Cuando el coronavirus deja en la percha tu traje de novia

20 de Mayo de 2020
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La pandemia del coronavirus ha trastocado muchos de los planes previstos en los próximos meses. También el de aquellas parejas que tienen o tenían pensado contraer matrimonio y ante lo que muchas novias se han visto obligadas a colgar sus trajes, sin ni siquiera llegar a estrenar. Organizar una boda no debe ser tarea fácil, pero es que hacerlo en plena crisis por el COVID-19 es otra historia. En la siguiente fase 2 de la desescalada, el Gobierno ya permitirá los enlaces matrimoniales con aforo máximo de 100 personas en espacios al aire libre y de 50 en espacios cerrados.

Tras esta noticia, la palmoneña Beatriz de Juan Jiménez y su pareja Moisés Dávila han decidido continuar con los preparativos de su boda, prevista para el próximo 15 de agosto. "De momento no hemos cancelado nada. Estamos a la espera de ver cómo evoluciona todo pero, sea como sea, queremos seguir adelante".

Peor suerte han corrido Sonia Rohrsen y Pablo Turrillo. Esta pareja de Algeciras ha decidido cancelar la celebración de su enlace matrimonial, previsto para el 20 de junio. "Firmaremos los papeles en el Juzgado pero no vamos a celebrar nada. Lo hemos cancelado todo", comenta Sonia.

Movilidad y aforo, mayores incertidumbres

Para ella el principal obstáculo para celebrar su boda son las restricciones de movilidad. Su familia es de Alemania y tendría que viajar desde allí y otros puntos de Europa. "Mi padre además es mayor, tiene 81 años y problemas de corazón. Así que tenemos miedo a que viaje en estas circunstancias. Mis tíos vienen también de Irlanda. La mayoría de mi familia es de fuera y todos son mayores". Beatriz también comparte esta preocupación: "Nosotros vivimos en las islas Canarias pero mi familia es de Palmones. También tenemos familia en Segovia y Alicante. Así que dependemos de que para entonces se pueda viajar. Esperemos que sí".

Beatriz y Moisés preparan una ceremonia religiosa en la iglesia de Palmones con un convite posterior para 170 invitados en el Hotel Montera Plaza de Los Barrios. "La suerte es que este hotel cuenta con salones muy amplios. Si para entonces tienen que reducir el aforo, todavía podríamos celebrarlo con bastante invitados. Si lo limitasen mucho pues tendríamos que descartar a algunos invitados que, en estas circunstancias, creo que lo entenderían perfectamente".

Moisés y Beatriz terminan de organizar su boda en medio de la incertidumbre.

Y es que cancelar una boda es igual o todavía más complicado que planificarla. "Es una lucha. Todo son complicaciones", señala Sonia. El hotel para la celebración, el Punta Sur de Tarifa, es quien más fácil se lo ha puesto a Sonia y Pablo. "Nos han cancelado y devuelto la fianza. Pero esto es casi una excepción, porque todo lo demás son problemas. El fotógrafo no nos devuelve la señal que ya le dimos. A cambio hemos acordado que con ese dinero podemos hacernos un reportaje de fotos más adelante, pero ya no sé qué sentido tiene. El traje de chaqueta de mi padre y el mío, que me costó 2.000 euros, también se nos han quedado colgados. Ya vienen de camino y no sé qué voy a hacer con él. Las tiendas me dicen que no se responsabilizan pero es que esta situación no es culpa de nadie, se escapa a cualquier", denuncia Sonia.

Respecto al resto de detalles de la celebración, algunos como la cartelería personalizada la dan ya por perdida y otros van a intentar venderlos por Internet: "Hemos comprado unas letras grandes que decían 'Love', unos candelabros y velas para las mesas, bolsas de confeti natural para tirar en la playa. Todo eso vamos a intentar venderlo".

La luna de miel tendrá que esperar

La tan esperada luna de miel es otro de los planes que permanece en el aire. "Esto es lo que más complicado vemos. Ni siquiera hemos terminado de pagar el viaje. Por el momento no lo han cancelado, ni nos han comunicado nada. Tenemos planeado hacer un crucero de 15 días por las islas griegas y estamos un poco a la espera", explica Beatriz que como plan B plantea coger el coche con su pareja y recorrer España.

A pesar de la incertidumbre, Beatriz y Moisés no contemplan la opción de aplazar su boda. "Ya tengo el traje comprado y es de verano. Lo tenemos ya todo cerrado, a falta de dos o tres detallitos. Tenemos muchas cosas además con la fecha grabada y aplazar la boda sería el mismo o mayor jaleo incluso". Esta idea tampoco convenció a Sonia y Pablo: "¿Y si la aplazamos para el invierno y hay un nuevo brote? ¿O para el año que viene pero la situación sigue igual?. No quiero seguir posponiendo mis planes. Queremos tener familia numerosa y no queremos retrasarlo más, esperando una boda que a saber cuándo podemos celebrarla".