Eran las seis de la mañana, cuando un fuerte golpe en la puerta rompió el silencio de esta vivienda en Santa Margarita, Urbanización Vista Mar. Allí vive O.M.N. natural de La Línea y 32 años de edad, trabajador de Refinería, junto a su mujer y sus dos hijos. "Lo primer que pensé es que me estaban robando", afirma este vecino.
Se trataba de uno de los registros que aquella mañana de jueves 15 de febrero realizó la Guardia Civil y Policía Nacional en la lucha contra el narcotráfico. A diferencia de otros casos, según la versión del denunciante, se trataba de un error "como luego reconoció la juez que acompañaba a los agentes".
"A las 6 de la mañana entraron en mi casa de una patada en la puerta. Me esposaron y me tiraron al suelo. Cuando llego la jueza dijeron que se habían equivocado de casa, pero desde entonces no dormimos tranquilos", asegura en declaraciones en exclusiva a este medio.
Este vecino recuerda que "estábamos acostados, los niños durmiendo, y entraron diez o quince policía, me tiraron al suelo y luego reconocieron que se habían equivocado, ya que al parecer tenía que ir al piso de arriba, no a de abajo", añadió.
Lamenta que este episodio ocurrió "delante de mis hijos, que tuvieron que ver toda la escena". "Yo pensaba para empezar que me estaban robando, cuando escuché dos porrazos fuertes, ya que no pensaba que era la Policía. Fue un susto muy grande. Le dije a mi mujer que saliese por la otra puerta con los niños del miedo, porque pasamos mucho susto".
"Ahora mi mujer lleva una semana en la que no duerme, ya que cuando escucha ruidos se sobresalta", afirma este vecino que entiende la labor policial, pero pide "una mayor comprobación para que nadie tenga que pasar de nuevo por este error".
"Nuestra vivienda no tiene bien puestos los números, ya que el bajo viene numerado Ahí viene el fallo. Al ver en mi puerta 1 B, entraron, pero no era este. Por escritura mi piso es el Bajo B, así que entiendo que deben infornmarse dónde entran o salen para que no pase algo así".