La protectora El Gato Andaluz cierra sus puertas después de diez años en los que ha dado nuevos hogares a más de dos mil gatos, ha curado a cientos de ellos y ha castrado a miles para evitar las colonias, mediante el método CES. La venta del terreno donde se encontraba la fundación ha llevado a tomar esta dura decisión. Pese a que los voluntarios intentaron buscar otro terreno fuera de La Línea, el cansancio y el esfuerzo durante tantos años han obligado a poner fin a esta etapa. Cada uno de los gatos que quedaban en la protectora están actualmente con familias de acogida, hogares definitivos u otras protectoras. El Gato Andaluz se despide otorgando los últimos finales felices.
En sus inicios formaba parte de la protectora Prodean en la que se encargaba de los gatos. Hasta que en 2010, se fraguó El Gato Andaluz, en pleno auge de la crisis, momento en el que sus integrantes vieron la necesidad de reunir fuerzas y darlo todo por esos gatos que no tenían hogar. Nacieron con la ayuda de algunas fundaciones como Brigitte Bardot, Marchig Trust o la de Oxford University College en Gibraltar, entre otras.
“Empezamos a tener socios, a recaudar dinero con fundaciones extranjeras como Brigitte Bardot, que ayudó a construir la primera gatera. Oxford University College, que gracias a ellos y a su campaña en Facebook pudimos hacer una sala de cuarentena y de cura. Marchig Trust nos ayudó para poder construir las otras dos gateras. Poco a poco fuimos cambiando todas las gateras”, relataba Damián García, presidente de la protectora felina.
Las ayudas de socios les daba para pagar a la cuidadora, que venía de lunes a sábado cuatro horas, y para comprar comida, arena y “poco más”, apuntaba García. Además, en los meses en los que no llegaban, eran los propios voluntarios los que hacían donaciones extra para comprar lo que hiciera falta.
Aún así, eran habituales los altibajos, haciendo malabares con los recursos que tenían para llegar económicamente a finales de mes. Pese a ello, daban todo de sí mismos para conseguirlo, buscando alternativas y soluciones para todo tipo de adversidades, haciendo rifas, sorteos, cenas benéficas o buscando nuevos socios y padrinos.
Sin embargo, diez años después su terreno se ha vendido y han tenido que marcharse. Cuando los voluntarios se vieron en esta situación no querían cerrar sus puertas, era la última de sus opciones. Mandaba el corazón por encima de la razón. Se pusieron en busca de alternativas, como habían hecho hasta ahora. En busca de un terreno apto para las gateras. Sin éxito. La búsqueda fue exhaustiva y agotadora. Pusieron todas sus esperanzas en ella y, muy a su pesar, se vieron en la tesitura de cerrar sus puertas y ponerle fin a este proceso que tantos finales felices había logrado. “Hubiera sido como empezar otra vez de cero y ya no teníamos fuerza”, nos cuenta Damián sobre la posibilidad de buscar otro terreno fuera de La Línea.
“Hubiera sido como empezar otra vez de cero y ya no teníamos fuerza”, cuenta Damián sobre la posibilidad de buscar otro terreno
A partir de este momento, El Gato Andaluz aceptó la realidad y dejó de acoger gatos para empezar a buscarle hogar a cada de los que seguían en la protectora: “Tuvimos que dejar de aceptar gatos y buscar lo mejor para los que estaban, muchos de ellos se fueron con Animal Collective. Incluso pudimos encontrar casa para nuestra gaviota”.
La voz de Damián le delata, no cabe duda de que ha sido un proceso muy duro para cada uno de los voluntarios, que se han entregado en cuerpo y alma por sacar adelante esta protectora sin ánimo de lucro. Conforme nos cuenta cómo ha sido el proceso de cierre su ánimo decae. “Ya no somos parte del futuro, sino del pasado”. Aun así, han luchado hasta el último momento para otorgarle a los últimos gatos esos finales felices que habían estado otorgando a lo largo de los años.
“Necesitábamos un descanso porque esto quema mucho y porque es imposible desconectar, sobre todo cuando son problemas ajenos a los gatos, como lo del terreno. Lo que queremos ahora es descansar un poquito y quizá en el futuro nos unamos a otra organización”, apunta.
Kaguya, Tiffani y Machado, los tres últimos gatos de El Gato Andaluz.
Actualmente, todos los gatos se encuentran bien en una casa de acogida o en familias definitivas. Aquellos que estaban muy enfermos o no habían podido encontrar hogar han sido acogidos directamente por los responsables de la protectora o por otras protectoras. Es el caso de Tiffani, con problemas renales y resfriados crónicos; Machado, un gatito muy viejo de 14 años, que ya estaba en la protectora cuando Damián empezó a ir y que lleva tres meses con él; y Kaguya que ahora se encuentra en la protectora de Animal Collective.
Esta protectora, que ahora es una familia unida por el cariño de muchos felinos agradecidos y sus dueños, se siente tremendamente triste por este final, pero feliz de haberle podido dar hogar a tantos de ellos, así como haber curado a aquellos que se encontraban enfermos o acompañarlos en sus últimos días.
Todo el material aprovechable ha sido donado por parte de El Gato Andaluz a diferentes asociaciones, como Cats and Dogs Chispa, The Animal Collective, Aurora y Antonio, Pulgosas, Adopta un gatito Los Barrios, y a "particulares luchadores que dedican gran parte de su vida a luchar por los animales".
“La Línea pierde una protectora, pero nos ha hecho ver que son muchas las personas de las que pensábamos a las que les importa el bienestar animal”. Así, finalizaba este capítulo la familia de El Gato Andaluz, a través de un post oficial en Facebook.