Petardos, bengalas, lejía, arena. Son algunos de los métodos con los que algunas embarcaciones se 'arman' para ahuyentar a las orcas en el Estrecho de Gibraltar. Así lo comparte con 8Directo ecologistas y animalistas que, por las consecuencias que podría conllevar esta denuncia, prefieren mantenerse en el anonimato.
Hasta dos grupos dedicados al cuidado y protección del entorno natural de esta zona, su flora y fauna, su ecosistema, aseguran tener sospechas de la existencia de varios barcos armados contra las orcas. "Estamos vigilantes, detrás de ellos. Tenemos la sospecha de varias embarcaciones que llevan armamento, entre comillas, para espantar a las orcas si interaccionan con ellos. Lo que pasa es que se tapan entre ellos y ahora está la cosa un poco más parada, se han venido abajo, después de saliese a la luz pública ese vídeo en el que se veía cómo disparaban a unas orcas en el Estrecho", exponen.
Un vídeo que se hizo viral en redes sociales, que recogieron tanto medios locales, como nacionales, incluso internacionales, y en el que se aprecia a los tripulantes de un catamarán disparando contra un grupo de orcas que se acerca a su embarcación. La Guardia Civil indentificó días más tarde a estos tripulantes en el Puerto de Almerimar (El Ejido). La tripulación, que está dando la vuelta al mundo, reconoció los hechos y mostró total colaboración con los agentes, apunta la Benemérita en un comunicado, "facilitando todo tipo de documentación y registro del barco". El Seprona, por su parte, ha iniciado una investigación criminal por si los hechos pudieran ser constitutivos de un delito del Código Penal, así como infracción administrativa al patrón de la embarcación y a la persona que hizo uso del dispositivo pirotécnico para ahuyentar a la especie protegida.
La sospecha de estos grupos ecologistas, sobre el 'armar' de estas embarcaciones, se sostiene en la existencia de varios grupos de Facebook, Orca Attack Reports y Orca Attacks Solutions, en los que usuarios de embarcaciones advierten sobre avistamientos de orcas en distintas zonas, como el Estrecho de Gibraltar o el norte de la Península, y comparten información sobre métodos para espantar a estos cetáceos. Como por ejemplo, intercambiándose, mediante compra-venta, 'los pinger'; un dispositivo acústico diseñado que se acopla a la embarcación para ahuyentar a delfines y orcas.
Un aparato que es posible adquirir a través de Internet, según denuncian ecologistas y animalistas, aprovechándose de un "vacío legal". "Cuestionamos estos métodos, por supuesto que sí, pero claro, es difícil, está todo esto en un vacío legal porque los cetáceos están protegidos por Real Decreto, salvo en situación de emergencia, y claro, si una orca te rompe el timón y te hace una vía de agua, pues tienes un problema. Ahí se están agarrando las embarcaciones, a esta excepción de emergencia".

Las orcas, una especie protegida por la Ley
Esta población está catalogada como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA) desarrollado mediante el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero. Para las especies incluidas en el CEEA, el artículo 57 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad prohíbe cualquier actuación hecha con el propósito de darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos. Además, el Real Decreto 1727/2007, de 21 de diciembre, establece medidas de protección de los cetáceos para contribuir a garantizar la supervivencia y su estado de conservación favorable. Esta población de orcas cuenta con un plan de conservación desarrollado por la Orden APM/427/2017, de 4 de mayo, por la que se aprueban las medidas de protección, y el Plan de Conservación de las orcas del Estrecho y Golfo de Cádiz.
En concreto, se prohíbe: acercarse con la embarcación a menos de 60 metros de los cetáceos; el contacto físico de embarcaciones o personas con el cetáceo o grupo de cetáceos; alimentar a los animales, tirar alimentos, bebidas, basuras o cualquier otro tipo de objeto o sustancia sólida o líquida que sea perjudicial; impedir el movimiento libre de los cetáceos, interceptar su trayectoria, cortar su paso o atravesar un grupo de cetáceos, en cualquier momento y dirección; separar o dispersar al grupo de cetáceos y, especialmente, interponerse entre un adulto y su cría; producir ruidos y sonidos fuertes o estridentes para intentar atraerlos o alejarlos, incluyendo la emisión de sonidos bajo el agua; bañarse o bucear en la Zona de Exclusión del Espacio Móvil de Protección de Cetáceos.
