Incomprensión, rabia, dolor. Son los sentimientos que afloran cada vez que se comete un asesinato machista. Esta vez le ha tocado vivirlos a Algeciras. Rocío Orellana, natural de Algeciras, se convertía en la tercera víctima mortal por violencia de género en lo que llevamos de año. Su pareja la mató a puñaladas el pasado fin de semana en la localidad alicantina de L’Alfàs del Pi , donde residía junto a sus dos hijos.
Este mediodía, su ciudad natal ha querido guardar silencio en una concentración a las puertas del Ayuntamiento de Algeciras para recordar a Rocío y mostrar su repulsa ante la violencia machista.
La Corporación municipal, miembros de asociaciones, familiares, amigos y ciudadanos en general han querido rendir un sentido homenaje a Rocío. El alcalde, José Ignacio Landaluce, ha lamentado "el dolor y el sufrimiento de otro asesinato ilógico que es difícil de asumir. Todas las administraciones tenemos que estar comprometidos porque es un dolor de toda la sociedad y tenemos que erradicar la violencia de género".
Un primo de la víctima, Cristóbal Iglesias, ha relatado como encontró el cuerpo de Rocío la Guardia Civil y que la familia está tramitando traerla a Algeciras para que descanse en su ciudad.
Iglesias ha asegurado que "ella lo denunció a la Guardia Civil, unos vecinos la acompañaron. Le hicieron un seguimiento por teléfono hasta que dejó de contestar las llamadas".
Ha reconocido que la familia tenía constancia de los episodios de maltrato. "Ella estaba empecinada en que era buena persona. Nos decía que él la quería y la estaba ayudando, y está claro que no era así". "Ahora a ver como sale una familia de esto", lamentaba.
La víctima, natural de Algeciras, tenía 44 años y era madre de dos hijos. Tanto ella como su presunto asesino estaban incluidos en el sistema Viogen, por denuncias de malos tratos en relaciones anteriores. El presunto asesino, su pareja, es un hombre de 53 años que fue arrestado en un club de alterne en Cox.