La Buena Muerte siembra silencio y recogimiento a su paso por las calles algecireñas

Francis Mena
Periodista
14 de Abril de 2022
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La Semana Santa de Algeciras se engrandece cada año, casi a cada paso. Los viejos del lugar, y los no tanto, seguro que recordarán grandes tiempos de la Semana de Pasión algecireña, pero nadie negaría que actualmente vive un momento dulce. Así lo atestiguan noches como la de este Miércoles Santo y procesiones como la de la Buena Muerte, con las calles flanqueadas por miles de algecireños, con una Plaza Alta refinada, y unas salidas y recogidas abarrotadas. Merece romperse una lanza, si es que es necesario, por la juventud que integra las hermandades y cofradías, la renovación está asegurada y es y está presente, bien poniendo el costal, la voz-guía de los capataces, el silencioso trabajo o simplemente la devoción.

Cierto es que la Buena Muerte y Nuestra Señora del Mayor Dolor se han visto obligados a salir desde un corto exilio y por un feliz motivo: la restauración, por fin, de la Capilla de La Caridad. Tras mucho esfuerzo y demandas se está construyendo la nueva espadaña y se trabaja también en la disposición original de la fachada, compuesta por sillares del XVIII. Por este motivo, la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen y Venerable Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Nuestra Señora del Mayor Dolor y San Juan Evangelista ha realizado su salida procesional desde la antigua Fábrica de Harinas, situada en Agustín Bálsamo. No fue la salida ideal ni soñada después de dos años de pandemia, pero la espera merecerá la pena.

La Buena Muerte sube calle Santísimo

La procesión, compuesta por 300 hermanos que acompañaron a los Sagrados Titulares, llegó pronto a la Plaza Juan de Mina. "Estamos en casa", se escuchó. De ahí, camino de la carrera oficial por la zona baja. Nunca solo, siempre solemne. En la Plaza Alta, ya en la carrera oficial, la Buena Muerte y el Mayor Dolor abrían silencio a su paso y sembraban recogimiento. El Señor está muriendo en la cruz. En la plaza principal prácticamente coincidió con el Ecce Homo y los Regulares multiplicando emociones y belleza. Esos momentos.

La imagen del Cristo de la Buena Muerte procesionó acompañada de un trío de capilla, mientras que Nuestra Señora del Mayor Dolor lo hacía de la Banda de Música Maestro Infantes de Los Barrios. La mejor compañía de la hermandad fueron los fieles, hasta el final, hasta el momento de la recogida tras una estación de penitencia por las calles de Algeciras que supone el regreso, el punto seguido a una Pasión que no muere.