Un rejuvenecido equipo de voluntarios vuelve a las cocinas del comedor del Carmen

02 de Junio de 2020
comedor del carmen
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El Comedor del Padre Cruceyra, gestionado por Cáritas, volvió a encender ayer sus cocinas después de casi tres meses. A los fogones ha vuelto un equipo renovado y rejuvenecido después del llamamiento hecho por la entidad para captar voluntarios más jóvenes que puedan atender a los más de 100 comensales que cada día acuden a su puerta para recoger una bolsa con el almuerzo y algún que otro producto para el resto del día.

Ante la imposibilidad de atender a sus usuarios en el comedor del Carmen, la entrega continúa realizándose en la calle con la ayuda de los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil, que realizan diferentes turnos a lo largo de la semana para el reparto.

Ana Jiménez, trabajadora social de Cáritas, nos cuenta cómo fue este primer día tras la vuelta a las cocinas. "La verdad es que para estrenar equipo y ser el primer día, nos salió redondo. Ahora disponemos de un grupo de 14 voluntarios, y solo cuatro ya habían estado trabajando con nosotros. El trabajo diario es realizado por cinco personas, tres en cocina y dos en empaquetado y distribución de los distintos alimentos o productos que incluimos en las bolsas", añade.

La imposibilidad de poder disponer de personas mayores de 60 años, por ser población de riesgo, llevó a Cáritas a hacer una petición para que se incorporasen voluntarios más jóvenes. Una treintena de personas han respondido a esta llamada. "Nos han llamado estudiantes y gente que se había quedado sin trabajo. Tenemos incluso a personas menores de 30 años y otras que no llegan a los 60. Algunos de ellos se van incorporando a sus trabajos y tenemos que tirar de la lista de reserva, pero de momento tenemos el servicio asegurado", explica Ana.

Dos de los voluntarios que trabajaron ayer en las cocinas del comedor.

En este primer servicio tras casi tres meses se entregó guiso de fideos, medio barra de pan, un yogur, un batido, queso y una pieza de fruta a unas 90 personas y el sobrante fue entregado a Cruz Roja para el reparto que realizan a las personas que están en la calle. "A primeros de mes suele venir menos gente porque aún disponen de algo de dinero", explica Ana al justificar el número de entregas.

A la cocina del comedor llega la ayuda del Banco de Alimentos, de las cofradías de la ciudad, que siguen aportando el pan cada día; de los fondos de la propia institución, y el apoyo del Ayuntamiento.

Los menús se disponen en envases para su posterior entrega.