Domingo Rociero, Domingo Especial, Domingo por sevillanas, o simplemente Domingo de Feria. Se diga como se diga, ha vuelto por todo lo alto. Dos años de añorada espera, una pandemia que ha arrebatado muchas cosas, muchos momentos. El real se ha desquitado hoy, día de elecciones andaluzas, cuando ha vivido una extraordinaria jornada, con casetas hasta la bandera, con muchos trajes de flamenca, con bellas estampas, reencuentros y mesas llenas a la hora del almorzar. La Feria, la mar de guapa.
El algecireño y el visitante comenzaron pronto a acudir al recinto ferial, en una jornada calurosa pero menos que en otras ocasiones, con un viento de levante de alivio. "Qué fresquito". Los aires acondicionados tomaron el testigo en el interior de las casetas. "Tenemos aire", comentaba algún relaciones públicas en la puerta la paso de los feriantes como si de un valor de su caseta se tratara. Y realmente lo era. Muchos caseteros tenían sus mesas llenas desde varias jornadas antes, e incluso semanas atrás ya tenían completo el aforo para el almuerzo. Aun así, alguna mesa quedaba libre rozando las 14:00 horas. Casetas como El Camborio, Los Veteranos, La Peña Miguelín, entre otras, registraban llenos.
Los paseos a caballo y los trajes de gitana, muchos, daban lustre y colorido a las principales calles de recinto ferial. Tras el almuerzo, se fue animando el recinto ferial. Una de las características de la feria algecireña es que cabe todo el mundo: hay casetas clásicas donde predomina la sevillana y la rumba, y las más jóvenes con la música, ya saben, más urbana y reguetonera. Muchas de estas casetas estaban a rebosar. En una esquina, frente a la icónica escalinata, se encuentra una caseta con una propuesta tradicional pero con un ambiente joven, impulsada por jóvenes algecireños. Su nombre, no sin intención: El Relevo, otras de las que presentó muy buen ambiente.
La Feria Real de 2022 está siendo un lugar de reencuentros, de bailes acumulados, de brindis "por nosotros", de alegría desatada. A pesar de ser la Feria de la vuelta a la normalidad, no es una Feria normal, ni una más. Era y es la más esperada por los algecireños. Lo fue la cabalgata del pasado sábado, en la que los ciudadanos fueron lo mejor con esperas de horas, y lo ha sido este muy esperado Domingo de Feria. Eso se ha palpado en cada rincón, en la zona de los puestos de comida ya con la Luna en el cielo, en la parada de taxis, en los cacharritos y en las tómbolas, pero sobre todo en las casetas. Había ganas y eso se ha reflejado en un, podemos llamarlo ya así, Domingo de Feria Extraordinario.

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