(2-1) La Segunda puede esperar

Francis Mena
Periodista
22 de Mayo de 2021
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Estuvo cerca pero se escapó. El Algeciras Club de Fútbol derramó hasta la última gota de fuerza, pero se quedó en la misma orilla de la categoría de plata del fútbol español. Cayó en la final por el ascenso ante la Real Sociedad B después de adelantarse en el marcador y tras encajar el gol de la remontada vasca en la última jugada de la primera parte de la prórroga. La afición, más de 3.000 algecireños que se entregaron en el que posiblemente sea el mayor desplazamiento de la historia de la entidad, despidió a los suyos con lágrimas, pero también con cánticos y un aplauso eterno. Orgullo en la derrota. Este equipo, el comandado por Salva Ballesta y capitaneado por Iván Turrillo, ha logrado esta temporada un historico ascenso a la Primera RFEF. La Segunda división tendrá que esperar.

El equipo algecireño lo intentó de principio a fin. El primer acercamiento fue suyo, una internada por la derecha y hasta el fondo de Gonzalo Almenara, cuyo pase no encontró aliado dentro del área. Una ocasión muy clara. A pesar de lo que estaba en juego, el equipo de Salva Ballesta salió muy entero, con una propuesta valiente y el mismo esquema y once que tumbó al Sanse hace siete día. Este grupo se crece en las grandes citas y esta era la más grande de todas. La respuesta vasca llegó a los 8 minutos; fue más clara. Julen Lobete, un jugador que veremos en la élite muy pronto, ganó metros en una pase largo, frenó, recortó y puso el balón ajustado, tanto que lo repelió el poste de la meta de Guille Vallejo. Arriba, eso era de esperar, los cachorros de la Real B tenían colmillos muy afilados.

El Algeciras también mostraba sus armas ofensivas. Álvaro Romero, referente atacante del equipo albirrojo, estuvo más listo que su par y le robó un balón que cubría un defensor txuri-urdin en la línea de fondo pero, como le pasó a Almenara, el hábil atacante albirrojo no acertó en el pase final. Lástima de nuevo. Esas jugadas tenían que acabar de otra manera. El duelo en la primera media hora fue vertical y la intensidad rozó las nubes de Almendralejo. Tuvieron más balón los vascos, que coleccionaron saques de esquinas y llegadas.

En el 28′, susto de muerte. El meta Guille Vallejo entregó el balón al delantero rival que, con toda la portería vacía, se la devolvió a las manos. De regalo a regalo. Volvía a perdonar la Real B y a librarse de un golpe el Algeciras. Malos ratos para los algecireños, que perdieron el control durante algunos minutos. Eso sí, aunque difícil de robarle la posesión, en defensa los de Xabi Alonso se mostraron vulnerables. Raúl Hernández probó suerte en el 35′ pero su disparo se fue desviado. En el 38′, en otra jugada de empuje de Espejo -en su mejor partido de la temporada- desde la segunda línea acabó en un golpeo seco de Llinares que obligó a Ayesa a enviar a córner. 

El descanso llegó con un suspiro de alivio para el Algeciras, que llegaba vivo al segundo acto de un partido que ya se preveía largo. La Real B tuvo más empaque con balón y desplegaba jugadas de calidad individual y colectiva; los de Ballesta aguantaron bien plantados, no supieron quitarle el balón a su rival pero tampoco se arrugó y encontró las costuras blanquiazules por los costados. 

El inicio de la segunda parte parecía ser una continuidad del final de la primera. Xabi Alonso aplaudía el fútbol de su equipo. El Algeciras esperó agazapado, como un león en una cacería, a la espera de un fallo o la relajación de su presa. El bocado llegó en el 52′, tras varios centros, uno de Espejo tocó en el cuerpo de Ezkurdia y entró en la meta de Ayesa. 0-1. Locura en la grada. Fiesta albirroja. El equipo se transformó y quiso rematar a su víctima herida aprovechando la inercia que daba la moral y la alegría del tanto. Los algeciristas hicieron lo más difícil. 

