Por Una Sonrisa: alma, corazón y nuevos proyectos solidarios

Sofía Furse.
Periodista
21 de Junio de 2021
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Sería difícil definir qué es Por Una Sonrisa. Vamos a intentarlo. No es una persona concreta, son muchas, pero todas ellas persiguen el mismo fin: sacar sonrisas y transmitir felicidad, alejar de la realidad por un rato a esos niños con cáncer y disfrutar de los instantes. Así es la asociación sin ánimo de lucro, que nació de la mano de Eva Ledesma, la presidenta, quien nos cuenta de primera mano cómo ha enfrentado su asociación el gran reto que ha sido la crisis de la pandemia, sobre todo en sus inicios ante la incertidumbre de esta nueva situación. 

Por Una Sonrisa, a día de hoy, quiere ir más allá. Sin abandonar los objetivos anteriores, esta vez quiere enfocarse en los hospitales del Campo de Gibraltar, tanto en el Hospital Punta de Europa como en el Hospital de La Línea de la Concepción. “Queremos paliar las carencias de los pacientes oncológicos infantiles y juveniles en el Campo de Gibraltar, queremos dotarles de espacios lúdicos y de estudio, en cada centro hospitalario”, estos son los deseos que convierten el proyecto inicial en uno más ambicioso y más solidario que nunca.

Con este, pretenden que los pacientes no tengan que desplazarse fuera de la comarca para acudir a los centros de referencia si han de recibir tratamientos menores como análisis de sangre o limpieza de reservorios. 

Ivana García y Eva Ledesma junto al cartel del evento Creando Sonrisas. Foto: Juanma Galindo.

Desde enero pusieron en marcha la plataforma Minuto 0. Así, la asociación podía ser contactada por los niños y las familias directamente tras recibir el diagnóstico y obtener, de esta forma, todo tipo de ayudas, de manera individual y personalizada bajo supervisión médica. “La trabajadora social averigua qué es lo que necesita cada niño, además, también cuentan con ayuda psicológica y con la atención de varios profesores que les atenderá para no perder el hilo de las clases”, explica Eva Ledesma.

Esta es la iniciativa que llevaron a cabo para poner remedio a las dificultades que surgieron como consecuencia de la pandemia. Pero, mucho antes, también se dedicaron en cuerpo y alma a habilitar las instalaciones de los hospitales del Campo de Gibraltar para convertirlos en espacios dedicados a niños y a adolescentes. Darles vida. 

La satisfacción de crear algo que habitaba en tu cabeza.

Una gala benéfica hizo realidad el cuento infantil, llenando de color esas paredes. “Creamos una ludoteca, de manera que cuando los niños fueran a la quimio tuvieran un espacio habilitado solamente para ellos, y una sala para los padres. Para que ambos pudieran desconectar un poco y evitar la sensación de estar en un hospital. Digamos que es como un cuento”, así, con una sonrisa que se puede intuir bajo la mascarilla por la forma que adquieren sus ojos, es como Eva describe las nuevas instalaciones que se pudieron hacer realidad en 2014 en el Hospital de Jerez, centro de referencia para los tratamientos de quimioterapia en el Campo de Gibraltar. Acondicionaron una sala con la ayuda de muchos voluntarios, donantes anónimos y la colaboración del muralista jerezano Antoni Gabarre.

Pero no se quedaron ahí porque, tras conseguir este nuevo logro, se pusieron manos a la obra para adaptar un nuevo espacio para adolescentes que tenían los mismos problemas, pero distintas necesidades.  

Rebobinando hacia el pasado, sobre el origen de este proyecto solidario de todos, empieza con la historia de Emilio, hijo de la presidenta de la asociación, quien indirectamente ayudó incentivó a su madre a desarrollar las ideas que navegaban por su cabeza, pues tras su marcha, Eva se dio cuenta, más que nunca, de la fuerza y la energía que su hijo había demostrado tener frente al cáncer. Y esa energía no se quedó en el olvido. Su madre decidió proyectarla en los demás, jamás pensando en organizar algo tan grande como lo que es actualmente Por Una Sonrisa, sino en hacer sonreír a esos niños que acababan de ser diagnosticados, con actividades como la Semana Mágica. Poco a poco, el boca a boca y las redes sociales hicieron el resto. Una gran asociación de voluntarios dispuestos a hacer felices desinteresadamente.

Durante diez años estuvieron celebrando en la Semana Mágica la vida, de la mano de estos niños y familias, pero llega el Coronavirus y lo revoluciona todo a su paso. En esta situación, como todas las familias, se ven perjudicadas aún más y no solo se enteran de nuevos diagnósticos importantes y dolorosos sino que, además, no tienen conocimiento de las ayudas disponibles ni de las opciones que están a su disposición. Ahí es donde aparece Por Una Sonrisa, más solidaria que nunca, abasteciendo a los niños con mascarillas, móviles y tabletas, para facilitar un poco la estancia y la comunicación, que tan difícil ha sido durante el transcurso de la pandemia. 

“De alguna manera se va creando un vínculo entre los padres y los técnicos que forman parte de la asociación, uno de posibles ayudas que puedan necesitar e intentar que todo vaya coordinado para poder orientarles”, mientras explica esta sensación de conexión, Eva dibuja el emoji de WhatsApp de las manos entrelazadas. 

Ante la pregunta de qué es lo más complicado, Eva suspira y mira hacia otro lado mientras frota ambas manos: “Me sigue pareciendo muy difícil ponerme frente a unos padres. Yo tuve la experiencia de pasar por ahí, entonces ver ese miedo en los ojos es difícil”. Y no hace falta que diga más al respecto, pues sus gestos y sus ojos dejan claro que de verdad siente las palabras que pronuncia. Es algo de lo que nunca les posible acostumbrarse, dar una mala noticia, algo que cambiará todo por completo y lo revolucionará a su paso, como un huracán. 

En agosto cierra su proyecto Minuto 0 y pondrán sobre la mesa los resultados de las actividades que han ido organizando desde enero para empezar a ampliar su objetivo a partir de septiembre y abarcar toda la provincia de Cádiz, y llegar hasta el Hospital Puerta del Mar.