La Verja, la última barrera

25 de Noviembre de 2022
Fotos Gibraltar 37-min
Fotos Gibraltar 37-min

Madrid, 25 nov (EFE).- La desaparición de la Verja de Gibraltar podría estar más cerca si fructifica la propuesta que España y la Comisión Europea han hecho a Reino Unido para transformar la zona y eliminar lo que siempre ha sido un símbolo del estatus de la colonia británica interpuesto entre españoles y yanitos.

Por esa verja gibraltareña cruzan diariamente unos 15.000 trabajadores y 200 camiones, y para los municipios españoles limítrofes con la colonia, la relación económica supone la cuarta parte de su producto interior bruto y aporta unos 120 millones de euros al año.

La Verja de Gibraltar, cuyo origen se remonta a 1909, es la línea de control entre la colonia británica y el municipio de La Línea de la Concepción, en el istmo de Gibraltar.

Es una zona con un gran tránsito de personas y transportes terrestres, con amplia repercusión económica y social en el denominado campo de Gibraltar, un gran área de pueblos próximos a la colonia británica.

Este paso fronterizo ha sido uno de los motivos de fricción entre España y Reino Unido por ocupar un espacio territorial no contemplado como tal en el Tratado de Utrecht, por el que España cedió el Peñón a Reino Unido el 13 de julio de 1713.

En el artículo 10 de ese tratado se indicaba la cesión de una fortaleza "sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra". La realidad fue otra y los británicos a principios del siglo XX dispusieron el levantamiento de esa verja en el istmo.

A lo largo de esos más de 300 años de ocupación británica, Gibraltar ha vivido diferentes situaciones respecto a la relación hispano-británica; desde el bloqueo militar, el levantamiento de la famosa verja hasta las negociaciones entre España y Reino Unido por el Brexit, bajo la atenta mirada de los gibraltareños.

España siempre ha reivindicado la devolución de Gibraltar en los foros internacionales y esas demandas han sido apoyadas por Naciones Unidas, cuya Asamblea General aprobó seis resoluciones (1965, 1966, 1967, 1968, 1973 y 1974) en las que pide el fin de la colonia e invita a las partes a negociar la resolución del asunto.

Una de esas discrepancias tuvo lugar el 8 de junio de 1969, cuando la dictadura franquista echó el cierre a la en protesta por la aprobación de la Constitución de Gibraltar.

Hubo que esperar hasta diciembre de 1982 para que el primer ejecutivo de Felipe González ordenara su apertura, solo para peatones. Tres años después, en febrero de 1985, se abrió a vehículos y mercancías.

El 31 diciembre de 2020, España y Reino Unido llegaron a un importante acuerdo sobre Gibraltar, horas antes de la entrada en vigor del Brexit, el cual permitió garantizar la movilidad en la frontera y la libre circulación de ciudadanos, la gran mayoría residentes en la comarca del campo gibraltareño.

Ese pacto previó la aplicación a la colonia británica de políticas y programas de la Unión Europea (UE), así como “modalidades del acuerdo” de Schengen o un régimen aduanero en materia de tráfico de mercancías y transporte, según explicó entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores español.

Por su parte, el gobierno británico subrayó entonces que Londres estaba comprometido en garantizar la fluidez de la frontera gibraltareña por el bien de la población que vive a ambos lados de la verja.