"A mi hija le cambió la cara cuando la empezamos a tratar como una niña"

Almudena Pérez, madre de una adolescente trans, es la primera invitada a la serie de entrevistas Hablando Directo que ofrece 8Directo con Jesús Tomillero, presidente de Roja Directa Andalucía LGTBI, como conductor.

10 de Abril de 2021
Captura de pantalla 2021-04-08 a las 10.55.54
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Almudena Pérez es la primera invitada de la nueve serie de entrevistas Hablando Directo conducidas en 8Directo por el presidente de Roja Directa Andalucía LGTBI, Jesús Tomillero. Pérez es madre de una chica trans, hoy adolescente, pero que empezó a mostrarse como lo que es desde una muy pronta edad. Gracias a eso, esta madre decidió ayudar a otras familias en su situación, antes en de Chrysallis y actualmente, en la Fundación Daniela. Ahora, se encuentra asesorando a un centenar de familias solo en la provincia de Cádiz. Hace apenas una década, esta red de apoyo se quedaba en apenas la mitad de ese número en toda España.

Pérez confiesa que tuvo que aprender de primera mano, a través de hija lo que era ser trans. Hasta entonces, reconoce que pensaba que era la "persona que se disfrazaba y se subía al escenario". Pero fue la propia realidad la que le enseñó que aquello no era ser trans. Siendo muy pequeña, su hija empezó a decirle que era "guapa", algo que Almudena corregía, añadiendo que era un chico y que tenía colita. Pero ese tipo de comentarios iban a más y su hija empezó a hacer explícito que, de mayor, sería una niña.

Almudena señala que, sin dejar de tratarla como un niño, le daba todo lo que pedía pensando que sería feliz: llevaba el pelo largo, iba con ropa típicamente asignada a las niñas - aunque esta madre señala que es un "atraso", porque no hay nada de niño o de niña - y también pedía juguetes típicamente femeninos. "Cuando los trans son menores, se agarran mucho a los estereotipos. Quería todo de rosa, de niña, como diciendo que a ver si nos dábamos cuenta de que era una niña", explica.

Almudena reconoce que tardó en percatarse de lo que realmente ocurría: "Yo pensaba que era un niño feliz, porque le daba todo lo que pedía". No fue hasta que vio en un programa de televisión que hay más casos como el suyo cuando comprendió lo que realmente pasaba. "Cuando vi el programa me di cuenta de que mi hija estaba sufriendo. Se hacía pipí en la cama, tenía pesadillas, no dormía, no crecía ni engordaba y me di cuenta de que a mi hija le cambió la cara cuando empezamos a tratarla como niña. El trastorno lo tienen cuando no se les trata como la persona que son. Falta que se hable de esto y no pongan estos programas a medianoche, porque gracias a ese programa, mi hija es feliz. De lo que no se habla no existe, pero las personas trans existen", señala.

Almudena Pérez señala que desde ese momento, en el que tenía ocho años, la vida de su hija cambió completamente al empezar a tratarla como una niña. "Esa noche dejó de hacerse pipí en la cama y cambió su sonrisa", dice. Ahora, con 15 años, dice que ella es "feliz, estudiosa e inteligente".

"A mí me dicen que quiero cambiar la biología y yo lo que quiero es que se hable de cuerpos, porque la identidad está en el cerebro. Los genitales no nos dicen quiénes somos. No creo que nadie se haya tenido que mirárselos para saberlo. Es algo que se sabe y eso lo daría yo en los centros", reclama esta madre.

Ahora, continúa esa lucha, no solo por su hija, sino también por otras personas que se encuentran en su misma situación. "Lo hago de corazón, como si cada niño que llega fuera mi hija, para que no sufran", cuenta, al tiempo que pide a las familias que no terminan de encajar esta situación que escuchen a los menores, porque es "muy fácil callarlos" a esa edad, pero añade que si es su identidad real, va a permanecer en el tiempo esa reivindicación. "Hoy con lo que sé, mi hija no espera hasta los 8 años", concluye.