Resaca compleja y que llega tras una nueva derrota de los nuestros, sí los nuestros ahora más que antes, que evidencia el mal momento por el que pasa la tropa de Ania. Esconderlo sería absurdo y aquí, gracias por el seguimiento, no lo hacemos.
Críticas razonadas, aportaciones con fundamento y ganas de jaleo, que de todo hay en la viña del señor, se llevan escuchando no ya desde el pasado domingo sino en las últimas semanas. Se focaliza, al menos la mayoría que aquí no representamos a nadie insisto, en la zona defensiva. Ojo que también se puede analizar la cantidad de llegadas que sigue propiciando la forma de jugar del equipo, y que no acaban en la red.
Los palos al entrenador, al que no le afectan y sabe cómo está montado esto, pueden tener su parte de razón, pero también suenan a ventajismo. Jugando así ha llegado hasta aquí y le sigue dando vueltas al asunto, como es su deber, para mejorar. “Tenemos un problema en las dos áreas y es mi obligación, como máximo responsable, buscar soluciones”.
Luego también están las clásicas leyendas del “señor dice y el señor yo ya lo sabía”. En estos casos, los que siguen ese juego tan rancio y antiguo como poco fiable, nunca muestran una prueba, de que el aludido, sea jugador o entrenador, le haya comentado a tal persona, pero con nombre y apellidos por favor, que se quiere ir, que no está a gusto y no sé cuántas cosas más. Sigamos.
Escrito está que el Algeciras de Ania y el proyecto de Sancho pasan por su peor momento desde el desembarco del empresario y dueño del club en La Menacha. Afortunadamente quedan 25 jornadas, por si alguno lo ha olvidado, el equipo ni siquiera está en puestos de descenso, aunque se está aproximando en demasía, y el mercado invernal debe ser un impulso, no queda otra.
No hay que ser Séneca para asegurar que el menos interesado en perder esta categoría es el que está invirtiendo. Lo de la frase de marras de la mejor plantilla de la historia, cansa. Lo dijo Sancho, pues se equivocó, ya está. El fútbol, ahí está su grandeza, no es una ciencia exacta.
A partir de aquí, lo más importante ahora es salir de esta mala dinámica. Hay tres partidos por delante, nada sencillos ninguno de ellos y con el clásico como plato fuerte. Añadan el cuarto ante el Pontevedra para terminar el año. De nada valdría ganar el partido de la máxima rivalidad y caer en los otros tres, aunque alguno dude de ello.
Sin dramatismo
El punto de inflexión del que se habla en el vestuario debe llegar cuanto antes. Ya lo fue el año pasado con el 0-4, pero sí se consigue en Vigo mejor que mejor. Como se apuntó por parte del asturiano y también se traslada desde la caseta, es el momento de rascar la piel de este grupo.
Los buenos equipos son los que se levantan. Aseveró el técnico tras la derrota del domingo. Y es que ahora se ve a los jugadores y a los entrenadores. Es decir, llega el momento de separar los hombres de los niños.
Todo ello sin ningún dramatismo que resta tiempo para casi todo, pero no es menos cierto que cuanto antes se acabe con esta sensación mejor para todos.
Un apunte para la grada, sin ánimo de dar consejos, nada más lejos de la realidad. De nuevo mostró su madurez, hay excepciones que da igual que vaya primero el equipo que seguirá protestando, ante el Sanse. Intentó apoyar, ayudar y llevar a los suyos a la victoria. Luego mostró su disconformidad, como debe ser, pero también indicando el cambio de mentalidad y la ambición. Sin caer en descenso, tras tres derrotas y una mala racha, pero en Primera Federación. Sí, pese a que para algunos ya estamos en Primera Andaluza, (ironía) el equipo rojiblanco sigue disfrutando, ahora menos, de esta maravillosa categoría. Pidamos, critiquemos, razonemos pero no destruyamos lo construido por una mala racha. Los que se suben al carro del triunfo, pues allá ellos, los que se han fidelizado, bienvenidos, los que están y estarán, han visto de estas y peores.
Nada que esconder, mala racha, errores del entrenador, jugadores y demás, pero algo de calma y sosiego tampoco vendría mal.
Mientras llega esta apasionante semana, sigan leyendo y discrepando de La Resaca (gracias infinitas), sean felices, disfruten y siempre Shiraaa (ahora más, si cabe)