Tras los últimos acontecimientos relacionados con el narcotráfico en el Campo de Gibraltar y que están amenazando la paz social de toda una comarca que roza los 300.000 habitantes, las redes sociales recogen multitud de peticiones relacionadas con el despliegue policial que el Gobierno mantiene en la zona.
Desde Interior se envió en 2017 a Cataluña el famoso Piolín, un ferry llamado Moby Dada, cargado con 5.500 agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil y que se convirtió en su hogar durante 57 días por todo el conflicto. El barco en cuestión provocó las risas de muchos por su llamativa y pintoresca decoración: estaba pintado de arriba a abajo con personajes de los Looney Tunes. Pero la realidad era otra distinta, el Gobierno había enviado a Cataluña el mayor despliegue policial que se recuerda para apaciguar una tensión que era portada de todos los periódicos e informativos internacionales.
En cambio, las cifras quedan a años luz en el Campo de Gibraltar, donde el último refuerzo se dio en marzo y constó de un total de 30 agentes de la UPR que no llegó ni a cubrir la retirada que unos días antes se hizo de la mayoría de efectivos que previamente se habían enviado como refuerzo para frenar la crisis existente en la zona. Un evidente agravio comparativo dada la situación que se está viviendo en la comarca.
En el Campo de Gibraltar la escalada de violencia es evidente y todo aquel estamento que no lo asume se convierte, a ojos de la sociedad, en cómplice silencioso del nivel al que se ha llegado.
Algeciras y La Línea se han convertido en el lugar perfecto para mafias que están aumentando considerablemente el nivel del tráfico de drogas, la violencia del "gremio" o las muertes, que han llegado a su peor punto con el fallecimiento en el día de ayer de Manuel, un joven de 8 años que perdió la vida en el día de ayer en Getares tras ser golpeado por una lancha similar a las de los narcotraficantes.
