Hay que hacer muchas cosas, hacer muchas cosas bien y, además, que se den una serie de circunstancias a tu favor para sumar tres puntos en Primera Federación. Qué trabajo cuesta. El Algeciras Club de Fútbol tuvo que superar todo tipo de pruebas para ganar al AD Alcorcón en el Nuevo Mirador y abandonar los puestos de descenso. Un golazo de Isaac Obeng en una buena primera parte, en la que los algecireños tuvieron más ocasiones, no fue suficiente; también tuvo que jugar muchos minutos de la segunda mitad en inferioridad numérica, aguantar bajo un calor veraniego a finales de octubre a la hora del almuerzo y tener un golpe de acierto y suerte cuando, con el tiempo casi cumplido, el colegiado anuló un tanto al rival, aunque en la primera parte invalidó otro al conjunto de casa.
El encuentro arrancó con altas temperaturas. A las 14:00 horas no tiene sentido poner un partido de fútbol: va contra la afición y contra el espectáculo deportivo. Eso hizo que el choque tendiera a tener un ritmo lento y también hubiese algo menos de público que en otras ocasiones en la grada. A los cuatro minutos, gol del Algeciras anulado por supuesta mano de Iván Turrillo. El colegiado Manuel García Gómez, de Badajoz, mantuvo la decisión después de revisar el tanto, pero viendo las repeticiones tampoco se aprecia claro. Primera derrota para el Algeciras en el VAR.
En el terreno de juego, algo mejor el equipo de casa, con varias llegadas por el costado derecho pero sin ocasiones claras. Menos opciones tuvo el rival madrileño.
El equipo algecireño de Javi Vázquez rompió la igualada en el minuto 32: un centro de Rastrojo al segundo palo encontró a Obeng, que enganchó la pelota con la diestra de media volea y puso el balón imparable para el meta visitante. 1-0. Un golazo.
Quiso reaccionar el Alcorcón, que empezó a tener más el balón. La más clara de la primera parte fue para Borja Martínez. El marcador no se volvería a mover. El descanso llegó con ventaja por la mínima del Algeciras.

La segunda parte fue muy distinta. El Algeciras CF dio varios pasos atrás, se volcó en defensa y el Alcorcón tuvo más tiempo el balón, y muy cerca del área albirroja. A pesar del dominio rival, tuvo el segundo con una contra de Obeng que salvó el meta Ayesa tras una larga carrera en la que el futbolista albirrojo se quedó sin ángulo de disparo.
Poco a poco, la escuadra amarilla metió a la albirroja atrás, muy atrás, demasiado pronto y con demasiado tiempo por delante. Necesitó más balón en posesión, más pausa. Iván Moreno también salvó a su equipo con varias buenas intervenciones, pero la volvió a tener el cuadro del Nuevo Mirador a través de un Rastrojo que creó mucho peligro.
Todo esto se agravó cuando, en el minuto 69, Mayorga vio la roja directa por una entrada a media altura para parar un ataque peligroso del Alcorcón. Tal vez la roja fuese excesiva, pero también lo fue la acción del defensor local, que tenía más opciones para evitar irse al vestuario y dejó a su equipo con diez. Tampoco el VAR sirvió para evitar la expulsión. A partir de ahí, el Algeciras se metió no ya en su campo, sino en su área.
Llegaron los cambios de Alcorcón y Algeciras. Entró Víctor Ruiz para reforzar la mermada defensa. Menos mal que el técnico algecirista no tocó a Iván Turrillo, que protagonizó acciones fundamentales, salvadoras para su equipo. El fútbol que no se juega con balón, ese que tan bien domina el de El Cobre. En el minuto 82, se encaró con varios jugadores visitantes y uno de ellos perdió los papeles y agredió al capitán. Era Mariano Carmona, que vio la roja y se equilibraron las fuerzas. En la revisión, el árbitro se reafirmó en su decisión.
Con los dos equipos con diez tampoco cambió demasiado el guion. El Alcorcón intentó buscar el empate con más presencia que peligro real. Entraron Paris Adot, Ángel Gómez y Riley en el minuto 89, y con nueve de descuento por delante. Se sucedieron los saques de esquina del cuadro madrileño, también los centros. Un asedio aéreo.
Así llegó, en el minuto 94, el gran susto: un jugador visitante prolongó de chilena y en el segundo palo marcó Pola, pero el árbitro señaló falta en el centro porque la bota llegó muy alta, a la cabeza de Iván Turrillo. Respiro profundo en las gradas.
El capitán algecirista volvió a estar avispado, y también fue importante en una jugada cerca del área propia en la que se quedó con la pelota, intentó salir y fue derribado. A partir de ahí, el Algeciras, ante un rival también cansado, lanzó la pelota a campo contrario, ganó tiempo forzando saques de esquina y saques de banda, y celebró una trabajadísima victoria, por la mínima, pero fundamental para salir del bache y del descenso.

La Primera Federación es pura adrenalina y se necesita un sobresfuerzo en cada partido para ganar. A este Algeciras le faltan aún muchas cosas, pero no escatima en eso: en esfuerzo que, a veces, tiene recompensa.