El diario económico Cinco Días se hace eco hoy de una noticia que dará mucho que hablar: la de que la inmobiliaria Realia, controlada por el magnate mexicano Carlos Slim, no podrá construir en la Finca Guadalquitón, en San Roque, la macro urbanización de lujo que tenía proyectada, al más puro estilo Sotogrande, y que, por ello, "prepara una reclamación para solicitar una compensación por daños y perjuicios".
Según detalla la referida publicación especializada, la compañía está dispuesta a tomar medidas "después de que el Ayuntamiento de San Roque y la Junta de Andalucía hayan truncado la construcción de 1.600 viviendas, apartamentos turísticos y plazas hoteleras en la llamada Finca Guadalquitón, debido a que esa parcela ha pasado a pertenecer al parque natural de Los Alcornocales".
Cinco Días recuerda que la Finca Guadalquitón, de más de dos millones de metros cuadrados, "está situada en un paraje idílico junto a la costa gaditana del Mediterráneo occidental y colindante a Sotogrande, una de las urbanizaciones más caras de España", y aclara que "debido al bloqueo que ha sufrido el plan parcial auspiciado por el promotor en Guadalquitón por motivos ambientales, Slim ha visto cómo ese suelo pierde todo su valor".
Según publica este viernes, 6 de agosto, el referido diario especializado, "así lo recoge la compañía en su informe de resultados semestrales remitidos a finales de julio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en los que reconoce que pedirá una compensación. La empresa detalla que durante el primer semestre ha recibido notificación del acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de San Roque por el que se deniega la aprobación definitiva del plan parcial de la Finca Guadalquitón".
Tal y como continúa explicando Cinco Días, "la inmobiliaria argumenta en el documento que con independencia de que se haya recurrido en la vía contencioso-administrativa esa decisión, y la de la ampliación del parque natural de Los Alcornocales para incluir la Finca Guadalquitón, la denegación ha supuesto que la edificabilidad estimada de la cartera de suelo actual de Realia disminuya en 291.442 m²".
El Ayuntamiento culpa a la Junta
Cinco Días recoge declaraciones del primer teniente de alcalde de San Roque y concejal de Urbanismo, el socialista Juan Manuel Ordóñez, en las que señala que "ese terreno sigue siendo urbanizable, pero desde que la Junta de Andalucía (PP y Ciudadanos) lo incluyó en el parque de Los Alcornocales no se puede edificar". Según Ordóñez, la decisión de urbanizar Guadalquitón se tomó en 2017, bajo mandato de la socialista Susana Díaz en el Gobierno andaluz. “El único que tiene potestad para cambiar el uso del suelo es el Ayuntamiento de San Roque. En la Junta son los máximos responsables”, afirma Ordóñez a las preguntas de Cinco Días sobre el fin del plan parcial de Guadalquitón y una posible reclamación de Realia.
Según continúa narrando la publicación, Ordóñez exculpa al Consistorio asegurando "que no han tenido margen para actuar, ya que la Junta calificó en 2019 el plan urbanístico como inviable ambientalmente". En cuanto al Ejecutivo regional, Cinco Días afirma no haber obtenido respuesta.
Un desarrollo proyectado durante los últimos 30 años, sin éxito
Según el documento al que ha tenido acceso Cinco Días, compañía Realia recuerda que "el desarrollo de esa parcela junto a Sotogrande se ha intentado durante los últimos 30 años sin conseguirlo a pesar de que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de San Roque lo califica como suelo urbano".
"El actual plan parcial sobre Guadalquitón, una finca que debe el nombre al río que desemboca en esa playa al sur de Sotogrande, se remonta a 1999. En 2004 el Ayuntamiento aprobó un primer plan para ese desarrollo y posteriormente entró en una batalla legal sobre la declaración de impacto ambiental que llegaría hasta el Supremo en 2009 y que permitía esa urbanización".
"En 2013 el promotor del plan volvía a retomar el plan parcial, pero vuelve a frenarse por un decreto de la Junta sobre protección del litoral. En 2015 se emite un informe ambiental estratégico y se continúa con la nueva propuesta, que rebaja finalmente la edificabilidad total de más de medio millón de metros hasta los 362.000 m². Igualmente, el número de viviendas previstas se reduce más de un 40%, de las 2.800 iniciales a 1.644". “Supone un ratio de 8,22 viviendas por hectárea, que está dentro del nivel de baja densidad”, se refleja en la propuesta de plan, según la información recabada por Cinco Días.
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