Nueve finales. Nueve semanas de sufrimiento, nada nuevo en el algecirismo, de esperanza, aún no hay nada perdido, pero sobre todo de intentar conservar una preciosa categoría. La Resaca llega tras el malísimo partido, sobre todo los primeros 30 minutos, que los nuestros disputaron en Linarejos. “Es un tema mental”, dijo Albarrán. “El que no esté preparado que de un paso al lado, tenemos que ser conscientes de que nos estamos jugando mucho”. Explicación del capitán, siempre dando la cara, Iván Turrillo, que además será baja el domingo para recibir al líder, Alcorcón. “Entiendo que la gente pida mi dimisión y esté enfadada. Ojalá el domingo seamos 5.011 contra el líder.” Apuntó un Iván Ania, tocado pero dejando claro que está “fuerte y convencido de sacar esto adelante”.
Hay que ganar cuatro partidos, como poco, para seguir disfrutando de Primera Federación, de analizar los errores y de intentar seguir creciendo desde la humildad y conscientes de que el fútbol es tan puñetero y maravilloso que no entiende de lógicas. ¿Puede el Algeciras derrotar a su próximo rival y sumar tres puntos? La respuesta de la mayoría es evidente, así es imposible. Afortunadamente el deporte rey tiene la capacidad de dar la vuelta a la tortilla cada semana. Ahora es el momento de los valientes, de los que tienen personalidad y de que profesionales que se están jugando su futuro. Llega la hora de asumir que es tarea de ellos ofrecer algo a una afición que, hasta aquí, les ha demostrado su apoyo, más allá de críticas puntuales.
El club tiene claro que Ania es el hombre. Lo fácil es romper la cuerda por el lado habitual, pero en eso también parece que somos Especiales. Si el equipo desciende, ojalá que no, ya se sabe que el argumento es el habitual. Si se salva, como deseamos todos entiendo, saldrán los mismos sabios a decir que menos mal. A toro pasado todos cortamos las dos orejas.
El vestuario, en el que como en todo grupo de personas hay distintas sensibilidades, debe tener claro ya que su entrenador está ahí para llevarlos al cielo o al infierno. Es decir, salvo hecatombe, el asturiano no sólo será el encargado de salvar la nave sino que tiene todas las papeletas, ojalá sea así porque su capacidad más allá de errores como todos está demostrada, para comandar la nave el próximo año. Pero para escribir ese capítulo es fundamental salvar los muebles. Errores puntuales, caprichos del fútbol, fallos del míster, y un sinfín de detalles hacen que 29 jornadas después el equipo esté metido, de lleno, en la pelea por descender. Obviamente no es casualidad y se han hecho más cosas mal que bien.
Sin embargo, otra vez el fútbol, la diferencia con respecto a hace una semana es casi inapreciable en cuanto a datos numéricos. Digamos que la situación es casi la misma, más allá de entrar en la zona roja, pero con los mismos puntos, si bien, las sensaciones y lo que transmite el equipo es mucho peor que lo visto ante el Córdoba. Esa irregularidad es la que está matando a un grupo que quizás no está dando el nivel pero que tiene mimbres, suficientes, para salvarse. Claro que escribirlo, decirlo o contarlo, está muy bien. Ahora toca plasmarlo en el verde, ese que no engaña.
Mientras tanto disfruten, sean felices y Siempre Shiraaa.
PD: Quedan nueve partidos, cinco de ellos en casa...