La verja con Gibraltar es un continuo trasiego a primera hora de la mañana. Desde muy temprano, los colores de los chalecos reflectores de los trabajadores de la construcción se entremezclan con el procesionar de luces de vehículos que aguardan la cola que da acceso a la colonia británica. A estos se unen miles de ciclomotores, bicicletas y patinetes que intentan evitar el tumultuoso acceso en turismo para llegar a tiempo al puesto de trabajo.
El color opaco del inicio de la jornada se va volviendo más brillante y con el amanecer -que a algunos le ha sorprendido dentro de sus vehículos- se descubren nuevos colores: el del azul de los uniformes, el blanco de las empleadas del hogar y auxiliares geriátricas y el rojo brillante de los uniformes de los escolares -muchos de ellos españoles-, que secundan sus estudios en La Roca.
Los ciclomotores y motocicletas son llevados a pie para cruzar el último escollo -un paso de peatones- antes de alcanzar las vías de acceso a la frontera. Allí le preguntamos a dos hombres sobre el Brexit, la libra y la entrada de nuevos partidos como VOX en el panorama político andaluz. “Con el cambio de la libra menos dinero en la casa jefe, se trabaja por menos, en cuanto a Vox que deje Gibraltar y La Línea tranquila, que como estamos, estamos bien. Nosotros nos entendemos y nos llevamos bien”, nos dice.
Trabajadores en la frontera a Gibraltar"El cierre de la frontera es una estupidez"
Otro ciudadano, con más de 30 años de trabajo en Gibraltar, comprende que cambien las cosas: “Es normal, sobre todo como consecuencia de las políticas que llevan a la división del país. A la independencia se puede llegar de muchas maneras”, explica, en referencia a Cataluña.
En cuanto a la repetición de situaciones como la de 1969, con el cierre de la Verja, se muestra tajante: “El cierre de la frontera es una estupidez, ¿a donde vamos?, la democracia tiene su base en el respeto a las personas. Solo se habla de territorio y de banderitas, y la bandera no puede estar por encima de la ciudadanía”. Insiste en que durante estos años los cambios políticos no han servido de nada. “He soportado de todo, dobles filtros, menosprecio a la ciudadanía, tanto de un lado como de otro. Lo que temo es la estupidez de los políticos”, concluye a modo de frase lapidaria.
Acceso de la aduana"El cierre mataría a La Línea" “No tengo ni una multa por contrabando de tabaco"
Arrastrando otra motocicleta nos encontramos con una limpiadora que lleva 15 años trabajando en la colonia y que no duda en sentenciar: “El cierre mataría a La Línea, esta es la empresa más grande que tiene La Línea”, nos dice. En cuanto al Brexit, espera que haya un acuerdo “por el bien de nosotros”. En referencia a los gibraltareños, explica: “Ellos viven bien pero nosotros lo vamos a pasar mal, muy mal”, cuenta esta mujer que saca adelante a sus tres hijos gracias al sueldo que obtiene en el Peñón. Además, afirma que no todo el mundo vive del contrabando: “No tengo ni una multa por contrabando de tabaco, aquí contrabandea quien quiere”. Le insistimos si ve que los esfuerzos de los políticos de España en lograr una economía tan productiva en la zona como en Gibraltar sería factible. “Ahí hay trabajo, aquí no”,
Estatua homenaje de Nacho Falgueras al trabajador transfronterizoAlegría por el cambio político en Andalucía
Otro trabajador, que lleva 6 años contratado, se alegra del posible cambio político en Andalucía “se ve un cambio importante, a ver si alguien pelea por la cosas, a ver el cambio que tal”. Sobre le brexit espera que no les afecte, aunque actualmente se nota las bajadas de la libra frente al euro desde que llegara la noticia de la salida del reino unido de la unión europea. Para él, el típico discurso de Gibraltar español no es válido como tal, “esto enriquece en cierto modo al Campo de Gibraltar, el cierre de la frontera haría bastante daño, puestos directos e indirectos, el transporte, los gibraltareños que salen a disfrutar de los servicios de la zona...”
Un avión se aproxima al peñón“Si cierran nos morimos de hambre"
A escasos metros una pareja de un gibraltareño y una española cruzan en su motocicleta, llevan 6 meses de relación y se conocieron en el trabajo. Ella argumenta que “mientras que no cierren la frontera me parece bien” y se pregunta “¿para qué quiere a Gibraltar sino tiene a España bien?”. Insiste en que “si cierran nos morimos de hambre, España no nos ayuda, si cierran la frontera el gobierno no baja ni a vernos”. En ese momento reprocha la actual política social y de inmigración “¡Porque aquí hay gente hasta en la calle! ¡Aquí nada mas que se ayudan a los inmigrantes!, solo ayudan a los que llegan en patera, a esos son los únicos que se le ayuda, abren la Residencia Tiempo Libre a ellos. Y después a las familias de verdad no nos ayudan”. Su novio más comedido declara “en política no me meto. Yo mi trabajo y ya está”.
Trabajadores cruzan andando con motocicletas para acceder a la frontera"Llevo 11 años perdidos, me vale para el paro pero no para cotizar"
Por último, un hombre trabajador desde hace más de 10 años en Gibraltar reflexiona sobre el nuevo panorama político “regular no me hace mucho chiste”. Llegó al peñón cuando comenzó la crisis en España y no encuentra un trabajo estable y bien remunerado en el Campo de Gibraltar. “Si cierran la frontera ¿dónde voy? Por qué ahora mismo aquí me dan un sueldo digno”. Sin embargo, se lamenta la falta de cotización que conlleva trabajar allí “llevo 11 años perdidos, me vale para el paro pero no para cotizar. Ahora Hacienda me pide 5000 euros de multa por ser trabajador fronterizo”. Sobre la diferente vara de medir en cuanto a derechos del trabajador local y transfronterizo afirma entenderlo “en España debería de haber una política con el extranjero igual, ellos son primeros -refiriéndose a los gibraltareños-, y si no hay trabajo yo me tengo que ir. Yo lo veo bien”.
Trabajadores y estudiantes se dirigen hacia la aduanaDurante el transcurso de nuestras charlas con los trabajadores que se dirigen a sus puestos de trabajo saludamos a muchos conocidos y amigos que se dirigen a buscar su sustento, o la educación de sus hijos, al otro lado de la frontera. El tono de la piel de las personas que se aproximan a la verja va cambiando en pocos minutos, el turista con su piel rosada pasa la frontera sin casi percatarse que pasa por La Línea. Al volver nos detenemos en otra imagen con otros colores, el de una pareja de novios recién casados que son fotografiados en el impresionante marco geográfico que ofrece la ciudad con el Peñón al fondo y que es testigo de piedra del incierto futuro ante los acontecimientos que se aproximan.
Unos novios se realiza su reportaje de fotos con la bahía al fondo