Soltera, 35 años. Marta Martínez García, más conocida como Martita de Graná. Natural, directa e ingeniosa. Este sábado ha vuelto al Campo de Gibraltar con su monólogo Martita Sea. En febrero ya hizo parada en San Roque, y anoche volvió a triunfar, esta vez en el Parque María Cristina, donde se forjó un ambiente íntimo de risas y confidencias.
Martita compartió con los 500 asistentes cómo le ha cambiado la vida desde que se hizo conocida. Sus vídeos durante la pandemia del Covid-19 se hicieron virales y la impulsaron a subirse a los escenarios. Desde entonces todo ha cambiado, pero a la vez ella continúa siendo la misma persona de esos vídeos, con el mismo humor y la misma forma de hacer que el público pueda sentirse identificado con sus anécdotas, pues habla sin tapujos sobre la sexualidad femenina, la edad o la soltería.
"A mi edad me siguen preguntando cuándo voy a tener anillo, boda o bebé. Me dicen que se me va a pasar el arroz, pero no se plantean que hay mujeres que no quieren o que no pueden. Hay mujeres que pueden decidir no ser madres. Dejad de hacer la pregunta", sentenciaba en el parque algecireño que la aplaudió, por el mensaje y por gritarlo a los cuatro vientos hasta que cale en la sociedad.
Martita de Graná se desnudó emocionalmente ante su público. Habló del fallecimiento de su mejor amiga y de la enseñanza que le dejó esa pérdida: “El mismo día que se fue me enseñó que hay que vivir como si cada día fuera el último. Y eso es lo que estoy haciendo”.
La granaína defendió la libertad de poder hacer lo que a cada uno le dé la gana. En este aspecto mencionó lo buenas y malas que pueden llegar a ser las redes sociales, donde se encuentra a diario con mensajes de todo tipo, desde fans que la adoran a haters. "Me pasa una cosa muy curiosa y es que cuando subo una foto más arreglada y sin mallas, me dejan de seguir. Están acostumbrados a verme con la cara lavada, en camiseta y mallas. Defiendo lo real y lo natural, pero a veces también me apetece ponerme guapa y sentirme bella y empoderada. ¡Una también va a bodas!", decía riéndose a carcajadas.
La libertad, la vida, la muerte, los tipos de amigas, los novios que roncan, las personas que miran la fecha de caducidad de los productos en el supermercado... Todo tiene cabida en el universo Martita. Y quien se adentra en él, se queda perplejo —y encantado— con sus ocurrencias. En fin, Martita Sea.