Simón Susarte, humilde y valiente cabrero que pudo cambiar el rumbo de la historia

20 de Mayo de 2018
simón susarte
simón susarte
Las mayores gestas y las hazañas más valientes suelen estar protagonizadas por la gente llana de a pié, que anónimamente, de manera humilde y grandiosa se crece ante las adversidades. Simón Rodríguez Susarte es uno de ellos. Un valiente cabrero que pudo cambiar el rumbo de la historia como hoy la conocemos. San Roque no olvida la gesta de este Hijo Predilecto.
San Roque ha jugado un papel determinante en el devenir histórico, artístico y cultural de la zona. Este municipio ha proyectado grandes personajes históricos no sólo a nivel local o autonómico sino también a escala nacional y en muy distintas disciplinas.
En el plano militar, atendiendo al origen fundacional de esta ciudad, son muchos los reconocidos personajes que han dejado su impronta en la historia. Sin embargo, no todos los héroes visten de gala. En la crónica de San Roque también hay hueco para aquellos valientes anónimos que se crecieron ante las adversidades. El cabrero Simón Rodríguez Susarte es uno de ellos. Un humilde pastor español que, lleno de coraje y valentía, condujo al ejército por un paso seguro para tomar la cumbre del Peñón de Gibraltar, sorprendiendo a las tropas inglesas y holandesas establecidas en él.
Tras la pérdida de Gibraltar durante la Guerra de Sucesión (1714), el ejército español estableció un asedio a la ciudad al que las defensas extranjeras no sólo consiguieron resistir sino que además lograron reforzarse con la construcción de un canal inundado y la acción de un gran buque artillado en la zona norte del puerto.
En este contexto, se presentó en el campamento español Simón Susarte, un humilde cabrero que ideó un ambicioso plan de contraataque para recuperar la plaza de su pueblo. Así, conocedor a la perfección de todos los senderos y caminos ocultos del monte, Susarte compartió con los militares un paso seguro, que él mismo y otros pastores habían utilizado con anterioridad a la pérdida de la ciudad, y a través del que se accedía a la cara occidental del Peñón y se alcanzaba su cumbre.
Aunque en un primer momento el Marqués de Villadarias, general español encargado de este campamento durante el asedio para la reconquista, se opuso a utilizar esta información; finalmente se decidió enviar al coronel Antonio de Figueroa y Silva con quinientos hombres para que, junto a Susarte, tomaran las guarniciones inglesas de la cresta del Peñón.
La noche del 9 de octubre, cabrero y soldados salieron del campamento español con una misión arriesgada pero con posibilidades. El grupo ascendió por las escabrosas laderas de aquella disputada Roca, logrando tomar la torre del Hacho y La Sillete, en la cumbre de Gibraltar. El coronel Figueroa y quinientos soldados voluntarios, guiados todos por Susarte, redujeron a los centinelas de la parte alta y lograron dominar toda la zona.

En este punto, este grupo de valientes soldados y Susarte debían esperar señales del campamento español para tomar por sorpresa otros puntos. Sin embargo, abandonados a su suerte, esta señal nunca llegó.
El plan de ataque contemplaba que, mientras que este grupo sorprendía desde los puntos más altos, el grueso del ejército avanzaba desde el campamento español, encerrando así a los británicos entre dos fuegos.
No obstante, sin una respuesta por parte del ejército español y alertados por un joven que llevaba comida a la guardia de la parta alta, los británicos terminaron descubriendo la ofensiva y, superiores en número y munición, aplacaron el ataque. Muchos de aquellos soldados, que no murieron en el cuerpo a cuerpo, cayeron desde el Salto del Lobo, un elevado precipicio de la zona occidental del Peñón. Otros tantos, entre ellos Figueroa y Simón Susarte, lograron regresar al campamento gracias a los conocimientos del cabrero español, mientras que unos 200 fueron hechos prisioneros del ejército inglés.
Y es que Villadarias dejó llevarse por los aliados franceses, que no veían con buenos ojos que un simple cabrero, quitara el honor al ejército francés de recuperar Gibraltar.
“La fecha del 10 de noviembre de 1704 pudo ser la de la gloria para un pueblo exiliado que esperaba retornar a sus hogares. Aquí la recordamos de manera permanente. Y recordamos la memoria de Simón Susarte, del coronel Figueroa y de todos aquellos valientes. La historia hace justicia”, así reza en un escrito del cronista oficial de San Roque, Antonio Pérez Girón, junto a una escultura de Simon Susarte obra del artista sanroqueño, Luis Ortega Bru, en el Palacio de Los Gobernadores.
Aquella fue la mejor ocasión de recuperar la plaza de Gibraltar. Sin embargo, aquellos valientes fueron abandonados a su suerte. Una hazaña que pudo cambiar el curso de la historia y que el municipio de San Roque se preocupa de mantener viva en el recuerdo de todos.
Cada edificio, cada plaza, cada calle, cada esquina del municipio sanroqueño nos recuerda que aquí se respira cultura y mucha historia. Así el nombre de Simón Susarte, Hijo Predilecto de San Roque, da nombre a un barrio y un parque del municipio, para que no olvidemos la gesta de este humilde cabrero, que un día pudo recuperar Gibraltar.]]>