firme por seguir con esa línea tan marcada y mantener el listón.

Hasta ahora ¿cómo ha sido el camino?

Para mí no ha sido un camino fácil. Comencé pronto en este mundo de manera profesional, siendo joven, cuando la galería vivía su momento de gloria con exposiciones  colectivas como "San Sebastián, one more time", donde se consiguió reunir en una misma exposición artistas muy relevantes del panorama contemporáneo nacional, pero la perseverancia  y el reinventarse cada día ha hecho que cada vez esté más segura y la apuesta por una programación seria en la sala sea firme.

El presente, ¿cómo se encuentra ahora mismo? ¿En qué proyectos anda inmersa?

De nuevo, después de muchos años de altibajos, creo que la galería está en uno de sus máximos esplendores. El proyecto fundamental es el de la Casa de la Cultura. La Galería Municipal Manolo Alés está dentro de la Casa de la Cultura, entonces un propósito que tenemos es convertirnos en un centro irradiador tanto de la cultura como del arte. Por una parte, manteniendo una sala de exposiciones permanente en la tercera planta donde se conozca lo que ha supuesto la Galería Manolo Alés y dedicar también parte de esta sala a exposiciones temporales. En este sentido, está siendo fundamental la obra faraónica que estamos teniendo con el ascensor.
Los primeros años fueron durísimos

Y el futuro ¿cómo se plantea? ¿Cuáles son los proyectos que están por venir hasta la galería?

Mi principal meta a medio-largo plazo es ampliar la galería, ampliarla siguiendo siempre la filosofía que viene desarrollando desde sus comienzos de generar en los demás un interés por la cultura y el arte en general. La Casa de la Cultura está en pleno proceso de cambio en cuanto a su estructura organizativa y a las actividades que en ella se vienen desarrollando desde hace años (exposiciones, talleres,etc) debido a la instalación de un nuevo ascensor, lo que nos garantizará un mayor flujo de personas a las instalaciones.

La idea es convertir la Casa de la Cultura en el centro irradiador de una oferta cultural de primer nivel, concentrando en un mismo edificio un conjunto completo de arte y cultura: sala temporal y sala permanente de exposiciones, centro de interpretación, biblioteca especializada, almacén, centro de representación y conferencia, talleres y cursos, mecenazgo de artistas, etc. Toda una propuesta en la que no se olvida el compromiso claro con la educación a través de una amplia oferta educativa, y el desarrollo cultural y educacional de la ciudad focalizado en el arte contemporáneo e incidiendo en nuevas formas de expresión que cada día van teniendo una mayor importancia y presencia en el panorama cultural (video, música, cómic, animación etc).

La Delegación cuenta con una amplia colección de arte contemporáneo de artistas que han pasado de manera individual o colectiva por la sala Manolo Alés. A esto habrá que sumarle las futuras donaciones de artistas relevantes de la zona que somos capaces de fomentar. También contamos con cesiones de obras temporales de artistas del Campo de Gibraltar que además podrían impartir charlas o talleres puntuales sobre su proceso artístico.

Hasta el momento, ¿con qué se quedaría de todo lo que ha vivido? Un premio, un reconocimiento del que esté verdaderamente orgullosa.

Han sido muchísimas las satisfacciones profesionales y sobre todo personales disfrutadas en estos años, destacaría las colectivas que hemos creado, impulsado y continuado con varias ediciones, es el caso de Regalarte, Educarte, Santa Semana, Sí, se pinta, sin olvidar la exposición colectiva In memoriam a Manolo Alés. Por destacar una exposición de un artista individual, por lo que supuso su organización, trabajo de diseño del catálogo, montaje y convivencia con el artista, me quedo con la de Alberto Reguera.

¿Cómo ve el panorama artístico en la comarca y concretamente en La Línea?

La comarca del Campo de Gibraltar puede ser considerada como una periferia creativa en la que se dan lugar todas las áreas y géneros. En cuanto a la actividad artística podemos destacar que es tremendamente fructífera. Hay un gran potencial en cantidad y calidad en la creación del arte contemporáneo, pero no sólo ahora, sino que es algo que se viene gestando desde hace años. En esta zona tal vez se eche en falta más apoyo institucional a los artistas contemporáneos, más salas de exposiciones, certámenes artísticos, participación en ferias, que es lo que hasta ahora ha servido para canalizar la difusión de la creación artística.

Y respecto a la ciudad de La Línea destacamos la variada muestra expositiva que podemos disfrutar en distintos espacios: Galería municipal "Manolo Alés", Museo Cruz Herrera, edificio Istmo-Comandancia y Tpop, local que desde hace casi dos décadas promueve también el panorama artístico contemporáneo.
La actividad artística en la comarca es tremendamente fructífera

¿Cómo responden los linenses a las actividades artísticas?

Hay que reconocer que cuesta acercar el arte, sobre todo el arte contemporáneo, a los ciudadanos, y no es por falta de información, de publicidad o de difusión sino porque es una disciplina que no todo el mundo tiene arraigada como parte de la educación. Por ello, con todas o casi todas las exposiciones que organizamos en la sala municipal se hacen propuestas didácticas dirigidas a escolares, asociaciones, concretamente el caso de EDUCARTE, pero organizamos otras muchas exposiciones y actividades para que los menos informados encuentren estas propuestas entendibles, las acepten fácilmente y las disfruten. La idea de que “el arte es para todos, pero sólo una élite lo sabe” describe un poco el panorama que poco a poco intentamos romper. Y lo estamos consiguiendo.