Maral Ríos: “Vi la muerte tan de cerca que me dije: haz lo que te llene de vida, y me puse a pintar el mar”

Una entrevista de la revista Siroco número 3

Francis Mena
Periodista
16 de Abril de 2023
Maral Ríos para la Siroco Magazine. Foto de Fran Montes para 8Directo.
Maral Ríos para la Siroco Magazine. Foto de Fran Montes para 8Directo.

Con motivo del premio otorgado por la Sociedad Algecireña de Fomento a la campogibraltareña Maral Ríos, recuperamos una entrevista publicada en el número 3 de la revista Siroco Magazine, publicada por 8Directo, en la que conocíamos su arte y su pasión por el mar en el lugar donde nacen todas sus creaciones, su taller, en Guadacorte.

Maral Ríos.

Con ese apellido no es extraño que la vida y el arte de la linense Maral Ríos estuviesen predestinados a desembocar en la mar. En su estudio, situado en Guadacorte (Los Barrios), uno no entra entra, se sumerge. Domina el azul mar, de cualquier mar y cualquier azul. El mar de su costa, de Grecia o de Japón. A vista de pájaro o desde los fondos marinos. “Para salir a flote tenemos que tocar fondo”, apunta durante la conversación. Y eso fue lo que le ocurrió a esta artista de los mares.

“Empecé a pintar el mar el día que mi vida cambió de repente”, comenta dejando flotar la intriga. “Tenía mi vida estructurada, trabajaba en una farmacia, pero caí enferma, pasé por una operación de diez horas a corazón abierto y lo perdí todo: la salud, el trabajo, mis ilusiones… no podía seguir con mi vida”, explica sin apartar la sonrisa, sabedora de que después viene un final feliz. “Vi la muerte tan de cerca que dije: haz lo que te mueva el alma, lo que te llene de vida y me puse a pintar”. Un salto al vacío, pero debajo estaba el agua salada que protagoniza sus cuadros. Dice que el día que despertó de aquella agresiva operación, lo dice mientras muestra una cicatriz en su pecho, lo primero que necesitó fue un lienzo en blanco.

Maral Ríos. Foto: Fran Montes para 8Directo.
Maral Ríos en su taller. Foto de Fran Montes para 8Directo.


Pero su relación con el océano viene de mucho antes. Maral Ríos nació un día de levante en La Línea de la Concepción hace 37 años. De esos días que todo huele a mar. “Lo llevo en las venas. Lo es todo para mí, ha sido mi salvavidas, mi medicina”, comenta con gesto feliz y hasta orgulloso. Creció en una casa con caballetes y botes de óleo, pero su vida navegaba por las directrices de la mayoría: casa, pareja, trabajo, zona de confort… “Pero cuando lo perdí todo empecé a hacer lo que mi alma me llamaba, antes no lo hice por miedo, pero como no tenía nada que perder…”, explica la pintora, que asegura que ahora se siente feliz con lo que hace. Toda una lección de vida.

Maral Ríos, sentada en el escritorio de su estudio con una escultura detrás, un corazón de coral, expresa que sus cuadros “al final son una alegoría”, “una extensión” de ella”. “Por eso mi obra es muy emotiva, tiene muchas lecturas y es emocional”, describe la artista linense. Con pinturas acrílicas y al óleo sobre tabla da vida también a los mares que ha marcado a la gente y que se pone en contacto con ella para hacerle un encargo. “Cuando me desprendo de una obra le abrazo y le doy las gracias, son como mis hijos que aún no tengo. Es un doble sentimiento de alegría y pena por tener que desprenderme de ellos”, refuerza sus palabras con gestos.

En el taller de Maral Ríos. Foto de Fran Montes para 8Directo.
En el taller de Maral Ríos. Foto de Fran Montes para 8Directo.

“Creo que tengo una estrella”, asegura cuando se le pregunta por cómo navega su obra dentro del siempre complejo mercado del arte. Sus cuadros han estado en ferias de arte contemporáneo de París, Mónaco, en Estampa Madrid y en otras citas de la capital, también en Gibraltar, Marbella, Algeciras, Sotogrande y, por supuesto, en La Línea. “Hay gente técnicamente más buena que yo y no vende, pero creo que llego, trasmito, y la gente se siente identificada, siente mi energía y conecta con ella; es importante conectar con el artista”. No solo es estrella, señala que también hay trabajo. “Yo pinto, vendo, y hay un trabajo detrás que la gente obvia y no es consciente, no conoce lo que hay detrás de lo que se ve por Instagram”, red social que usa de escaparate y gracias la cual realiza “casi todas” sus ventas. “Los sueños se cumplen, y yo los he cumplido, pero con mucho amor y esfuerzo”, aclara.

Aunque asegura que no va a dejar de pintar esos mares, ahora se encuentra inmersa en un giro en su obra. Aunque ahora mire arriba y cambie la luz y los tonos, mantiene la textura en sus creaciones. “Estoy con una serie sobre el sistema solar, también me fascina”, afirma la artista, que también ha colgado sus cuadros en el afamado restaurante Aponiente de Ángel León. “Yo muy intensa -sonríe- y hace meses me pasó algo muy bonito: me quedé mirando el cielo y pedí una ayuda, una señal y deseé ver una estrella fugaz, que nunca había visto una, y allí apareció una cruzando una ventana pequeña de un baño, en unas vistas muy feas”, recuerda la artista plástica.  “No me lo podía creer y decidí tirar por el tema del universo, que es algo que también está muy conectado con el mar”, relata Maral Ríos sobre el sentido que ha tomado su carrera artística. De un inmenso desconocido a otro, mientras derrama su vida y experiencia en cada trazo.

El ritual del arte
de Maral Ríos

“La luz es sencial; Cuando compré el local abrir la puerta y vi la luz y dije este”.
“Yo llego y enciendo una varita de incienso, y siempre me gusta trabajar con una vela, porque me calma”.
“Me pongo mi mono, que me da buena vibra, también mi bata de cuando trabajaba en la farmacia”.
“Pongo música, el estilo según el estado de ánimo: indie, soul, jazz, música clásico”.