La música en Jimena

04 de Septiembre de 2018
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"La música es una revelación mayor que toda la sabiduría y la filosofía", Ludwig van Beethoven.

Es posible que no te guste Beethoven, es posible que ni siquiera sepas reconocer una de sus más famosas obras, pero no puedes no estar de acuerdo con él. No todos pueden ser sabios o filósofos, ni comprender a los que lo son, pero cualquiera puede cerrar los ojos y dejarse llevar por su canción favorita.

"Recomendad a vuestros niños la virtud; solo eso, y no el dinero, puede hacerles felices", dijo también el compositor alemán.

Hoy entrevistamos a uno de esos niños virtuosos, Ernesto Lara, vecino de Jimena de la Frontera, que con tan solo veinte años ya tiene un gran futuro en la música y va a contarnos su historia.

Pregunta. ¿A qué edad hiciste tus primeros pinitos en la música? ¿Con qué instrumento empezaste?

Respuesta. Empecé en la música sobre los 5 años con Poly, una mujer inglesa que me introdujo en ese mundo con el violín; y con Susan en el piano. Mis primos tocaban el clarinete, así que cuando a los ocho años entré en el conservatorio de La Línea, finalmente me decanté por ese instrumento.

P. ¿Cómo llegaste hasta esa pasión? ¿Tuviste alguna influencia o te nació sola?

R. Pues influencias tuve, claro. Mis padres, mi familia, mis amigos… Cuando era niño lo que quería era jugar, como todos, pero mi madre hizo un esfuerzo para que siguiera en la música y poco a poco me fue gustando más, hasta que se convirtió en mi pasión.

P. ¿Cuántos años tenías cuando entraste a la banda de música de Jimena?

R. En la banda de Jimena entré por primera vez a los nueve o diez años. Hubo una época que entraba y salía de vez en cuando, pero hace dos años volví, me gustó como encontré la banda y desde entonces estoy allí.

P. ¿Qué ha significado para ti poder dar rienda suelta a tu amor por la música en tu pueblo?

R. Ha sido algo fantástico, ya que quiero dedicar mi vida a la música, y gracias a ello he conocido a personas que hoy en día son muy importantes para mí.

P. Sois, sin duda, quienes ponéis alma a todos los eventos del municipio, sobre todo con la llegada de los Reyes Magos, ¿te pones nervioso o después de tantos años solo puedes disfrutar?

R. Cuando toco con la banda no me pongo nervioso, porque la exigencia es mucho menor y tocamos muchas personas a la vez. Sin embargo, cuando toco yo solo o en un grupo de cámara sí que me pongo nervioso, es algo que tengo que mejorar.

P. Seguro que además de compañeros de música, en la banda sois como una familia, ¿tienes algo que decirles?

R. A la banda tengo que decirle que hay rachas como en todos los sitios, a veces buenas y a veces malas, pero que hay que estar unidos y apoyarnos haciendo lo que más nos gusta: tocar juntos.

P. ¿Tienes alguna anécdota que te haya hecho especial mella o que siempre recuerdes que puedas compartir nosotros?

R. Pues… me quedo con los talleres por la Paz, en San Pablo. Allí he conocido a grandes personas y músicos con los que he disfrutado mucho haciendo música.

P. Tengo entendido que estás cursando estudios superiores de música. ¿Te atreves a dar algún consejo que anime a los soñadores como tú a perseguir sus metas?

R. Les digo que con humildad y trabajo pueden llegar prácticamente a cualquier sitio. Hay que autoexigirse mucho e intentar mejorar siempre, y con el tiempo se obtienen resultados.

P. De pequeño, ¿te imaginabas dedicándote de manera profesional a la música o ha sido algo que ha surgido con el tiempo?

R. No, qué va. Decidí dedicarme a la música con trece o catorce años; antes de eso quería ser científico y cosas así.

Unas veces los sueños vienen de dentro, otras, alguien de fuera nos los inculca, como le pasó a nuestro amigo Ernesto, y nuestra vida cambia. Jimena es un pueblo pequeño, pero los sueños siempre tendrán cabida entre sus calles.