La UE 'mata' los proyectos de Landaluce y demás consistorios: adiós al césped artificial

La Comisión Europea quiere que en 2030 no existan terrenos de juego sintéticos -♠- En Algeciras hay tres campos en obras para instalar este material -♠- También se lleva a cabo en San Martín del Tesorillo -♠- Quitar los actuales tendrá unos costes de unos 30.000 euros por estadio

16 de Octubre de 2023
El Municipal 'Ignacio Villaverde' de Algeciras es uno de los campos algecireños que está en obras para instalar césped artificial/Foto: Axel S.C.
El Municipal 'Ignacio Villaverde' de Algeciras es uno de los campos algecireños que está en obras para instalar césped artificial/Foto: Axel S.C.

 

Según ha adelantado hoy 'El Confidencial', la Unión Europea (UE) quiere imponer la desaparición del césped artificial de todas las instalaciones deportivas, en especial el de los campos de fútbol, como máximo para 2030, es decir, en un plazo máximo de ocho años, por ser "un gran contaminante".

En España, según la información de este diario, hay más de 10.000 recintos futbolísticos con esta superficie que correrían peligro. Cabe recordar que en la comarca del Campo de Gibraltar, instalaciones como el 'Nuevo Mirador' de Algeciras, el 'Nuevo Municipal' de La Línea de la Concepción, el 'Carlos Piña' de Los Barrios o el 'López Púa' de Tarifa son de hierba natural, mientras que práticamente el resto son todos sintéticos, algunos de muy reciente implantación.

Es más, en el caso de la localidad algecireña, que ya ha estrenado en los últimos meses el 'Juan Sebastián Elcano', el 'Sergio Martín' o 'San García', actualmente hay tres campos en obras para que en 2024 tengan su terreno de juego 'de plástico' como son el 'Teodosio y Tomás' de La Granja (casa del Loluba CF); 'La Uniòn' de Los Pastores (que será rebautizado como Municipal 'Juan Gandiaga') y el 'Ignacio Villaverde', donde juega el Recreativo Bahía. También está en este proceso el 'Jesús Casuso y Francisco Trujillano', popularmente conocido como 'La Era' de San Martín del Tesorillo.

Evidentemente dichos trabajos, algunos en un estado bastante avanzado, se van a terminar y se inaugurarán dichos terrenos con la pomposidad requerida, tampoco sería extraño que de confirmarse la noticia y se avance aún más en esta prohibición (aunque seguro que hay muchas voces contrarias, en especial en los países del norte de Europa donde el frío otoñal e invernal impide que haya campos de hierba natural) algún Consistorio decida detener dichas obras temporalmente debido al montante económico que conllevará volver a tener que cambiar el 'piso' ya que aunque los actuales cambios se hacen con subvenciones provinciales, autonómicos, nacionales e incluso de la propia UE en algunos casos, tampoco está claro que desde el organismo europeo se vaya a dar dinero para que se revierta la situación y tengan que ser los ayuntamientos los que cargen con estas inversiones. Según los expertos, solo eliminar el caucho de cada campo antiguo puede suponer un coste de 30.000 euros y, además, después hay que decidir qué hacer con estos residuos ya que no pueden llevarse a los vertederos.

Según la información "un estudio de la Universidad de Barcelona (UB), realizado por un grupo de investigadores, arrojó que el césped artificial que se instala en campos deportivos desprende microplásticos que llegan a ríos y mares". Y recogiendo unas palabras del primer autor del estudio, William P. de Haan, "dos de las fibras de plástico que hemos encontrado son las que coinciden con las tendencias actuales de la producción mundial de hierba artificial y que normalmente flotan en el medio acuático. Esos microplásticos se concentran especialmente en la costa cercana a grandes ciudades".

El estudio, publicado en la revista 'Environmental Pollution', propone una guía metodológica para identificar los microplásticos del césped artificial en futuros trabajos, para que se investigue mejor el impacto real de esos materiales sobre el medioambiente.

Aunque los análisis se han hecho en dos zonas concretas de España, el estudio señala que es esperable que otras ciudades puedan aportar también fibras de césped artificial, pero la cantidad que llega al medioambiente puede depender de factores como la tipología, el uso o la antigüedad de campos deportivos, y de las medidas de prevención instaladas para evitar la contaminación.

"Si queremos acabar con la contaminación de plásticos, se deben repensar las instalaciones del plástico verde en superficies públicas, como en patios de escuela, campos deportivos, festivales de música, gimnasios, jardines particulares o terrazas", ha subrayado otra de las autoras del estudio, Anna Sánchez-Vidal.

Cada año, en la Unión Europea se instalan entre 1.200 y 1.400 campos deportivos de césped artificial, un material que simula la hierba natural mediante fibras sintéticas, principalmente de plástico.

Aunque en el deporte profesional predomina la hierba natural, las superficies artificiales soportan a diario miles de entrenamientos y partidos de fútbol, rugby, hockey o pádel, entre otros deportes. Sin apenas costes de mantenimiento una vez construidas estas instalaciones, a día de hoy resulta impensable mantener las categorías inferiores y la práctica amateur sin ellas. Sin embargo, ese es el horizonte que dibuja la Comisión Europea: no solo habrá que dejar de construirlas, sino que en ocho años habrá que desmontar todas las existentes.