Los operarios de la delegación de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Algeciras retiran una media de 2.000 kilos de naranjas amargas procedentes de los diferentes árboles que adornan muchas calles de la ciudad. Pero, ¿cuál es el destino final de esta gran cantidad de fruta? El delegado de Parques y Jardines, Ángel Martínez, ha explicado a 8Directo que esta recolecta acaba en el punto limpio, es decir, se tiran sin que tengan una segunda vida.
Sin embargo, no en todos las ciudades donde se plantan este tipo de naranjos el destino de esta fruta es el vertedero. Hay ayuntamientos que optan por darle un uso a esta 'cosecha'. Entre los usos más habituales están la fabricación del compostaje y abono orgánico; la producción de biogás o energía: o la elaboración de productos alimenticios como mermeladas, licores o salsas o aromatizantes para la cocina. Aunque este último uso, el alimentario, ya no es posible, ya que por su ubicación urbana, la piel de la naranja absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución urbana, como el plomo y los metales pesados de las emisiones de los vehículos. Por lo que, no las hacen aptas para la distribución alimentaria ni el consumo directo.
Algunas ciudades colaboran con empresas o cooperativas que procesan las naranjas para hacer aceites esenciales, cosméticos o productos de limpieza.
Por ejemplo, Málaga es una de las ciudades que opta por dar una segunda vida a las naranjas amargas de sus calles. Las vende a una empresa holandesa que las convierte en compostaje. Por su parte en Sevilla, se emplean para generar electricidad a partir del gas que desarrollan o se emplean en la elaboración de piensos para el ganado.
Citrus aurantium es el nombre científico de la variedad de naranja amarga que se encuentra en las calles de la ciudad. Estos naranjos son una especie perfecta para las calles de las ciudades, puesto a que no requieren grandes cantidades de agua ni tampoco muchos cuidados en general.