La Plaza Alta ha enmudecido este jueves en recuerdo de Diego Valencia, el sacristán de la iglesia de La Palma asesinado ayer en el ataque a varias iglesias del centro de Algeciras por parte de un joven de 25 años, que permanece detenido bajo custodia policial. La Audiencia Nacional investiga si se trata de un acto de terrorismo yihadista, mientras que el párroco de la iglesia de San Isidro, Antonio Rodríguez, se recupera de una grave herida en el cuello por arma blanca.
El silencio casi se podía cortar esta mañana en esta plaza, corazón de esta ciudad y seña de identidad de los algecireños, a pesar de los numeros vecinos allí congregados, de una y otra nacionalidad, cultura y religión, católicos y númerosos miembros de la comunidad musulmana, autoridades de todos los organismos, nacionales, autonómicos, provinciales y municipales, representantes de los ocho municipios del Campo de Gibraltar, el Ayuntamiento de la ciudad al completo y grupos políticos de todos los colores. Fuentes municipales cifran en unas mil personas los participantes en este emotivo acto.
Unas mil personas que, entre la disparidad, han mandado un único mensaje: de repulsa y condena, de dolor y tristeza, y con un llamamiento a la calma, la tranquilidad, la paz y la buena convivencia de la que ha presumido siempre esta ciudad multicultural. El solemne silencio a pesar de la abarrotada Plaza Alta, con medios de comunicación de todo el territorio nacional, incluido el extranjero, ha roto en aplausos transcurridos los primeros cinco minutos del acto en recuerdo a Diego Valencio, un querido y muy conocido vecino de esta ciudad que ayer corrió la mala fortuna de enfrentar a este individuo, que según fuentes oficiales y primeros indicios de la investigación actuó solo en este vil ataque. Tras los aplausos ha brotado la emoción, desgarradora, especialmente de la familia más cercana y directa de Diego, que rompía en llanto ante todos y frente a un altar improvisado de velas y flores en el lugar donde anoche perdió la vida Diego.
Las autoridades políticas presentes han condenado unánimamente estos terribles hechos. Como también lo han hecho a título particular numerosos vecinos de esta ciudad y otras poblaciones vecinas. Se han sumado a este mensaje de manera rotunda la comunidad musulmana, muy numerosa en la ciudad de Algeciras, y que ha reiterado una y otra vez ante los numeros medios de comunicación allí presentes que "estos terribles hechos no representan ni a nuestra religión ni a nuestra comunidad, el islam no tiene nada que ver con esto, el islam es paz. No en nuestro nombre". Otros vecinos de la ciudad, "católica y de Algeciras de toda la vida", comentaba una señora en el micrófono de 8Directo, mostraban su apoyo a sus vecinos musulmanes. "Yo no tengo miedo de ellos, para nada, siempre hemos convivido estupendamente y sin problema. Esto es un problema de una persona concreta que ha hecho esto. No tiene que ver con las religiones". Amigos y conocidos de Diego gritaban: "Estamos aquí por ti, Diego".