Otra mala salida del Algeciras Club de Fútbol. En dos sentidos. La visita al Albacete Balompié, el líder, acabó en derrota después de unos primeros minutos nefastos que le costó un tanto a los tres minutos y dos por debajo en el marcador a los veinte. Luego el conjunto albirrojo se enmendó, fue mejor, marcó y mereció más, pero la distancia era mayor que el acierto cara a puerta. Al final, derrota y el entrenador, Iván Ania, que habló claro: "Como no nos reforcemos en ataque nos va a costar salvarnos".
Lo de los fichajes es debatible e incluso defendible pero eso poco tiene que ver con la mala salida del Algeciras al Carlos Belmonte. Irreconocible. Ante otro rival, puede pasar y sobrevivir, pero ante un conjunto como el Albacete es una imprudencia que se paga muy caro. A los tres minutos, Jordi Sánchez aventajó a los locales.
El 1-0 trastocó al Algeciras, que se vio superado ante el rival, que aprovechó que tenía al conjunto de Ania tambaleándose para asestarle un segundo golpe. El propio Jordi Sánchez aprovechó otro desvelo de la defensa para situarse franco ante y volver a batirlo. 2-0 en 21 minutos.
El segundo gol del Albacete, lejos de hundir al equipo algecireño, lo espabiló. No bajó los brazos y empezó a reconocerse a sí mismo. Tomó el control e incluso fue mejor que el líder. Acumuló ocasiones, Romero entró en juego, las bandas funcionaron y cinco minutos después, tras una buena jugada de Álvaro Romero, Leiva puso el 2-1.
Tras el tanto del canterano, el Algeciras continuó en busca del empate. Tuvo ocasiones pero estuvo muy lejos del acierto de su rival. Llegó el descanso en el peor momento para el equipo albirrojo y el cuadro local respiró.
En la segunda parte, continuó intentándolo el cuadro visitante. Generó ocasiones para empatar, pero a costa de dejar espacios. El Albacete avisó en varias ocasiones a la contra. Bernabé, el meta local, a diferencia de Crespo, sí tuvo intervenciones salvadoras para su equipo. En el 67, llegó el mazazo definitivo. Manu Fuster cerró una contra y el partido.
El Algeciras no tiró la toalla pero ya no daba para más. La empresa era demasiado grande y las herramientas, escasas. Sobre esto habló Iván Ania en rueda de prensa. Fue contundente, demasiado para lo que se acostumbra en el fútbol. No solo reclamó fichajes, sino que su frase sonó casi amenazante, después de que Félix Sancho, propietario del club, dijese esta semana que podrían llegar refuerzos pero mostró su confianza en la plantilla. "Tenemos lo que tenemos, no tenemos recambio y como no nos reforcemos en ataque va a costar salvarnos. Es la realidad. O nos reforzamos con dos o tres jugadores o habrá que rezar".