Un proyecto científico contraataca a la amenazante alga invasora del Estrecho

Francis Mena
Periodista
14 de Febrero de 2019
DSC_0759
DSC_0759
La amenaza de las algas invasoras bien podría ser el título de una película de terror de serie B de los años 50, sin embargo, es la ocupación de un proyecto científico que lidera el biólogo linense José Carlos García. Rugulopteryx okamurae, así se llama el mostruo, ha llegado desde las costas japonesas y se ha expandido por el Estrecho de Gibraltar como "no se ha visto antes en otro sitio en todo el mundo" provocando perdidas medioambientales y económica que amenazan con ir a más. Este proyecto de cuatro años, que la mitad es financiado por la Fundación Cepsa, pretende conocer mejor a este molestó inquilino de nuestras cosas y ayudar a la naturaleza a acabar con él.
La Fundación Cepsa y la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla pone en marcha un estudio para abordar esta invasión que está cubriendo el fondo marino del Parque Natural del Estrecho y que ha escupido hasta las playas del Campo de Gibraltar toneladas de esta algas, como ya han sufrido ciudadanos y administraciones públicas. Se trata de conocer sus fortalezas, que son muchas, y sus debilidades, que apenas se han encontrado aún, para tomar medidas.
José Carlos Garcia, biólogo linense y catedrático de Sevilla, está al frente de esta misión. "Conocimos su existencia en 2015, al principio cuando se detectó no le di mucha importancia pero tras ser detectada, en un año, se recogió 5.000 toneladas de estas algas. No tiene precedentes en el mundo de una invasión biológica en tan poco tiempo", declara el científico, que asegura que las bioinvasiones provocan daños de miles de millones de dólares en todo el mundo.
Retirada de algas, en Getares.
El alga asiática ha alfombrado el fondo marino del Estrecho de Gibraltar, desplazando a las especies locales y poniendo en riesgo a flora y fauna. "Normalmente una especie invasora llega del quinto pino, flirtea con las especies locales para ver si les dejan un hueco, se asientan y desaparecen porque no se adaptan tan bien al medio. Esta parece haber encontrado en nuestra zona un traje hecho a medida por un gran sastre", ilustra el jefe del proyecto en rueda de prensa.
Según explica García, esta especie de origen asiático se va expandiendo por el litoral Atlántico. "No sabemos por qué no entra en el Mediterráneo". Hay muchas cosas que se desconocen de este hecho biológico y para eso es también este proyecto, porque es fundamental para acabar con el problema. "El pico más alto de expansión del alga coincidió con la temperatura más alta del agua por lo que se está estudiando si puede estar vinculado al cambio climático", apunta el catedrático linense de la Universidad de Sevilla.
José Carlos García explica en qué consiste el programa.
Por lo tanto, el proyecto de la Universidad de Sevilla y que financia Cepsa, entre otras empresas, estudiará primero el origen, y luego las fortalezas y debilidades de la planta marina que se coloca sobre las especies locales y, por la falta de luz, las mata para hacerse con un sitio.
Así se pretende conseguir medidas de mitigación, primero en lugares con especies protegidas del Estrecho de Gibraltar. "Esperemos que la flora y la fauna autóctona pueda desarrollar sus mecanismos para luchar contra esta especie invasora pero eso necesita tiempo para reorganizarse y contraatacar. Ya hemos visto algunas algas de la zona que se están colocando encima", relata José Carlos García de forma didáctica esta guerra natural.
Otra parte interesante del estudio es si este alga, "con sabor picante al estilo del wasabi", puede tener aplicaciones industriales o farmacológicos, e incluso si se es capaz de obtener biodiésel.
Para ello, José Carlos García y su equipo acometerán una campaña de exploración y clasificación de los especímenes, además de la instalación de cuadrículas fijas para monitorizar la evolución del alga y la colocación de la especie en placas artificiales. También llevará a cabo un estudio de isótopos estables, la divulgación del proyecto y la elaboración de un informe final. También contempla actividades de formación e información de carácter social como charlas, conferencias y colaboraciones , por ejemplo, con la Asociación de Alumnas Algas del Estrecho.
El proyecto tendrá una duración de cuatro años y supone una inversión de 400.000 euros de los cuales 200.000 saldrán de la Fundación Cepsa y otras empresas como Acerinox y Endesa, entre otras, también tienen previsto aprotar.
Un proyecto muestra una extensión cubierta de algas en la zona de Punta Carnero.
 
 
 
 ]]>