En el litoral campogibraltareño es habitual que durante la temporada de verano el Levante, si sopla con fuerza, provoque situaciones complicadas en las playas y ponga en jaque a los socorristas que vigilan la seguridad de los bañistas en la costa.
Uno de los fenómenos que está relacionado con la mayoría de los rescates que se producen durante los meses estivales es el conocido como pasillo de resaca.
¿Qué son?
Este tipo de corrientes son flujos de agua que se producen perpendicularmente desde la orilla y se dirigen mar adentro. Se trata de corrientes succionadoras y no ocupan todo el ancho de la playa, sino que forman una especie de 'pasillo' por el que las olas que rompen en la orilla vuelve al interior del mar más rápidamente.
Jaime Alemany, jefe del servicio de socorrismo en la algecireña playa de Getares, explica que estas zonas se visualizan claramente desde la orilla porque en días de oleaje son los tramos en los que apenas hay olas. "Los usuarios suelen bañarse en el mar en la zona donde no se ve que haya olas porque parece menos peligroso, sin embargo, es todo lo contrario", afirma.
Alemany reconoce que la mayoría de los rescates que se efectúan en la playa de Getares tienen que ver con bañistas que se quedan atrapados en estos 'pasillos', que se localizan en el tramo de playa desde la altura del pub Pentagrama hasta el parque infantil y en la desembocadura de El Pícaro.
Habitualmente estas zonas de resaca aparecen en días en que la bandera es amarilla y por tanto está permitido el baño, por lo que a veces se hace necesario señalizarlo desde la orilla para evitar sustos.
Además, el responsable de socorrismo de playa Getares desvela que cuando aparece este fenómeno, algún compañero se mete en el mar para comprobar la fuerza de la corriente en estas zonas y calibrar el color de la bandera.
¿Cómo actuar si te encuentras en una zona de resaca?
La clave está en no intentar nadar hacia la orilla de manera perpendicular. Hará que nos cansemos y entremos en pánico al comprobar que no avanzamos.
La mejor opción es nadar en paralelo a la playa o en un ángulo de 45 grados y luego tratar de alcanzar la orilla. En caso de que no podamos salir de la corriente, es mejor intentar flotar, dejarse llevar y pedir ayuda.
Alemany advierte que "la mejor decisión es ser precavido e intentar no bañarse en estas zonas de la playa".