El Carnaval fue la última fiesta que el pasado 2020, ajenos a lo que estaba por venir, pudimos celebrar en la calle de manera multitudinaria. Los comercios y aquellas otras actividades vinculados a esta fiesta, que en otras circunstancias el Campo de Gibraltar debería celebrar este fin de semana, apuntan que este año 2021 la campaña de Carnaval ha sido terrible, fantasma, en números rojos; unos números negativos que continúan sumándose a las pérdidas del año anterior con otras campañas también inexistentes, como la de Semana Santa, ferias y Halloween.
Las actividades escolares han sido las únicas ventas que conocidos establecimientos dedicados al Carnaval, como Paquita y Casa Justo en La Línea, han amortiguado un poco este nuevo jarro de agua fría, después de comenzar el 2021 cerrados a cal y canto como medida impuesta por la Junta de Andalucía ante la alta tasa de incidencia Covid que registraba la ciudad. "Después de más de un mes cerrados, nosotros no habíamos preparado nada, pero al final nos hemos llevado una sorpresa y han sido varios los colegios, los profesores, las maestras, que han comprado alguna cosilla, sobre todo para las clases de los más pequeños", comenta Ana Mari, propietaria de Casa Justo y que lleva más de 50 años detrás de un mostrador, 30 dedicados al Carnaval. Una época durante la cual los jóvenes, familias enteras, se agolpan en su pequeño establecimiento en el que no cabe un accesorio más de Carnaval, hasta cuelgan del techo, y la gente hace cola en la puerta para hacerse con el mejor de ellos, el mejor completo, el mejor disfraz, sea cual sea, Casa Justo lo tiene. Durante el resto del año este establecimiento funciona como mercería, aunque también se dedica a la Semana Santa y a la fiesta de Halloween.
Paquita, conocida en todo el Campo de Gibraltar por sus disfraces, trajes de flamenca y comunión, coincide en destacar la dificultad del momento actual. Cuando le preguntamos por la campaña de Carnaval, malo, pero cuando lo hacemos por sus trajes de flamenca, demandados en todo la comarca, Gibraltar y hasta la Costa del Sol, se lleva las manos a la cabeza, muy apenada. "De eso ya mejor ni hablar". Su conocida tienda de Torres Quevedo se vuelca ahora con los trajes de comunión. Unos trajes y accesorios que en estos momentos son su fuerte. "Esto es lo que nos ha salvado un poco", comenta Paquita, que después de 50 años trabajando en el sector asegura que no había vivido nada igual. "Ni siquiera cuando cerraron la Verja. Me acuerdo ahora de la campaña de Carnaval del año pasado y es una pena, con tanta alegría que había, pero bueno. Yo soy carnavalera y es duro, pero es lo que hay", señala.
Pero a ellas, a Paquita y Ana Mari nada les detiene, ni siquiera una pandemia. Ana Mari aprovecha estos días para limpiar, ordenar y preparar nueva mercancía mientras suena bien fuerte el Credo de Juan Carlos Aragón en su tienda. "A mí es que me encanta el Carnaval, todo el año. Así que por lo menos que no falte el ánimo", comenta mientras sube el volumen de las coplas de 3x4. A Paquita la dejamos correteando, llena de energía y vitalidad, de una lado a otro de su tienda, siempre con algo entre manos. "Hay que adaptarse y aguantar el chaparrón".