Nervios y emoción. Muchas ganas de volver a las calles tras dos años sin poder disfrutar de la estación de penitencia por la pandemia del covid. Este Jueves Santo se prodjo el esperado reencuentro del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y de María Santísima de la Trinidad con su gente, con su pueblo.
Hubo momentos de mucha emoción. Como una de las primeras levantá de la Trinidad, imborrable para aquellos que la presenciaron, dedicada a la madre de una de las fieles, que pronto sería abuela y que se encontraba enferma. Un grito. "Por ella. Y por todos los que se han quedado en el camino". "La barriada de San José Artesano no os olvida".
Paciencia y mucha precisión para sacar de su templo al Cristo de las Tres Caídas. "Con mucho cariño", decía el capataz. Así lo ejecutaron los costaleros, con mucha fuerza y ganas de verlo por fin fuera del templo, con luz natural y brillando en cada uno de sus pasos en una plaza rodeado de fieles que lo han recibido entre lágrimas y aplausos. Todo un pueblo entregado y congregado a las puertas de la Parroquia de la Santísima Trinidad. Palabras.
Una bonita y especial jornada que se vio arropada por el cariño de los algecireños, el buen tiempo y el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Barbara de La Línea para el paso de misterio, mientras el paso de palio emprendió su marcha por la ciudad con la Agrupación Musical Santa Cecilia de Gerencia de Ciudad Real.
La Venerable y Trinitaria Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, María Santísima de la Trinidad y San Juan Mata inició su estación de penitencia desde su sede canónica en San José Artesano, sobre las seis de la tarde. Así, pasó por carrera oficial sobre las diez y media de este Jueves Santo y volverá a su templo sobre las dos de la mañana. Un largo camino de un Jueves Santo memorable.