Hace tan sólo unas semanas algunos comercios de la ciudad pusieron en marcha una campaña de recogida de gafas de graduación de segunda mano para enviarlas a Bali. "Fue la madre de una paciente la que nos ayudó a mover el tema. La campaña ha tenido tan buen aceptación que ya no podemos recoger más gafas. Se han donado muchas y tenemos que poner un límite para pasar los controles de aduanas", explica a este medio Ramos Cañete. En total se han recogido 450 gafas, cien de ellas llegarán en este primer viaje a Bali. El resto se enviarán por mensajería y a través de otras ONGs.
Junto al montante de gafas, el grupo de cuatro optometristas y cuatro voluntarios tiene además que transportar otros materiales de diagnóstico y trabajo. "Tenemos que valorar muy bien qué gafas vamos a llevarnos, contabilizarlas bien, saber cuántas hay y organizarlas. Debido a las limitaciones de la aduana sólo podemos llevarnos aquellas gafas graduadas que pensamos que más nos pueden servir", añade.
El propósito de este viaje humanitario es estudiar y tratar las deficiencias visuales de los menores sin recursos en Bali. Esta experiencia piloto se espera que sirva para desarrollar un proyecto más ambicioso futuro a largo plazo.
Esta joven optometrista abrió hace cuatro meses su propia clínica en La Línea, en Santa Margarita, Clínica Vide. Ahora se propone cruzar el charco, temporalmente, y aportar así su granito de arena.

1/3
sara optometrista

2/3
sara optometrista 1

3/3