Pero la fortuna fue salomónica en esta final. En una jugada similar a la del gol albirrojo llegó el empate del filial vasco en el 63′. Centro lateral y Figueras, en un intento de despeje, introdujo el balón en su propia portería. 1-1. Vuelta a empezar para el Algeciras, que necesitaba a esas alturas volver a marcar. La Real B tomó de nuevo el mando del encuentro en cuanto a posesión. 

Al Algeciras todavía le quedaban fuerzas para dar zarpazos. En el 73′, Almenara centró fuerte y la pelota se paseó por la meta realista. Xabi Alonso agotaba los cambios, empezó a hacerlo tras el gol algecirista. Ballesta esperó más y el equipo lo necesitaba. Ubis entró en el 80′; el hombre del taconazo que dio el ascenso a Primera RFEF en La Línea género espacios, se ofreció y dio pases muy peligrosos a sus compañeros de ataque. 

En una de esas, Ubis asistió a la carrera de Álvaro Romero, que tuvo el ascenso en sus botas en el 86′. El habilidoso delantero se plantó solo ante Ayesa, mano a mano, pero el meta de la Real B se hizo gigante y le ganó la partida en el intento de sortearle. Un fallo que va a ser difícil de olvidar en el algecirismo. Ahí estaba la gloria. En los minutos finales, con el encuentro todavía en efervescencia, el Algeciras no dejó de perseguir el tanto del ascenso. También el rival tuvo acercamientos. Ni unos ni otros. A la prórroga, se prolongaba el sufrimiento, también la esperanza. 

Esto, la prórroga, había que saber jugarla. La Real Sociedad B se fue al ataque a pesar de que le valía el empate, pero pronto empezó a jugar con el crono y el marcador, que le favorecía. El Algeciras lo intentó con todo el corazón y las fuerzas que le quedaba. Comenzaron a aparecer los calambres entre los jugadores algeciristas. El partido se hizo largo. En una contra Canillas conectó un cabezazo que rozó el gol. Una pena. 

En el descuento de la primera parte de la prórroga, llegó mazazo. Karrikaburu controló dentro del área e hizo el 2-1 en una jugada de calidad. Un golpe mortal. El Algeciras necesitaba un milagro en forma de dos goles en quince minutos y, como manda su historia y la filosofía de esta plantilla, lo intentó hasta el final, nunca tiró la toalla. Reclamó un penalti, remató cerca del gol, tiró al larguero y exprimió sus fuerzas pero no pudo ser. La Real B, de mucha calidad y juventud, se llevó la final y el ascenso. 

El algecirismo despidió a los suyos con la mayor de las ovaciones cantando “vamos campeón”, entregado a unos jugadores que son historia ya de este club, que han estado muy cerca de la gesta, más de lo que nadie podía soñar. Muy grande esta afición y muy grande esta plantilla. La Segunda división puede esperar.

Real Sociedad B: Gaizka Ayesa; Imanol Ezkurdia (Jiménez 55'), Álex Pecharromán, Urko González de Zárate, Jérémy Blasco; Aritz Arambarri, Xeber Alkain (Álex Sola 55'), Aritz Aldasoro (Unai Vega 76'); Roberto Navarro (Jon Karrikaburu 76'), Beñat Turrientes (Garrido 65'); y Julen Lobete.

Algeciras: G. Vallejo; Dani Espejo, Robin (Canillas 104'), G. Almenara, Jordi Figueras; Alcázar (Ubis 81'), Llinares, Ivan Turrillo (Yago 97'), Armando; Raúl y Álvaro Romero.

ÁRBITRO: Mateo Busquets Ferrer (Comité Balear), acompañado por Josep Bordoy Homar (Comité Balear) y Sergio Fernando Amal (Comité Aragonés). Amarilla a los albirrojos Robin (21'), Álvaro Romero (72'); y a al blanquiazul Urko González (29').
GOLES: 0-1 (50') Ezkurdia, en propia puerta. 1-1 (62') Figueras, en propia puerta. 2-1 (105') Karrikaburu.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la final por el ascenso a Segunda división A, Liga Smartbank, disputado en el Estadio Francisco de la Hera de Almendralejo (Badajoz), con 5.000 espectadores, unos 4.000 de Algeciras.