Aumento de las interacciones
Durante el verano y el otoño de 2020 empezaron a producirse eventos de interacción entre varios ejemplares de esta especie y embarcaciones, principalmente veleros, tanto en el Estrecho de Gibraltar, como en las aguas de la costa gallega. Estas interacciones han consistido desde aproximaciones persistentes a los barcos, hasta embestidas en el casco y el timón, causando daños de diversa índole, que continúan hoy en día. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) se ha impulsado recientemente el marcaje satelital de seis ejemplares de orca para mejorar en el conocimiento sobre la distribución y los hábitos de comportamiento de esta especie en las aguas españolas, y avanzar con otras administraciones en la minimización de los efectos negativos de esas interacciones, y también en una mejor conservación de la especie.
Según el Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), en 2021 se contabilizaron 197 interacciones de orcas ibéricas en el Estrecho de Gibraltar y la costa marroquí; en 2022 se registraron 207 interacciones y, en lo que llevamos de 2023, el registro de interacciones supera las 50. Este Grupo de Trabajo Orca Atlántica trabaja en la conservación y gestión de la orca ibérica, una subpoblación singular de las orcas que viven en el Atlántico nororiental, colaborando con diversas instituciones para acercar información actualizada sobre su ecobiología, interacciones con embarcaciones y seguridad.
Recomendaciones para navegantes
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana recomienda que si estás navegando y te encuentras con orcas u otros cetáceos y estos interactúan con la embarcación, el patrón/capitán de la embarcación adoptará, siempre que sea posible y no generen un peligro mayor, las siguientes medidas:
- Evitar que las personas a bordo se acerquen a las bandas, procurando que se sitúen en lugares que proporcionen la mayor protección posible ante eventuales movimientos bruscos que pudieran ocasionar lesiones o la caída al mar, y frente a golpes provocados por el repentino desplazamiento de elementos móviles.
- En el supuesto de una interacción, siempre es preferible navegar a motor que, a vela, evitando parar la embarcación y navegando en línea recta a la mayor velocidad posible, siempre dentro de los márgenes de seguridad de la embarcación y las condiciones de viento y mar, hacia aguas menos profundas, hasta que las orcas pierdan el interés.
- En aquellos casos de embarcaciones navegando a vela, ha de tenerse igualmente presente que la integridad de la orza se podría ver afectada, y esto podría influir en la estabilidad de la embarcación, por lo que se recomienda arriar las velas y navegar a motor.
- Se recomienda, siempre dentro de los límites de seguridad propios de cada embarcación, navegar lo más próximo que sea posible a la costa, especialmente en las inmediaciones de la ensenada de Barbate, donde hay menos probabilidad de encontrarse con grupos de orcas.
- Todo buque o embarcación que observe la presencia de orcas u otros cetáceos, den lugar o no a episodios de interacción, extremará el cumplimiento de lo dispuesto en el Real Decreto 1727/2007, de 21 de diciembre, por el que se establecen medidas de protección de cetáceos, en especial aquellas encaminadas a evitar la realización de conductas que puedan causar muerte, daño, molestia o inquietud a los cetáceos y, en general, cualquiera de las conductas señaladas en los artículos 4 y 5 del citado Real Decreto.
- Observar, y si fuera posible, tomar registro fotográfico de los ejemplares de orca involucrados en el suceso. Las actividades de observación se llevarán a cabo sin desatender la precaución y el cumplimiento de las obligaciones propias de la buena práctica del marino, sin menoscabo del ejercicio de cualquier decisión necesaria para la seguridad de la navegación y únicamente cuando ello sea posible y seguro, sin exponer a mayores riesgos al buque o embarcación, a las personas a bordo ni a los cetáceos.
- Cualquier otra nueva instrucción o recomendación que pueda ser difundida a los navegantes.
- Se recuerda la obligación que todo capitán/patrón tiene de informar de aquellos sucesos susceptibles de ser un peligro para la navegación, y, por lo tanto, deberá reportarse las interacciones con las orcas a través de del Centro Coordinador de Salvamento Marítimo correspondiente.

Orcas, en el Estrecho. Foto: MITECO.