Despierta recuerda a Isabel, "un coraje ciudadano en la lucha contra el narcotráfico"

02 de Julio de 2020

Familiares, amigos y compañeros de batalla, junto a las autoridades políticas, han rendido esta tarde homenaje a la memoria de Isabel Rodríguez Martos, figura histórica de la lucha contra la droga, activista y presidenta durante muchos años de la Coordinadora Despierta. La sede de esta entidad linense, que cumple 30 años al frente de la lucha contra la drogadicción y la exclusión social, luce desde hoy una placa que recuerda a Isabel, "nuestra Isabel", fallecida el pasado mes de diciembre. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha descubierto esta placa:

Isabel Rodríguez Martos, hasta el último día, un compromiso social y coraje ciudadano en la lucha contra el narcotráfico. "Tu ejemplo perpetuará tu memoria".

Grande-Marlaska ha concluido su visita de este jueves al Campo de Gibraltar manteniendo una reunión con las distintas organizaciones y coordinadoras de lucha contra la droga. A estas les ha expuesto los avances del Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar durante estos dos primeros años y ha compartido los próximos objetivos.

Tras esta reunión con todas la coordinadoras, el patio de la sede de Despierta ha servido de escenario, con música y palabras de recuerdo, para homenajear a Isabel Rodríguez. Durante este acto, el alcalde de La Línea, Juan Franco, ha anunciado que llevará a pleno una propuesta para nombrar a Isabel hija adoptiva de la ciudad. El pasado 18 de enero Rodríguez Martos ya recibió un reconocimiento a título póstumo en la ceremonia institucional de Honores y Distintos por el 150 aniversario de La Línea.

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Isabel Rodríguez Martos nació en Marruecos, aunque era linense de adopción. Durante su trayectoria asociativa en distintos colectivos, destacó al frente del movimiento de las Madres de los Pañuelos Verdes junto a compañeros como Micaela Pérez, José Chamizo, Francisco Mena, Juan José Uceda y otros muchos representantes de movimientos sociales. Una historia que arrancó a principios de los años 90, cuando varias madres de toxicómanos comenzaron a concentrarse cada sábado en La Línea, al igual que en Taraguilla y la Estación de San Roque. Aquella labor fue el germen de la Coordinadora Despierta.