"Creo que la posibilidad de que me vaya es muy amplia a día de hoy". Así de contundente se ha mostrado esta mañana ante los medios el presidente de la Real Balompédica Linense, Raffaele Pandalone, en una rueda de prensa que ha servido para hacer balance de estos tres años de gestión y en la que ha destacado la profesionalización que está alcanzando el club linense. Un proyecto que asegura que se ha visto ralentizado por la pandemia de coronavirus y que advierte que, a día de hoy, no es rentable.
"Siempre he sido sincero. He venido aquí para transformar el club en una empresa, un negocio que tiene que ser rentable. Yo tenía un programa muy claro de cuatro, cinco años para llegar a esta famosa rentabilidad pero el Covid lo ha ralentizado todo, ha cambiado la dinámica financiera del club. Un negocio tiene que ser rentable y este negocio para mí hoy no es rentable, es un negocio en pérdida. El Covid no lo esperábamos, pero seguiremos adelante", ha declarado Pandalone que, aunque realiza un balance positivo de estos tres años, a pesar de todas las dificultades (visera del estadio, torres de iluminación, Covid), asegura que ante todo es realista.
Para el presidente de la Recia, no es una cuestión de ilusión o ganas. "No las he perdido. Yo no quiero irme, pero si quiero dar un futuro a la Balona soy consciente de que, si en el futuro la gente sigue invirtiendo como lo está haciendo, tendré que hacerme a un lado. Soy realista. Aquí tenemos 60.000 euros al mes de gastos, se pagan 22.000 euros al mes de seguridad social. ¿Y dónde están los ingresos? Las matemáticas las conocemos todos. ¿Tenemos taquilla? ¿Tenemos patrocinio?".
De cara al futuro más inmediato, los planes de la Balona pasan por convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva. "De aquí a final de temporada, de año, queremos tener el acta de la SAD y terminaré mi camino. No sé si seguiré pero al final esto es un ciclo que tiene su tiempo y ya veremos qué pasará. Este siempre va a ser un equipo que llevaré dentro. A nivel de pasión, emocional, me ha dado mucho".
"El fútbol quema, te da más disgustos que gustos, y al final te juzgan solo porque ganes o pierdas un partido. Si la Balona a día de hoy tuviese cuatro millones de deuda, no pagara la seguridad social, no pagara a Hacienda, pero fuese líder, le daba igual a todo el mundo, y esa no es mi política. Al final qué cuenta en el fútbol: ganar, ganar, ganar. Si ganas te lo perdonan todo pero si pierdes eres el más malo del mundo", ha subrayado Pandalone.
Sobre las críticas acerca de su gestión deportiva, crecientes tras la derrota de este pasado domingo ante el Tamaraceite (1-0), ha sido claro: "Si aparece alguien que tiene un proyecto mejor de lo que yo lo estoy haciendo, convoco elecciones y dimito el día después. Ahora, yo tengo que proteger mi inversión y el patrimonio (futuras ventas de futbolistas) que la Balona tiene hoy es de mi inversión. Muchos clubes están teniendo problemas financieros, estamos viviendo una crisis mundial, y nosotros gracias a Dios, porque yo me he jugado mi patrimonio personal, la Balona no tiene este tipo de problema. Mi deuda no es un problema, es una inversión que yo he hecho. El dinero de Abdul, del Sevilla, ese dinero lo cobra la Balona, y si la Balona tiene alguien que ha hecho una inversión, tendrá que recuperarla".
Por otro lado, positivamente, Pandalone ha destacado el acuerdo alcanzado con el Zabal que permitirá construir una futura cantera balona y el reciente acuerdo de patrocinio con Legea durante los próximo tres años. Asegura que la plantilla, el entrenador y el cuerpo técnico disponen de su "máxima confianza". "Siempre veo el vaso medio lleno".