El Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) nos acerca este fin de semana, a través del artículo Raíces de la literatura fantástica en el Campo de Gibraltar, publicado en la revista Almoraima número 51, a un desconocido y fascinante género literario en esta comarca, la literatura fantástica.
Profesor, ensayista cinematográfico y novelista, Ángel Gómez Rivero es el encargado de dejar constancia de una mirada entrañable a los inicios de este género en el Campo de Gibraltar. Considerando que en los últimos tiempos hay un nutrido número de autores locales interesados por la fantasía en todas sus facetas –dibujo, literatura, cine...–, como nunca ocurriera antes, el autor centra el análisis en el relato pionero Visiones del porvenir, un cuaderno de tirada mínima fechado en 1923 y autoeditado por el artista algecireño José Román.
"En mis propias carnes viví el sutil rechazo de atreverme a escribir sobre intrigas y fantasías, tal que fuera un irlandés en lugar de un andaluz de tierras cálidas. Y no es que un servidor haya caminado en soledad en este empeño. Aquí, en nuestra comarca, tenemos numerosos poemas —y algún que otro relato— del veterano escritor Luis Alberto del Castillo, o una gran parte de la producción lírica de Juan Emilio Ríos, también interesado últimamente en el terreno de la prosa fantástica y sobrenatural. Incluso hay autores que han legado sus pensamientos en formato de fábula fantástica, como Federico Fuertes y su novela La reina de Inglaterra. Es más, en los últimos tiempos, y de manera paralela con el terreno cinematográfico, son muchos los nuevos autores que se plantean escribir relatos, más o menos breves, con tramas que se salen de lo real para recalar en lo imaginario. Igual buena parte de la culpa la tengamos los autores más veteranos", comparte Gómez Rivero.
Lee el artículo completo en: Ángel Gómez Rivero (2019). "Raíces de la literatura fantástica en el Campo de Gibraltar". Almoraima. Revista de Estudios Campogibraltareños (51), diciembre 2019. Algeciras: Instituto de Estudios Campogibraltareños, pp. 155- 158