Una pequeña muestra del enorme arte de Carlos Pacheco

Francis Mena
Periodista
10 de Noviembre de 2022
FhI_O0jWYAEqBGq
FhI_O0jWYAEqBGq

Año 2016. Sentado ante las noticias. Suenan los acordes de Space Oddity mientras una voz habla de la muerte de David Bowie. Luego salta a Starman y después a Lazarus. Entonces, solo me sonaba levemente aquel extraño cantante inglés y, ni mucho menos, sabía el nombre de las canciones que usaba el informativo para contar su fallecimiento. Eso sí, quedé fascinado y descubrí, postmorten, a alguien que terminé admirando. La vida de los genios trasciende su muerte.

Con Carlos Pacheco (DEP) no me ha ocurrido lo mismo. Disfruté de sus geniales historias y dibujos mientras el sanroqueño estaba con vida. Primero cayó en mis manos un cómic de grapa del que lo primero que me llamó la atención fue que su portada no tenía los habituales nombres anglosajones sino un nombre que bien podría ser el de un vecino. De hecho, lo era. De San Roque, para más seña. Luego leí su magnífico Arrowsmith, un personaje que ideó el propio Pacheco, que emocionó a miles de personas en el mundo, el que escribe incluido, y así fui buscando su pista entre Superman, Spiderman y otros superhéroes.

Como me ocurrió a mí con Bowie, tal vez alguien pueda descubrir ahora, más vale tarde que nunca, y admirar siempre a este pionero del cómic, un conquistador nacional como lo fue Antonio Banderas en Hollywood o Pedro Duque en el espacio. Para ello, compartimos aquí algunos de sus reconocidos dibujos, viñetas y portadas. Una pequeña muestra del enorme arte de Carlos Pacheco.