Normalidad en la frontera con Gibraltar tras la entrada en vigor anoche del Brexit. La Verja ha amanecido con la tranquilidad que reina en ella los fines de semana, ya que son muchos los trabajadores transfronterizos que descansan estos días, pero que dista de la incertidumbre y el desafío que supone esta ruptura de Reino Unido con la Unión Europa y que determinará las relaciones futuras de Gibraltar con esta comarca.
Turistas y ciudadanos de a pie, vecinos de uno y otro lado, cruzaban esta mañana la frontera con normalidad, con tranquilidad, para pasar el fin de semana a un y otro lado con la naturalidad y la idiosincracia de dos pueblos fronterizos. Niños en patines y en bicicleta para correr por el paseo marítimo de Poniente, familias cruzando para hacer la compra en España y otras para visitar y hacer turismo en Gibraltar. Todo como siempre, como hasta ahora. Eso sí, la mayoría prevenida, mostrando en los controles fronterizos sus pasaportes. Aunque hasta final de año es posible pasar a un territorio y otro con el documento de identidad, los pasaportes fichados en los controles van superando en número a los carnés.
El Gobierno de Gibraltar escenificó esta madrugada su salida de la Unión Europea, arriando esta bandera y sustituyéndola, en una solemne ceremonia, por la de la Commonwealth. De hecho, esta, por el momento, es la única novedad en la frontera. La bandera de la Commonwealth que ondea desde anoche, para alegría de algunos y tristeza de muchos. Gibraltar votó masivamente a favor de la permanencia en la Unión Europea. El voto positivo fue más del 95%.
En los próximos 11 meses, durante este periodo transitorio, las delegaciones de Reino Unido y España para el Brexit deberán sentarse a negociar sus nuevas relaciones económicas, comerciales, políticas y sociales. Algo que preocupa en una comarca en la que unos 10.000 trabajadores cruzan cada día la Verja para acudir a su puesto de trabajo y donde el sector comercial de la zona se ve beneficiado por el consumo de los gibraltareños.
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