El sinvivir de cientos de vecinos de La Línea ante las fuertes lluvias

07 de Diciembre de 2022
318419453_3285857325076491_990496334606938266_n
318419453_3285857325076491_990496334606938266_n

Vuelven las previsiones de fuertes lluvias y con ellas los temores e inquietudes de muchos vecinos de la ciudad de La Línea, especialmente los que residen en zonas que, históricamente, sufren problemas de anegaciones e inundaciones. Una problemática que volvió a repetirse este pasado lunes, 5 de diciembre, tras registrarse un intenso aguacero que en pocas horas (20.00/22.00 horas de la noche) acabó colapsando la ciudad: calles anegadas con hasta 40 centímetros de agua, cortes de tráfico, viviendas y garajes afectados.

La Línea, casi al completo, se convirtió en una auténtica balsa de agua, siendo varios los factores que pudieron estar detrás de esto; desde la lluvia torrencial caída en tan poco tiempo (95 L/m2) y el estado y mantenimiento de los sistemas de alcantarillado, hasta la situación geográfica de esta ciudad respecto al mar (al mismo nivel), y en el caso concreto de este pasado lunes, además, el viento de Levante y la cercana hora de la pleamar.

"Entendemos todos los motivos y circunstancias, coincidió también el Levante, sí, pero es que esto no es forma de vivir, con este sinvivir cada vez que llueve. Nosotros nos quedamos a una cuarta de que entrara todo el agua en la casa", comparte con este medio una familia que reside al principio de la calle Gibraltar, una de las zonas más críticas; nos atienden mientras refuerzan con una doble plancha de metacrilato la puerta principal de su vivienda. "Esto es un jaleo para entrar y salir (la plancha mide unos 50 centímetros de altura) pero así ganamos algo de tranquilidad", explica esta familia que, junto a otra más, son las dos únicas propietarias que quedan en uno de los tramos más inundable de esta calle. El resto de familias, que residían en esta zona dependiendo de antiguos alquileres, han sido realojadas o han abandonado directamente el lugar. Muchas de estas casas bajas continúan en pie pero tapiadas. "Nosotros es que esta es nuestra casa, de propiedad, la tenemos reformada y acondicionada, y aquí tenemos nuestra vida". Aseguran que el Ayuntamiento acometió algunas mejoras en los sistemas de alcantarillado de la zona que han dando una tregua estos tres últimos años. "Pero vamos, que esto ha sido así de siempre, no hay manera".

Vecinos de la calle Gibraltar refuerzan las puertas de sus viviendas para impedir la entrada del agua.

Hasta en tres ocasiones ha perdido ya los muebles del salón y la cocina otra familia de esta misma calle, Vanesa y sus cinco hijos. "Nosotros llevamos aquí unos nueve años y ya nos ha pasado esto tres veces", nos cuenta Vanesa mientras limpia lo que ha quedado de su salón-comedor: la puerta y ventanas exteriores, la nevera y un grifo. "Lo hemos perdido todo, otra vez. Ahora vienen unas Navidades y no tengo dónde hacer de comer ni dónde sentar a mis hijos", cuenta entre lágrimas. Vanesa, además, atraviesa una delicada situación personal, contando con una incapacidad para trabajar y sin ser propietaria de esta vivienda que ocupa. "Yo me tuve que ir en su día de La Línea, soy víctima de violencia de género, y cuando volví me vi en la calle con cinco niños. Así que compré la llave de esta casa que no estaba habitada. Llevo aquí ya nueve años, pero sin papeles ni nada no puedo solicitar ninguna ayuda".

Al desánimo, la tristeza y la incertidumbre, se une también el enfado. "La otra noche fue un completo caos, los propios vecinos tuvimos que cortar la calle porque cuantos más coches pasaban más agua nos entraba en la casa. Y daba igual a quién llamases, policía, bomberos, emergencias...al final apareció uno de Aqualia que nos dijo que esto no era nada para lo que nos esperaba el jueves. Encima. En el 112 nos preguntaron que si necesitábamos un médico, pero yo para qué necesitaba un médico", cuenta Vanesa con rabia.

Una experiencia muy similar a la vivida por Joni Rojas y su familia, residentes en la calle Medina Sidonia (paralela a esta calle Gibraltar). "Nosotros llamamos al servicio de averías de Aqualia y nos dijeron que mandarían a alguien, pero no apareció nadie. Policía nada, ni local, ni nacional. Estuvieron los bomberos al principio de la calle pero poco más, ni se preocuparon en si estábamos bien, si necesitábamos salir o algo, nada", señala Joni, que explica que tanto él como su mujer sufren una discapacidad que les impide levantar peso. "No podíamos salir de casa y tengo un niño pequeño de 4 años. Lo pasamos muy mal, la verdad. Estuvimos gritando auxilio y pidiendo ayuda por las ventanas y no nos hicieron ni puñetero caso, ni a nosotros ni al resto de vecinos de la calle. Tuvo que venir mi suegro, de 65 años, y sacar a mi hijo con el agua hasta la cintura". Joni también ha perdido muchos de los muebles del salón y dormitorios. "Yo ahora mismo estoy pagando un préstamo que pedí hace un año para reformar la casa, todo, puertas, muebles...y ahora lo tengo todo mojado". Estudia la posibilidad de optar a algún tipo de compensación económica a través del seguro de hogar de la hipoteca.

"Todavía estamos nerviosos y sobre todo muy asustados por las próximas lluvias. Pero es que esta calle es así siempre, cada vez que caen dos gotas se inunda. Necesitamos que busquen una solución y si no la tiene, pues alguna otra alternativa. Encima es que, a día de hoy, miércoles, no han venido ni a limpiar la calle, que sigue enfangada", añade Joni.

Estado de la calle Medina Sidonia este miércoles.

La problemática singular de los vecinos de las calles Crespo y Antonio Maura

La asociación de vecinos de la barriada de San Pedro, por su parte, se ha mostrado igualmente "preocupada" por las inundaciones de este lunes, que han anegado zonas importantes del vecindario, incluida la arteria principal, la calle San Pedro, también Santa Ana y Santa Isabel y una poza especialmente grave a las puertas de la parroquia, en el cruce entre Antonio Maura y Siete Revueltas, que se repite año tras año. "Estas lluvias además llegan en el peor momento para el barrio, con las calles Crespo y Antonio Maura aún abiertas en canal. No podemos más que esperar que no aumenten los daños en las casas ya perjudicadas por unas obras que van a sufrir nuevos y desesperantes retrasos", lamentan a través de un comunicado.

La asociación asegura que en la asamblea vecinal del pasado 11 de noviembre hubo vecinos y vecinas que ya alertaron de la suciedad acumulada en los registros y sumideros de aguas pluviales. "Y también que ha habido personas que a título individual han avisado al Ayuntamiento de este problema, sin haber obtenido respuesta", añaden.

"Genera una profunda desafección ciudadana y desconfianza en las instituciones comprobar como, tristemente, pasan partidos de todos los colores por las oficinas del Ayuntamiento y sin embargo los problemas crónicos que sufren los barrios permanecen". La asociación entiende la complejidad de abordar este asunto en una ciudad como La Línea, pero a la luz de la repetición de los mismos hechos un año tras otro, cabe preguntarse "¿acaso se está haciendo algo? ¿Se evalúan de forma seria las medidas tomadas o simplemente se hacen obras sin ton ni sol con un fin publicitario, no para solucionarle los problemas a la gente?".