Elisabeth Estévez aún no da crédito de la suerte que ha tenido. Esta vecina de la barriada de La Juliana llegaba del trabajo a su casa en coche, en la calle Camarón de la Isla, cuando minutos después de pasar por la calzada se derrumbó una de las placas del suelo.
"Yo alucine porque me faltó muy pero que muy poco para caer por el boquete que es de bastante metros de altura y de anchura", relata. A raíz de este incidente los vecinos de La Juliana han puesto el foco en el estado de la calle en la que se ubican una treintena de estas placas de hormigón. Los vecinos aseguran que llevan denunciado el peligro que suponen debido a su mal estado desde hace cuatro años.
"Hace años ya se cayó un camión de bomberos que iba por algún incendio por la zona y aún siguen sin arreglarlo", recuerda esta vecina. Debajo de las placas pasan las aguas residuales para acabar en un colector.
"Es un milagro que no hallamos tenido ningún accidente grave porque leve lo hemos tenido como meter el pie en uno de los miles de boquetes que hay", lamenta Estévez.
Los vecinos han trasladado la situación al Ayuntamiento en varias ocasiones y se quejan de que no han recibido respuesta. Según apuntan, el día después al derrumbe de esta placa la policía local se personó en la zona y les trasladó que se iba a solucionar.
Fuentes del Ayuntamiento consultadas por este periódico, aseguran que el arreglo de la calzada se encuentra en proceso de contratación. "No lo hemos dejado en ningún momento, sólo que se adjudicó y la empresa renunció, y se ha tenido que rehacer el proyecto para incluir otras de otras zonas que también están en mal estado y se esta volviendo a licitar", han aclarado.