Mayte Martín: "Salgo al escenario para ser yo y compartir mi verdad"

15 de Julio de 2022
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Auténtica como su música, la compositora y cantaora catalana Mayte Martín huye de clichés y estereotipos, no interpreta nada que no le guste y cuando sale al escenario lo hace teniendo presente quien es pero, sobre todo, con el firme propósito de compartir con el público su verdad. Relata que formó en casa escuchando los vinilos de la familia y luego cantaba en asociaciones y peñas flamencas, donde actuó por primera vez cuando apenas tenía 10 años; eso sí, lo hizo sin cobrar, recuerda durante una entrevista con EFE en la jornada de su actuación en la segunda edición del Trocadero Flamenco Festival de Sotogrande, que arranca este viernes en San Roque.

“Salgo para ser yo y lo vivo igual que cuando empecé”, asegura a EFE la artista, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2021, que insiste en que compone y canta para ella misma y no busca “el atajo comercial para gustarle a la gente”.

Y ello es porque, tal y como la presentan en su página web, “pertenece a esa extraña categoría de artistas que no necesitan, ni quieren, sacar un disco cada dos años para sobrevivir o conservar un sitio en la actualidad”.

Para esta polifacética artista, que lo mismo canta un fandango que un bolero, le pone música a los versos del malagueño Manuel Alcántara o reinterpreta con maestría las canciones populares españolas que un día recogiera el poeta granadino Federico García Lorca, “el flamenco es poesía y la primera palabra musical” que aprendió. 

JUANITO VALDERRAMA, LA BANDA SONORA DE SU INFANCIA 

Heredó su pasión por el cante de su padre, “un malagueño muy aficionado al flamenco” que emigró a Barcelona y “se llevó sus discos en la maleta”, y lo hizo oyendo a Juanito Valderrama, “el cantante más importante” para ella y cuyas canciones -hoy, “la banda sonora” de su infancia- le “llegaron a los oídos, aún vírgenes, pero sobre todo al corazón cuando aún era una niña”.

El flamenco la abrió las puertas de la canción, aunque con el tiempo descubrió “otros géneros musicales y que podía cantar -y disfrutar- también otros tipos de música”; así, tras él, llegó el bolero y de una colaboración con el pianista catalán Tete Montoliu nació su primer disco de boleros “Free boleros”.

Ha compartido tablas también con figuras como la legendaria Omara Portuondo, las hermanas Katia o Marielle Labèque, y ha actuado en emblemáticos escenarios como el Palau de la Musica de su Barcelona natal; pero -confiesa- tiene “una espinita clavada” con el Carnegie Hall de Manhattan (Nueva York).

Hace más de 16 años tenía programado actuar en esta conocida sala de conciertos norteamericana pero se quedó “literalmente muda por un disgusto” -su madre enfermó- y aún estando ya allí con todo su equipo tuvo que cancelar el concierto, lamenta.

"SER FELIZ", EL MEJOR REMEDIO PARA CUIDAR LA VOZ 

Desde entonces cuando a Mayte Martín le preguntan qué hace para cuidarse la voz, contesta que “ser lo más feliz que pueda” porque somatiza las preocupaciones y “lo único” que se la estropea es “lo emocional”.

Convertida en todo un referente del nuevo flamenco catalán -y del bolero español- tanto a nivel nacional como internacional, su trayectoria artística deja muy claro que goza del favor del público y la crítica.

Pero a pesar de que cuenta en su haber con galardones como la Lámpara Minera (1987) del Festival del Cante de Las Minas de La Unión (Murcia), el Ciudad de Barcelona (1996) o el Premio de Cultura Comunidad de Madrid (2019), le da “una importancia relativa a los premios”.

"EL PREMIO MÁS INCREÍBLE", EL DEL PÚBLICO 

Para ella “el premio más increíble viene del público”, y de los detalles que personas anónimas comparten con ella “sus vivencias y momentos íntimos” a través de mensajes y comentarios -a veces en redes sociales, a veces en privado- y aquí recuerda, con emoción, a ese seguidor que no hace mucho le confesaba que puso un tema suyo en el funeral de su madre.

En cuanto a lo que le ha inspirado y le “ha hecho coger el boli” para sentarse a escribir y componer -“lo único”, precisa la artista catalana- ha sido el amor o más bien, el sentimiento de desamor.

Hoy se deja mecer por la vida, “trata de disfrutar al máximo posible” de lo que hace y sigue “los dictados de su corazón” para mantener la honestidad, la humildad y la magia que tanto aprecia en los artistas en “una época difícil” en la que “no se cuida la cultura” y son muchos los que se dejan manipular para llenar auditorios, sentencia.