Jesús Tomillero: "El Gobierno no debería haber permitido a la selección jugar el Mundial de Qatar"

Francis Mena
Periodista
29 de Noviembre de 2022
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La emoción del fútbol, los goles y los partidos a vida o muerte no acallan la polémica en el Mundial de Qatar. La cita mundialista se celebra en un país donde violan sistemáticamente los derechos humanos, en el que se somete a las mujeres, se persigue a los homosexuales, y se cifra en más 6.500 el número de muertes de trabajadores durante la construcción de los estadios de fútbol. Amnistía Internacional lo ha llamado "el Mundial de la vergüenza". El presidente de la Asociación Roja Directa Andalucía LGTBI+, Jesús Tomillero, que ha sufrido en sus propias carnes la homofobia en el fútbol, considera que esta Copa del Mundo esto supone "un paso atrás" en la lucha por la igualdad en el deporte, en el que tanto cuesta avanzar, y considera que el Gobierno no debería haber permitido que la Selección Española estuviese presente en esta cita.

"Me parece lamentable. Este mundial, para mí, va contra los derechos humanos", comenta dolido Jesús Tomillero, aficionado al fútbol, árbitro que tuvo que dejar esta profesión por los continuos insultos que recibía en campos de fútbol cuando decidió reconocer valientemente su homosexualidad. "Es una pena que se nos quieran excluir, callar e incluso penar por el simple hecho de ser del colectivo LGTBI; después nos preguntamos por qué no sale ningún futbolista del armario, pues por cosas como estas y por falta de empatía y sensibilidad".

Jesús Tomillero.

Tan doloroso, o más que la elección de un país como Qatar para acoger un Mundial de fútbol, le resulta que países que presumen de ser vanguardia de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, se sometan a los caprichos de los gobernantes del emirato, no elegidos democráticamente. Sobre que la FIFA haya prohibido brazaletes reivindicativos en las selecciones, el linense comenta: "Me parece de no tener escrúpulos, de solo importarle el dinero y no los derechos humanos. El fútbol no es lo que era antes, ahora el fútbol solo es para hacerse ricos y no para lo que verdaderamente debería ser: educar, tener empatía, compañerismos y sobre todo derechos".

Cuando se le pregunta qué cree que debería haber hecho un país como España, Jesús Tomillero se muestra tajante: "Si yo fuese el ministro de Deportes, no hubiese permitido que nuestra selección jugase este Mundial". "A veces se quieren adueñar de una lucha, como hace mucho el PSOE, y luego cuando se tienen que mojar no lo hacen", señala sin medias tintas.

Juguemos con Orgullo

Hace unos meses, Roja Directa Andalucía lanzó un spot realizado por la agencia Singulare y 8Directo que multiplica su sentido estos días en los que se disputa la fase de grupo del Mundial 2022 y que se ha difundido por redes sociales y medios nacionales.

"Pues sí, es un anuncio que ahora es mucho más necesario, necesario para que pronto podamos juguemos con orgullo, sin miedo, de ser del colectivo, sin miedo de que te griten negro en un estadio, sin miedo de que te humillen por ser mujer y jugar al fútbol; un spot para que no tengamos miedo y que entre todos podamos jugar con orgullo", comenta Tomillero sobre este vídeo en el que se lucha contra lacras como el machismo, el racismo o la lgtbifobia en el fútbol.

"El Mundial de la vergüenza"

Como otras muchas organizaciones no gubernamentales, Amnistía Internacional viene denunciando, y continúa haciéndolo durante el transcurso del Mundial de Qatar, las constantes violaciones de los derechos humanos del país catarí, y las condiciones infrahumanas y de esclavitud de los trabajadores que han levantado los ocho estadios en los que las distintas selecciones se baten el cobre, así como las infraestructuras necesarias para acoger esta cita.

"Temperaturas de hasta 50º. Jornadas interminables. Escasas medidas de seguridad. Apenas días de descanso. Amenazas de expulsión del país si no se aceptan las condiciones. Imposibilidad real de cambiar de empresa. Avances en la legislación que no se cumplen. Condiciones insalubres en las viviendas. Ese es el caldo de cultivo que explica algo que puede parecer increíble: miles de trabajadores migrantes han perdido la vida en las diferentes construcciones de Qatar desde que en 2010 la FIFA le designara como sede del Mundial de fútbol de 2022", recoge la asociación en Qatar: Seis cosas que debes saber sobre los anfitriones de la Copa Mundial de la FIFA 2022. El diario The Guardian cifró en 6.500 el número de muertes de trabajadores durante la construcción del Mundial, basándose principalmente en los datos proporcionados por los países de origen de los trabajadores: India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka, Pakistán. 

Además, "los trabajadores y trabajadoras migrantes siguen teniendo prohibido formar sindicatos o afiliarse a ellos". "En agosto de 2022, cientos de trabajadores migrantes fueron detenidos y deportados por las autoridades estatales tras protestar en las calles de Doha", informa.

Estas condiciones laborales es solo uno de los muchos derechos humanos que en el emirato es papel mojado. Amnistía Internacional señala la falta de libertad de prensa y las medidas para reprimir críticas al Estado. "Las autoridades del país limitan la libertad de prensa imponiendo restricciones a los operadores de medios de comunicación, entre ellas prohibir filmar en determinados lugares, como edificios oficiales, hospitales, universidades, lugares de alojamiento del personal laboral migrante y viviendas privadas", recoge en el referido texto.

Amnistía Internacional ha denunciado en la última década numerosos casos, documentados, de juicios sin garantías, y de "denuncias de tortura y malos tratos de las personas encausadas, y se impusieron condenas sobre la base de confesiones obtenidas mediante coacción".

El derecho de las mujeres es otro de los motivos por el que el movimiento Amnistía Internacional califica de "vergüenza" esta Copa del Mundo. Señala que "siguen sufriendo discriminación en la ley y en la práctica en Qatar". El sistema de tutela hace que las mujeres necesiten el permiso de un varón para casarse, estudiar, trabajar, viajar y tener atención médica. Además, denuncia que "las mujeres también siguen sin tener protección adecuada contra la violencia de género intrafamiliar y la violencia sexual".

En cuanto a la discriminación a las personas LGTBI, está incluso recogida en el artículo 296.3 del Código Penal, que tipifica como delito "actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo, y establece posibles penas de cárcel para toda persona que impulse o induzca o incite a un varón, por cualquier medio, a cometer un acto de sodomía o licencioso”. De igual modo, el 296.4 establece sanciones para toda persona que “induzca o incite a un hombre o una mujer, por cualquier medio, a cometer actos contrarios a la moral o que sean ilegítimos”.