Enfermeros y enfermeras de toda España estuvieron en primera línea durante los meses más complicados de la pandemia, meses de incertidumbre y miedo. Muchos estudiantes de cuarto de Enfermería tuvieron que incorporarse a las plantillas de los hospitales a través de contratos de refuerzo. Ahora, unos 600 de esos enfermeros andaluces cuyos contratos no han sido renovados hacen sus maletas y dejan atrás sus hogares. Un "hasta luego" a Andalucía y empezar de cero en otras comunidades, como Cataluña. Este es el caso de Daniel Martins, Sara García y Laura de Jesús, tres de una decena de sanitarios de la Facultad de Enfermería de Algeciras que estos días marchan del Campo de Gibraltar tras no poder trabajar en su tierra.
Unos 8.000 sanitarios de toda Andalucía han terminado en la calle tras la no renovación de sus contratos de refuerzo Covid-19. Según estiman los sindicatos, aproximadamente mil de los despidos se han efectuado en la provincia de Cádiz. Meses después, sin contratos a la vista y sin más remedio que emigrar, una decena de campogibraltareños emprenden su camino hacia otras comunidades que les ofrecen contratos de más larga duración. Cataluña acogerá en estos días a una decena de enfermeros de la comarca que comenzarán de cero en hospitales de Girona, Tarragona y Barcelona.
Hace tan solo unos meses que las alarmas saltaron en el Campo de Gibraltar cuando se efectuaron los despidos masivos del personal de enfermería de refuerzo contra el coronavirus. La Coordinadora Comarcal en Defensa de la Sanidad Pública del Campo de Gibraltar consideraba "inaudito" la no renovación de los contratos. Despidos masivos que dieron lugar a protestas y concentraciones de sanitarios, arropados por muchos campogribaltareños que aplaudieron el lema de los manifestantes: "No sobra nadie, falta personal". Ocho mil sanitarios en la calle y unos 12.000 eventuales que serían renovados seis meses más.
"En Andalucía no hay trabajo en la sanidad pública"
Sara García empezó a trabajar como enfermera cuando estaba terminando sus estudios, deja atrás su experiencia en la sanidad pública, en su paso por el hospital San Cecilio, en Granada, y comenzará a trabajar en unos días en el hospital Universitario de Josep Trueta. "En Cataluña nos ofrecen un contrato de un año donde las condiciones son mucho mejores y el salario es más alto", nos cuenta. "Estoy contenta de poder trabajar de lo que me gusta, aunque con incertidumbre por no saber qué me voy a encontrar", traslada Sara García. Para ella, es una "gran oportunidad conseguir un contrato que no sea de tres ni de seis meses", además porque ese puesto en otra comunidad autónoma en la sanidad pública le computa en puntos para la bolsa del SAS y con ello, la posibilidad de poder trabajar en el futuro más cerca de su ciudad, Algeciras.
"Allí hacemos falta, aquí parece que no"
Daniel Martins estuvo trabajando en la unidad de Urgencias en el Hospital de La Línea, también en el hospital Quirón en la planta de hospitalización Covid-19. Ahora, junto con sus diez compañeros emprende un nuevo camino como profesional. "Para mí es la primera vez que salgo fuera, de mi zona de confort. Durante la pandemia, he tenido pacientes con situaciones complicadas, pero me he ido adaptando, también con el apoyo de mis compañeros". Daniel relata la continua adaptación en la que se encuentra el sector de la salud, una situación que se ha originado con el coronavirus y que sigue repercutiendo ahora que se quedan los que más experiencia tienen y se van los que se quedaban temporalmente.
"En España tenemos cinco enfermeras por cada mil habitantes; en Noruega, 17"
No renovar los contratos supone empeorar el servicio a los pacientes al haber una carga extra de trabajo. Así lo afirma Laura de Jesús: "Presumimos de la mejor sanidad pública, pero la realidad es que el ratio enfermero-paciente en toda España es de los más altos de la Unión Europea. En España tenemos unas cinco enfermeras por cada mil habitantes, mientras que, por ejemplo, en Noruega, cuentan con 17 por cada mil habitantes. Esto influye directamente en la calidad del servicio y en el estrés de los profesionales de la Enfermería, que tienen que hacer frente a su trabajo con mucho menos personal y más pacientes a su cargo". Laura también trabajó como enfermera en la sanidad privada, a la que recurrió viendo que sus condiciones cambiaban, y se fue al País Vasco, al hospital de Txagorritxu en Vitoria-Gasteiz, y donde se encuentra actualmente hasta reincorporarse a la plantilla de su nuevo puesto como enfermera enen el hospital Universitario de Josep Trueta.
Choque lingüístico con el catalán
Daniel Martins, Sara García y Laura de Jesús son tan solo tres de los diez jóvenes del Campo de Gibraltar que emprenden su marcha a Cataluña. Recién salidos de la Facultad de Enfermería de Algeciras y con un currículum lleno de experiencias y vivencias que han surgido con la pandemia del Covid-19. Con un contrato debajo del brazo de un año de duración, opciones de elegir turnos y plantas de especialización, además de la posibilidad de renovación de sus contratos. Dejan Andalucía y aterrizan en estos días en Cataluña. Daniel, Sara y Laura están emocionados por esta nueva oportunidad que les espera, aunque con incertidumbre, ya que les preocupa no saber catalán.
Sanitarios de toda Andalucía han viajado a Cataluña a cubrir las 600 plazas ofertadas ante el aumento de casos por Covid-19. La contratación de profesionales andaluces ha generado cierto revuelo. Así lo ha trasladado la Plataforma per la Llengua, que ha pedido explicaciones al Gobierno catalán: "Pedimos al departamento de Salud de la Generalitat que explique cómo garantizará la atención en catalán a los pacientes del sistema catalán de salud por parte de los 600 profesionales de enfermería que acaba de incorporar al Sistema de Salud Catalán".