En las últimas horas se ha ocasionado un gran revuelo en las redes sociales tras la tala del icónico árbol del Hotel Bahía, en El Rinconcillo. La aracauria ha perdido todas sus ramas y continúa en trámite una reducción de la altura del tronco. Pero, ¿cuáles son las razones de esta tala?
Ha sido el Hotel Bahía quien solicitó al Ayuntamiento de Algeciras la autorización para proceder a ejecutar la tala de este árbol centenario, tras argumentar que se han producido "episodios de emergencia" de caídas de grandes ramas en los días 1 de junio y 14 de septiembre, "aparentemente sin condiciones meteorológica adversas".
Por su parte, el Ayuntamiento y en concreto el ingeniero técnico forestal municipal denegaron esta petición y solicitaron un informe-certificación, según informan fuentes municipales, "emitido por el técnico competente para que proponga y justifique debidamente dicha intervención".
Es el 28 de septiembre cuando la propiedad del hotel registró este informe firmado por el ingeniero técnico forestal habilitado, en el que "partiendo del desequilibrio de pesos en el fuste que hay en la actualidad, atendiendo a criterios técnicos y de seguridad, se propone la tala a media altura con corte biselado como medida más segura para evitar riesgos de accidente por nuevos desprendimientos, conservando parte del tronco a la vista, 14 metros máximo desde su base, como símbolo de identidad del establecimiento”.
En este punto, el ingeniero técnico forestal municipal confirmó esa reducción de la altura total del ejemplar en unos 25 metros actuales hasta los 14 metros desde su base, "atendiendo a criterios técnicos y de seguridad, con el objetivo de evitar riesgos de accidente por nuevos desprendimientos".
Antes y después de la tala del emblemático árbol de El Rinconcillo. 
Antes y después de la tala del emblemático árbol de El Rinconcillo.
El informe determinó también "una decrepitud acentuada en el ejemplar dada sus particulares circunstancias de localización aquejado muy probablemente de micosis radicular como hace pensar la rotura sectorializada de ramas en una copa sin indicios de enfermedades y/o plagas, fenómenos paulatinos, con tres meses de diferencia y en ausencia de fenómenos meteorológicos adversos".
"A nuestro juicio, conscientes de que una rotura tan claramente sectorializada de ramas como la descrita no sigue las pautas de un fenómeno de cladoptosis típico sino que evidencia más bien una afección radicular tal y como se informa, y considerado el riesgo para las personas y los daños a las instalaciones documentado, la actuación propuesta queda suficientemente justificada, informándose favorablemente la concesión de licencia para la reducción en altura del ejemplar”, recoge el ingeniero técnico forestal municipal.
Para la consecución de dicha licencia, el Ayuntamiento se encuentra tramitando el preceptivo informe jurídico y, si procede, la posterior resolución de autorización de reducción en altura por parte de la delegada de Urbanismo.
Una vez conocida la actuación realizada por el Hotel Bahía a través de la Policía Local, el Ayuntamiento debe, por un lado, continuar con la tramitación de la licencia solicitada y, por otro, abrir un expediente que determine si, como parece, se ha realizado la intervención sin que se hubiera autorizado y si la intervención efectuada corresponde o no con la autorizable por parte del ingeniero técnico forestal municipal. Este expediente conllevaría las medidas sancionadoras que se determinaran en el caso de que se hubiese cometido alguna infracción.
El teniente de alcalde delegado de Medio Ambiente, Javier Vázquez, ha comentado: “Aun siendo un árbol centenario que se encuentra en una parcela privada y no estando catalogado, no cabe duda de que representa un emblema de la playa del Rinconcillo y está asociado a los buenos recuerdos de miles de algecireños, por lo que cualquier intervención sobre él nos iba a suponer a todos un proceso traumático. No obstante, la Administración debe anteponer la seguridad de los viandantes y usuarios del hotel ante una situación de decrepitud de la aracauria”.
