Tras más de cuatro años de una gran incertidumbre en torno al Brexit y de idas y venidas constantes, el Campo de Gibraltar y Gibraltar han amanecido este viernes con el respiro de contar con un acuerdo "histórico" que finalmente asegura la fluidez en la frontera con el Peñón y que promete cambiar este paso fronterizo de manera rotunda, levantando la Verja después de más de 300 años. Un escenario lejos de la imaginación de muchos que, a medida que se acercaba el plazo límite de las negociaciones, sentían cada vez más cerca un Brexit duro en uno de los pocos rincones que se mostró firmemente en contra. Un 96% de los gibraltareños votaron a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Precisamente, esta tranquilidad, la normalidad de todos los días, es la que ha reinado hoy en la frontera con Gibraltar, en un día tradicionalmente de poca afluencia al ser festivo, 1 de enero. La entrada y salida de personas y vehículos a Gibraltar ha sido fluida y sin contratiempos, como hasta ahora, mostrando el DNI. Eso sí, a algunos británicos ya se les ha requerido el pasaporte para sellar, al no formar el Reino Unido parte de Schengen.
Gibraltar es el único territorio de Reino Unido que entra a formar parte del espacio Schengen y con el que se elimina la Verja. La frontera del Peñón con la Unión Europea ahora se traslada al aeropuerto y al puerto marítimo de Gibraltar, puntos claves que controlarán los agentes europeos de Frontex bajo la supervisión de España, quienes tendrán que informar a las autoridades españolas, como responsable último ante Bruselas en esta cuestión, de las personas a las que se permite acceder a Gibraltar y de otros aspectos como la concesión de visados, según explicó ayer en comparecencia la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Durante los próximos seis meses se continuarán negociando y concretando el resto de detalles de este acuerdo que, sin duda, marca un antes y un después en esta comarca.
Reino Unido y la UE inician una nueva era en sus relaciones
Cuatro años y medio después del referéndum en el que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea, el Brexit se ha convertido finalmente en realidad después de que a media noche el Reino Unido haya dejado de ser oficialmente uno de los Veintisiete Estados miembro y se haya convertido así en la primera nación en abandonar la UE. La separación ha llevado años de intensas negociaciones antes de que finalmente, el acuerdo final de ruptura por 600 billones de libras esterlinas, unos 670.000 millones de euros, se alcanzara en Nochebuena.
Las partes comienzan este viernes una nueva era en sus relaciones con una cooperación mucho menos definida y regida principalmente por el nuevo Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA, por sus siglas en inglés).
La libertad de movimiento para vivir y trabajar terminará aunque de momento, a corto plazo, todavía se mantiene la libertad de visado. Los bienes serán más controlados a ambos lados de las fronteras entre Reino Unido y la Unión Europea, y dentro del Reino Unido, en la frontera marítima entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña. Los negocios a ambos lados tendrán que saltar por el aro para cumplir los requisitos para las exenciones de tarifas.
Además, algunas decisiones clave todavía que aún están por tomar marcarán el destino de muchas empresas del sector servicios. No obstante, las largas caravanas de camiones con bienes de consumo en las fronteras no están siendo aún visibles de forma inmediata ya que este inicio de enero es un momento típico de menos tráfico de carga.