La Resaca / El pasado reciente y la ambición

26 de Septiembre de 2022
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¿Se puede empatar ante el que era uno de los líderes de la categoría y salir enfadado del Mirador? La respuesta es clara, SÍ. Sobre todo, si uno es Iván Ania y ha inculcado en el vestuario que se puede ganar cualquier partido, más allá del tópico futbolero de que esto es así. Para el asturiano y su tropa no hay conformismo alguno.

La Resaca comienza hoy con interrogante y en su línea habitual. Aunque alguno se enfade por lo reiterativo, aquí sólo se expresa la opinión del que escribe, de algunos aficionados que le comentan cosas y poco más, para nada es la del algecirismo. Un movimiento muy grande y cada vez con más adeptos que, por cierto, no tienen edad ni tiempo para batallas que, están bien, pero ya no aportan nada. Estamos en 2022 y el club es una SAD por si alguien aún no lo sabía.

Aclarada la postura y subrayando que uno es miedoso y forma parte de los viejos de las batallas, aunque intenta no contarlas pero tampoco olvidarlas, la realidad es que en nuestro querido club todo está cambiando. De puertas al exterior, pero también en el interior.

“El empate es bueno para alguien que no sea muy ambicioso”. “Lo de la afición me parece otro nivel, hemos perdido dos puntos y siguen animando”. “Con cautela, pero este equipo está para pelear lo del año pasado”. Las sentencias son del técnico asturiano, de Carlos Albarrán, cada vez mejor, y del delantero Álvaro Romero. Capítulo aparte merece lo de los árbitros con él. Son mensajes que contrastan con la sensación, al menos la que servidor percibió, de orgullo por el partidazo que se marcaron los nuestros ante un señor equipo como el Racing de Ferrol.

Vaya por delante, perdón por recurrir a las batallas, que, en ese vestuario, quitando a Don Iván Turrillo, pocos por no decir ninguno, han vivido las penurias del pasado. Esas que recordaron Yiyi y sus chicos durante el pasado sábado y que nos sirve para la nostalgia, pero también para valorar lo que estamos viviendo.

Ellos, los de ahora, no saben de qué va esa película. Ese miedo que, al que escribe y a muchos que le rodean, nos invade y pensamos, casi siempre, que los demás son más altos, guapos y fuertes que los que defienden nuestra sagrada camiseta. Todo ello es así, aunque luego ganemos y llevemos tres años de enorme disfrute.

Así que será cuestión de ir cambiando la mentalidad, ojalá fuera tan fácil pero esta pasión es así, sin volverse loco. La ambición, desde Sancho hasta el utillero, es la seña de identidad y está muy bien. Pero no confundir con exigencia u obligación. Obviamente si miras al tercer puesto, por poner un ejemplo, será más fácil quedar quinto que pelear por no descender.

El problema es que, en esta bendita afición, como ya se ha reflejado en más de una ocasión, no hay término medio. Si todos reman juntos, como hasta ahora, será más fácil conseguir el objetivo. Que el vestuario quiera seguir arriba es plausible, pero eso no puede suponer una presión añadida. No somos, ni de lejos, uno de los primeros presupuestos de un grupo que, ahí están los marcadores de la jornada, se está demostrando que es muy muy fuerte. Los nuestros están para pelear con cualquiera, pero no somos el Deportivo. ¿Se entiende?

Soltada la perorata, que es sólo la mía, llega el momento de invadir, pacíficamente, Ceuta. Allí espera un revitalizado equipo caballa con un técnico que siempre se cruza en nuestro camino. José Juan Romero. El de Gerena comenzó con algún que otro encontronazo su maravillosa aventura, pero desde hace ya mucho tiempo sólo tiene palabras de cariño y respeto hacia la entidad Centenaria y su espectacular afición. Esa que el domingo irá con su equipo a ganar el partido al otro lado del Estrecho. Luego el fútbol dictará sentencia, pero los nuestros, tengan claro que no es un tópico, saldrán a ganar allí y a cualquier otro escenario por muy fuerte que sea el rival.

Bienvenida la ambición sin obligación, no lo olviden. El miedo nos acompaña, a muchos, pero es obvio que los nuestros comienzan a ser guapos y altos. Sean felices y siempre Shiraaa.