Diego el Cigala es tanto que no necesita demasiado para embaucar a su público. Es un prestidigitador del cante. Le basta una voz única, la suya, su personalidad de rey gitano sobre el escenario, el piano de Jaime Calabuig, Jumitus, y unas manos adornadas con oro para tocar los bongos y las palmas. Nada más. Y nada menos. Con eso y con joyas prestadas en forma de canciones cameló a Algeciras en la penúltima noche del IX Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía y puso varias veces en pie a los asistentes que llenaban el aforo del parque María Cristina.
El Cigala entregó un repertorio lleno de boleros, ritmos caribeños y versiones de canciones de los dos mundos que envuelven su vida y su obra: España y Sudamérica. Fue celebrada cada primeras y reconocibles notas de cualquier tema de su mítico Lágrimas negras, uno de esos disco que suceden como alineaciones de planetas y que están hechos para marcar. Al cantaor madrileño le marcó tanto aquella esperiencia con Bebo Valdés que casi todo lo que hace desde entonces parece estar bañado por aquella conjunción.
"De porqué te estoy queriendo, no me pidas la razón/pues yo mismo no me entiendo con mi propio corazón" de Te quiero, te quiero de Nino Bravo fueron los primeros versos lanzados al aire por Diego el Cigala en el concierto de Algeciras. De Lágrimas negras, además de la canción que da nombre al disco, cantó otras como Corazón loco, Se me olvidó que te olvidé, y La bien pagá. Interpretó también joyas de Alejadro Fernández (Abrázame), Camarón de la Isla (Nana del Caballo Grande), Rocío Jurado (Se nos rompió el amor), Francisco Céspedes (Vida loca), Machín (Compromiso), entre otros. No hubo grandes cambios de registros, a ritmo de bolero, aunque su quejío lo envuelve de halo flamenco inconfundible y propio.
Aún así, muchos en el público que llenaba el recinto -se pusieron sillas extras- le reclamaban algo más flamenco. "Si remata con unas bulerías se cae el parque", decía un asistente. Hubiera esta bien, pero no hubo, no estaba en el plan. En el estilo que desde hace unos años ha abrazado el Cigala se siente muy cómodo, sin necesidad de grandes alardes, pero es de un gusto y una efectividad que embauca y pellizca como si de una bulería o una soleá se tratara. Es la magia de este cantaor.
Diego el Cigala recordó con palabra y dedicatorias a Paco de Lucía, su "amigo". Él, como todo flamenco, quedó marcado por el maestro de La Bajadilla. Una muestra es que en 2014 decidió regresar a sus orígenes flamencos con el álbum Vuelve el flamenco: Homenaje a Paco de Lucía. En este estuvo acompañado por Diego del Morao, otro de los participantes días atrás de esta novena edición del Encuentro, que continúa sin bajar la calidad este viernes con el espectáculo de la bailaora Eva Yerbabuena.