El libro de García Arévalo, editado en Libros.com el pasado mes de octubre gracias a una campaña de "crowfunding" en redes sociales, ha sido presentado ya en Palmones, en la Librería Bahía de Letras; Algeciras, en el Café Castelart; en Madrid, en la sede de la editorial y también, semanas después, en la de de la Fundación porCausa, e incluso en Taraguilla, la barriada de San Roque que el fotoperiodista reivindica como su "patria chica" allá donde va. Además, ha recibido una mención especial en los XV Premios Andalucía de Migraciones celebrados esta misma semana en la Fundación Cajasol.
El pasado 30 de noviembre, García Arévalo se reencontró con sus vecinos en el salón árabe del restaurante Los Rosales, conocido en la zona, "desde el cariño y el respeto" como el "bar del musta" o "bar del moro", y sin que nadie se ofenda por ello. Ya para 2020, el fotoperiodista tiene intención de presentar su obra en ciudades como Tarifa, La Línea, Córdoba, Málaga, Alicante y Barcelona.
El fotoperiodista, presentando su libro a sus vecinos de Taraguilla
Y su intención es seguir moviendo el libro todo lo posible, y no sólo por el esfuerzo que ha supuesto que viera la luz, sino por la necesidad de que las 25 historias que palpitan en sus páginas lleguen al mayor número posible de personas, en unos tiempos en los que los migrantes son mirados con recelo por quienes nunca han intercambiado con ellos ni una sola palabra, ni una sola mirada.
"En lo más ancho del Estrecho", que ha sido ya comentado y debatido en distintos foros, como el II Congreso Internacional de Periodismo y Migraciones celebrado en octubre en Mérida, es un libro "molesto", destinado a remover conciencias, a seguir impactando en quienes se asomen a lo visto y vivido durante todos estos años por Fernando García Arévalo, y estén dispuestos a hacerlo sin prejuicios, con los ojos y el corazón abiertos.
Un libro capaz de contener frases tan tremendas como éstas, que su autor, que trabajó y vivió varios años en África, firma cuando se refiere a la "aporofobia", ese miedo al pobre que parece haber penetrado, como un cáncer, en nuestra sociedad. "Admitámoslo: no tenemos miedo de la persona de color arropada con visado y tarjetas de crédito, asusta la persona negra que cruza fronteras irregularmente y sin dinero; no rechazamos al árabe empresario que aterriza con su jet privado, despreciamos al moro sin recursos que se juega la vida en un barcucho, no desconfiamos del turista en manada con pulsera de todo incluido, miramos con recelo al inmigrante solo y excluido, no obviamos al exiliado político respaldado por importantes lobbies socioeconómicos, evitamos al refugiado indefenso y desamparado...".]]>
25 historias
El pasado 30 de noviembre, García Arévalo se reencontró con sus vecinos en el salón árabe del restaurante Los Rosales, conocido en la zona, "desde el cariño y el respeto" como el "bar del musta" o "bar del moro", y sin que nadie se ofenda por ello. Ya para 2020, el fotoperiodista tiene intención de presentar su obra en ciudades como Tarifa, La Línea, Córdoba, Málaga, Alicante y Barcelona.
Y su intención es seguir moviendo el libro todo lo posible, y no sólo por el esfuerzo que ha supuesto que viera la luz, sino por la necesidad de que las 25 historias que palpitan en sus páginas lleguen al mayor número posible de personas, en unos tiempos en los que los migrantes son mirados con recelo por quienes nunca han intercambiado con ellos ni una sola palabra, ni una sola mirada.
"En lo más ancho del Estrecho", que ha sido ya comentado y debatido en distintos foros, como el II Congreso Internacional de Periodismo y Migraciones celebrado en octubre en Mérida, es un libro "molesto", destinado a remover conciencias, a seguir impactando en quienes se asomen a lo visto y vivido durante todos estos años por Fernando García Arévalo, y estén dispuestos a hacerlo sin prejuicios, con los ojos y el corazón abiertos.
Un libro capaz de contener frases tan tremendas como éstas, que su autor, que trabajó y vivió varios años en África, firma cuando se refiere a la "aporofobia", ese miedo al pobre que parece haber penetrado, como un cáncer, en nuestra sociedad. "Admitámoslo: no tenemos miedo de la persona de color arropada con visado y tarjetas de crédito, asusta la persona negra que cruza fronteras irregularmente y sin dinero; no rechazamos al árabe empresario que aterriza con su jet privado, despreciamos al moro sin recursos que se juega la vida en un barcucho, no desconfiamos del turista en manada con pulsera de todo incluido, miramos con recelo al inmigrante solo y excluido, no obviamos al exiliado político respaldado por importantes lobbies socioeconómicos, evitamos al refugiado indefenso y desamparado...".]]>